Asómate al mundo exterior...Y VERÁS TODO LO BUENO QUE TIENE!

Asómate al mundo exterior...Y VERÁS TODO LO BUENO QUE TIENE!
Asómate a la ventana y mira, escucha, habla...y comparte conmigo tus impresiones.

"Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho..."

Un gran Santo, el más pobre en lo material, pero el más rico en lo espiritual dijo en su lecho de muerte: "Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho...". Ese gran Santo era Francisco, y si él dijo no haber hecho nada, ¿que hemos hecho nosotros? Empecemos a hacer algo para cambiar el mundo, ¿no os parece?

Eres el visitante número:

Busca aquí lo que quieras

viernes, 3 de febrero de 2012

LLEGADA A LIMA Y COMIENZO DE LA AVENTURA...


Creí que me levantaría muy tarde por lo cansado que llegaba,  así que le dije a la recepcionista que hiciera el favor de despertarme a las 9:00 de la mañana por si acaso. No quería perder el día en la cama, para una vez que estoy en Lima. Puse el despertador de un móvil a las 8:30 y el otro a las 9:00, y resulta que a las 6:00 de la mañana me desperté solo, y sin más ganas de dormir. Intenté volver a dormir porque sabía que el día iba a ser cansado, pero ni por esas, así que decidí levantarme y empezar a recoger lo más gordo del equipaje para adelantar cuando me fuera.

         La chica de recepción dijo que la hora de salida del Hotel eran las 12:00, pero como el bus salía a las 16:30, la convencí para que me diera una hora más, y aceptó. Eso sí, me dijo bien clarito que si me pasaba me cobraría medio día más. Aceptamos los dos, yo a regañadientes...

El desayuno
         Cuando le digo este comentario a la chica le pregunto que dónde se puede desayunar, y cómo no, me dice que en el bar del Hotel. Me miró como con cara sorprendida y me dijo: “El desayuno está incluido en el precio...”. Entonces intenté disimular mi sorpresa, y hacerla ver que ya lo sabía, aunque no tenía ni idea, y por dentro estaba gritando de alegría... Me hice el interesante y me fui a desayunar.

         El hotel es de cuatro estrellas, pero la cafetería parece de un barrio bajo de Calcuta. Aún así, me siento en una de las mesas y pido mi desayuno, que para eso lo he pagado... Le digo a la señora que vengo a desayunar y ella va y desaparece de mi vista. Espero a que vuelva, y cuando vuelve me trae una taza de café negro hasta arriba, un sándwich partido en dos a triángulo, uno de mermelada y otro de mantequilla, tostados un poco. Por último, me sirve un zumo no sé de qué, ni lo supe antes de tomarlo ni lo supe después, y eso que le pregunté, pero no me enteré. Yo no hacía más que preguntarme porqué me trajo eso si yo no le había llegado a pedir nada, y me imagino que como el desayuno está incluido en el precio, desayunas lo que a ella le salga del... no veo otra explicación. De todos modos, me callé y me lo tomé, porque la cara de la señora era para verla... me habría comido hasta la cáscara de un plátano si me la hubiera puesto. Eso sí, no me quedé con las ganas y le pedí un poco de leche, porque no me daba la gana de beberme el café solo, y me la puso en una taza aparte.

De mi paseo por Lima
         Terminado el desayuno, me hago el interesante con un taxista, porque Monseñor Emiliano me dijo que los taxis hay que regatearlos antes de montarte. Nunca subas a un taxi en Lima y le preguntes al final cuanto cuesta... La cosa funciona así: paras al taxi, le preguntas cuanto te cobrará por llevarte al sitio que sea, le quitas cinco soles al precio que te diga, el sigue en sus trece, subes dos soles y medio y al final, se queda en lo que te pedía menos dos o tres soles... vamos, lo que es regatear de toda la vida.

     
   Pues bien, terminando de desayunar, veo un taxista en la puerta del hotel, me hago el interesante para que no sepa que es el primer día de mi vida en Lima, y le pregunto:

         Peregrino:    Buenos días!
         Tasixta:        Buenos días!
         Peregrino:    Cuanto por llevarme al convento de Santo Domingo?
         Taxista:        10 Soles.
         Peregrino:    Nada, nada, eso es caro...
         Taxista:        Bien, adios!

         Se monta en el coche y arranca...

         Me quedo con una cara de bobo que no puedo con ella, mi primer regateo me ha salido rana... vamos, que un poco más y a la segunda me aumenta el precio el taxista. Creo que sabía dos cosas, que soy europeo y que es mi primer día... estos taxistas ya vienen de vuelta, nunca mejor dicho.

         Tras aceptar el precio y montarme en el coche con un poco de vergüenza por haber fracasado en mi regate, decido hablar con él un poco.... y hasta en eso me llevó la delantera el tío...

         Taxista:        Español, no?
         Peregrino:    (Pues vaya con el tío...) Si, sí...
         Taxista:        Trabajo?
         Peregrino:    No, no... voy a Chachapoyas a ver a unos amigos.
         Taxista:        Pues vaya viaje te espera...
         Peregrino:    Ya, ya... ya me estoy haciendo a la idea.
         Taxista:        Bueno, me llamo Manuel.
         Peregrino:    Martín, encantado...
         Taxista:        En España nos llaman Manolo....
         Peregrino:    Ya, ya... je, je...
         Taxista:        Es muy temprano para ir al centro, estará todo cerrado.
         Peregrino:    A qué hora abren?
         Taxista:        Mínimo a las 9:30.

         Eran las 7:30 de la mañana...

         Peregrino:    Bueno, daré unas vueltas hasta que abran.
         Taxista:        Te dejo mi tarjeta, por si me quieres volver a llamar...
        
Vista general de Lima
         Al final, cuando me dejó en el convento, tuvimos una charla más amena, me comentó las cosas con las que debía tener cuidado, como era llevar el móvil en la mano, o pasar por ciertas calles... Me llevó al convento y me dijo que a la vuelta al hotel podía parar un taxi de los amarillos, que funcionan a gas y me costaría menos, pero que al taxi le parara yo y que nunca tomara uno que parara para ofrecerse a llevarme... Al final, hasta nos hicimos amigos y todo... Me comentó que era del Barcelona, y yo para fastidiarle un poco le dije que era del Madrid, me comentó que tenía dos hijos, etc, etc... y cuando se fue me dijo que me cobraba 10 soles porque era legal, pagaba impuestos y la mayoría son piratas, y además su coche es de gasolina y no de gas... Bueno, bueno, pues muchas gracias por los consejos y adios.

Palacio Presidencial
         Reconozco que sus consejos fueron útiles, aunque me sirvieron para mirar a la cara de todo el que me cruzaba, y luego pensé que si andaba así no disfrutaría del paseo... Llegué a una calle concurrida, mucha policía por todas partes, y luego me enteré de que estaba en el palacio presidencial, que cubre una cuadra entera. Aquí llaman cuadras a lo que nosotros llamamos manzanas.

Si vas a Lima no pesques aqui
         Llego a un río lleno de mugre que baja corriendo que se las pela, y a una carretera en la que empiezo a ver los síntomas de la economía de Lima... coches de hace 40 años, autobuses que parece mentira que sigan funcionando, camiones que llevan personas en los techos... bicicletas mezclándose en la autovía con los coches, motos-taxi cubiertos y sin cubrir... y un sin fin de vehículos que jamás creía que vería nunca... los grabo para que los veáis.
  
         Me vuelvo para atrás a ver más calles, y todas son parecidas... sigo dando vueltas y acabo metiéndome en una arteria de las principales, donde están los edificios importantes... Andando, llego a la biblioteca nacional. Entro por un detector de metales con monedas, cámaras, mi navaja choricera, el cinturón con hebilla metálica, el relor, etc... y el detector no hace el menor atisbo de detectar metal alguno... además hay un guarda de seguridad que me dice: tira, tira... No dejo de asombrarme... Si uno quisiera entrar armado hasta los dientes, podría hacerlo sin inconveniente.... y tras tanta “medida de seguridad”, me pongo a echar fotos y me viene una señora que me prohibe fotografiar un cuadro de no sé quién, aunque todo lo demás lo puedo fotografiar.... Para estar más segura de que no eche la foto al dichoso cuadro, me acompaña en todo momento... me dice que fotografíe unos bustos..., los fotografío. Me dice que fotografíe un patio..., lo fotografío. Me dice que fotografíe una fuente..., la fotografío... y cuando me canso de fotografiar las cosas que me dice le digo amablemente que se vaya a freir espárragos, que yo fotografío lo que quiero. Y me voy.

         Sigo andando y veo un espectacular movimiento de autobuses llenos de gente hasta las orejas que llevan a personas remetidas apretadas para ahorras espacio. El copiloto lleva tres cuartas partes de su cuerpo fuera del autobús, con un cartel y gritando a moco tendido los destinos a los que se dirigen... y cuando la gente lo escucha entran como si dentro repartieran billetes... es digno de ver.

El extintor no es de la epoca...
         Un poco más adelante veo un museo tradicional peruano, llamado Museo del congreso y de la Inquisición. Ya solo por el nombre, decido entrar, y porque es gratis... Está bien, porque muestra la vida de los soldados peruanos, sus batallas y sus trajes de uniforme, sus armas y sus cañones, y luego, métodos de tortura inquisitoriales y cámaras de reclusión subterráneas reales, con las pocas comodidades que podéis imaginar. No sé qué relación pueden guardar dos hechos tan distintos, por un lado la inquisición y sus métodos y por otro lado los trajes y armas de fuego de los siglos XIX y XX peruanos... imagino que será por falta de espacio para dos museos separados, o porque por separado no tienen entidad suficiente para que sean visitados... de todos modos daría igual, porque es gratis... en fin, que salgo y me voy a ver cosas más alegres.
Algo común aquí

         Caminando por un edificio victoriano colosal, veo que es el Palacio del Congreso de la República. Anoche en la tele peruana me percaté de un anuncio del gobierno que decía que por primera vez en la historia de Perú, el congreso de la república abre sus puertas para que el pueblo pueda visitar el lugar donde se formulan las leyes del país... como me acuerdo de ese anuncio, pregunto si puedo entrar, y me señalan una puerta en la que me tengo que identificar. Me identifico, les dejo mi DNI y me meten con un guía que iba a entrar con un grupo de colegiales de unos 8-10 años.
Este es de los modernos

         Resulta que llego a Perú y puedo ver de primera mano el congreso de la república, antes que la mayoría de los peruanos. La verdad es que por dentro es una joya arquitectónica, vemos los pasillos por los que circulan los políticos, los salones de recepciones nacionales e internacionales, el salón de actos e institucional, y cómo no, el congreso con sus escaños y sus balcones para la familia presidencial, las fuerzas armadas, los periodistas y la Iglesia...
El congreso peruano

         Después de ver el Congreso, me voy al convento de Santo Domingo, que es a lo que he venido y veo que me da la una del medio día sin verlo. No puedo irme sin ver a San Martín de Porres y a Santa Rosa de Lima. Voy andando y paso por la Iglesia de San Francisco, a la cual entro por obligación franciscana... Cuando entro, están celebrando la eucaristía, ya casi en la Comunión, así que me quedo hasta que acaba. Después echo las fotos de rigor y me voy.

Tumba de Fray Escoba
         Llego al convento de Santo Domingo, donde están los Santos que voy a visitar. Compro a una mujercilla unos rosarios y regalos porque me acuerdo de que me hicieron el encargo de pasar algún objeto por la tumba del Santo de Lima. Compro de todo y al final todo lo pasé por la tumba del Santo, y de regalo, también por la de la Santa.

Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y San Juan Macías están aquí

         La entrada al convento cuesta 5 soles, es decir, que no llega a 1 euro, y aunque hubiera sido más cara, habría merecido la pena. El convento me suena, creía que ya lo había visto... son estas sensaciones que uno tiene... y le pregunto a la guía: ¿aquí se rodó la película de San Martín de Porres?.. y me contestó que sí, y que precisamente lo último que veremos es un video que muestra fragmentos de la película en los que se ven detalles del convento...

Tumba de Santa Rosa
         Veo todo el convento, las tumbas, las muestras de los estragos de los terremotos y cuando llega ese momento, la guía me pregunta: ¿Has sentido el temblor de esta noche? Me quedo patidifuso... no había pensado en los temblores y de repente me doy cuenta de que estoy en la zona sísmica por excelencia del planeta... entonces me muestra por fin lo estragos que hace un terremoto y los típicos carteles de “zona segura en caso de sismo”... no sabe porqué se colocan esos carteles en puntos estratégicos, pero rápidamente me doy cuenta de que se colocan debajo de vigas, debajo de puertas y debajo de arcos... nunca debajo de otros sitios como techos o bóvedas.. eso no es más que porque lo que corre peligro de caer es la bóveda o el techo. Para que caigan las vigas y los arcos, tiene que se un temblor de cuidado... pero los hay.

         Como me dan las 12:30, salgo a parar un taxi de los amarillos y el taxista me dice que 7 soles por ir al hotel, así que ni regateo ni nada... primero porque son tres soles más baratos que la ida, y segundo, porque no se me da bien regatear... De todos modos, cuando llego al hotel, le doy un sol de propina al taxista porque es muy gracioso... viste pantalón corto y chanclas, camiseta amarilla rota y raída, gorra de medio lado a lo “príncipe de Bel Air” y bigotillo tipo “Flanders”... además, habla muy gracioso y es buena persona, se nota de lejos... Cuando me deja le doy un sol más de propina, aunque pensándolo bien, le estoy dando poco más de 25 céntimos de euro... sin embargo, se muestra muy agradecido.

         Subo al hotel y recojo todo rápido... pero para cuando quiero salir son las 13:10.... y antes de abrir la puerta suena el teléfono... Me imagino la cara de la recepcionista ya con la mano puesta para cobrarse nuestro trato... le digo que estoy bajando, y cuando bajo, suerte.... es otra que no sabe nada, sólo que debía abandonar la habitación a las 13:00 horas y llamaba para cerciorarse... me voy riendo un rato.

Mi nuevo amigo Manolo
         Salgo fuera y Carlos, el recepcionista más amable del mundo a la par que el más alegre, me coge las maletas, me las guarda y me llama a Manolo para que venga porque se lo pido... Esperamos porque está haciendo un servicio, y tal y como está la cosa, me dice que es mejor que me lleve él que no otro, por si acaso... Como ya me dio precio de ir a la estación, esta vez no hizo falta negociar... eran 12 soles.  Cuando llega, Carlos me mete las maletas y salimos pitando... Cuando llegamos a la estación de GH Bus, veo que la pinta de los alrededores, incluso a pleno día, tiene peor pinta que el Bronx de madrugada... y me dice: Ni se te ocurra salir de la estación bajo ningún concepto... Entonces, viendo que quedan tres horas para que salga el Bus, le digo que me lleve de vuelta al hotel, y que allí hago tiempo para venir justo a la salida del Bus... A ver qué pinto yo en zona hostil tres horas sin nada mejor que hacer que vigilar con saña las maleta y la mochila...

Aquí os dejo el documento de un taxista de taxis amarillos de gas


         Me lleva de vuelta y le invito a él y a Carlos a una cocacola, porque no beben alcohol ninguno de los dos. Yo pido una cerveza, pero están recién metidas en la cámara y están calientes.. pero con 35 grados a la sombra, prefiero una coca-cola fria. Es entonces cuando surgen los buenos momentos de conversación entre los tres... vienen personas a hablar, me las  presentan... me preguntan cosas de España, de la paella, del fútbol, de la crisis.... y me cuentan las cosas de Perú y de Lima. Sus familias, sus hijos y sus estudios, sus trabajos, un chiste por aquí y otro por allá... me presentan hasta al mismo jefe del hotel que me dice que tiene un hostal justo al lado a mitad de precio para cuando vuelva a España y pase por Lima... Total, que va llegando la hora de irme y me da pena de despedirme de mis nuevos amigos... Le cuento a Manolo a qué voy a Chachapoyas y se queda impresionado.... no concibe que alguien pueda prestar un minuto de su vida por nadie... pero le recuerdo que me comentó que durante sus años de taxi le parieron hasta cinco veces en el taxi y las mujeres, cuando llegaron al Hospital, de lo último que se acordaban era de pagar y de limpiar... y sin embargo se sentía orgulloso de haberlo hecho... Casi se le salta una lagrimilla... Me lleva al Bus, antes me despido de Carlos, me dejan en la parada y saca las maletas, las mete dentro y se cerciora de que paso la línea en la que hay policías custodiando a los pasajeros... Le pago y me voy... esta vez se ha merecido una buena propina. Me llevo su tarjeta para la vuelta...

         Ya en la estación, como llevaba un bollo de pan para el viaje y no lo había usado, lo saqué junto con un blister de queso que me compró mi hermana envasado al vacío. Saqué mi navaja y la enseñé bien para que todos supieran que iba armado, ya que era el centro de atención... Sentía que despertaba la curiosidad entre el gentío del mismo modo que si un hombre vestido de sevillana entrara en un bar heavy... Pero no parecían tan hostiles como los que estaban detrás de la policía esperando que algún incauto cruzara la línea... todos parecían sabérselas bien, ya que todos estaban bien dentro de las instalaciones para no asomar los hocicos.
La huella dactilar... ¿porqué será?

         Cuando llegó el momento, me subí al autobús, y como estaba comiéndome el bocadillo en la misma puerta de embarque, fui el primero en subir... esperaba no causar mala impresión por ser el españolito que se cuela a todos los peruanos... Y vaya con la sorpresa! Para subir al autobús tienes que firmar un documento y poner tu huella dactilar mojada en un tampón de tinta y en un documento identificativo.... poco después supe que es por si el autobús se despeña y no quedan supervivientes, que se sepa quienes eran las víctimas... muy alentador, si... sobre todo para empezar un viaje en bus de 24 horas.

         Más tarde comprendería que tiene más sentido del que pensaba la medida de la identificación de los pasajeros con la huella dactilar...

         Me toca el asiento 41, y cuando entra hasta el último pasajero de las estación, me llevo la sorpresa de que viajo sólo... ¡qué bien! Al menos puedo despatarrarme y desperezarme sin molestar ni ser molestado.

El asiento del bus
         El autobús arranca y salimos, y sólo tardamos 2 horas en salir de Lima... no puede ser... la ciudad es interminable... también pasamos por otra estación a recoger equipaje y algún pasajero más.... De repente, entra un peruano gordaco como un tejón, con cara de malas pulgas y buscando un asiento.... Yo rezaba para que no tuviera el 42.... llega, mira mi asiento, mira su boleto.... y tras unos segundos de terror, se da cuenta de que su asiento es el de delante de mí.... Ese asiento lo ocupa una chavalita muy maja que viaja con una señora que luego supe que ni era su abuela, ni era su madre... así que me quedé con las ganas de saber quién era...

         Resulta que la chica y la mujer tenían previsto el viaje para el día anterior, pero no pudieron viajar porque la empresa de autobuses canceló el viaje porque había habido un huayco en la zona de Baguas Grandes... Si no fuera porque yo ya sabía lo que era un huayco, no me habría puesto los pelos de punta... Resulta que yo había leído un libro llamado “Yauyos, una aventura andina”... en el cual te explica muy clarito que un huayco “es un desprendimiento de la ladera de una montaña, con el consiguiente corrimiento de tierras ladera abajo en forma de monstruo imparable que arrasa con todo a su paso...” Y resulta que en Baguas Grandes, un huayco se había llevado por delante un tramo de carretera y estaba cortada la comunicación. Para el día del viaje, ya estaba abierta una ruta alternativa... Los peruanos tienen un servicio muy bueno y rápido de solución de este tipo de problemas, ya que es más frecuente de lo que pensamos... De un día para otro son capaces de movilizar un ejército para trasladar una montaña entera de sitio con tal de no interrumpir las comunicaciones.

         Pues bien, la chica estaba sentada en un asiento cualquiera, ya que su billete era del día anterior, del viaje cancelado... y el peruano, ni corto ni perezoso, dijo que no le importaba, que ese asiento era suyo, que “llevaba su nombre...” Tuvo que venir el copiloto para mediar con él, y le propuso salir a la señora, pero el lambuzo del peruano quería que saliera la chica, porque el asiento que llevaba su nombre era el de la ventanilla... Por no discutir, el copiloto le dijo a la chica que si no le importaba viajar junto a mí, y accedió... Y, cómo no, yo respiré aliviado... siempre es mejor viajar un día entero junto a una chica, por muy fea que sea, que junto al lambuzo cabreado.

         Al final, como estos viajes dan para mucho, hicimos amistad la chica y yo. Se llama Milagros, porque dice que el patrón de su pueblo es el Señor de los Milagros y que nació el 19 de octubre, el día de la onomástica. Me contó cosas de su familia, de ella y de porqué está en Lima, de los secretillos del camino y de Perú, etc... y yo le conté a qué iba a Chachapoyas... La chica tenía una voz parecida a la de los angelitos, lo cual, combinado con el acento medio cantarín medio telenovelero de los peruanos, la hacía más agradable.

         En realidad, la chica tenía una vida dura, y los sacrificios que hacía en Lima por sacar adelante sus estudios, trabajando de diario cuidando a una anciana y de fin de semana en una pollería, hacen que uno piense dos veces las cosas cuando se queja en la vida. Sin embargo, la chica no daba muestras de ser infeliz, y se mostraba contenta por poder ir a ver a su “mamita” por quince días, ya que en Perú las vacaciones escolares comienzan en febrero.

         El viaje es todo un espectáculo. Nada más salir de lima, un accidente de un trailer que cortaba la carretera y el bus, haciendo uso de la tracción total, campo a través se metió con tal de no detener su marcha... Se nota que el conductor está más que habituado a contratiempos de este calibre. Después, nos sirven la cena en el Bus, algo inaudito en un país como España, nos ponen una película y a dormir.

         No duermo mucho tiempo seguido, pero sí varias veces por un rato. Me había quitado las botas para estar más cómodo, y el copiloto, que hace las veces de azafato, dijo por megafonía que por favor nadie se quitara el calzado por respeto al resto del pasaje... Me los puse de nuevo y a dormirr.

         A las 3:00 de la mañana llegamos a Chiclayo, lo que viene siendo la ciudad sin ley... Es cierto que este país no es seguro para un viajero incauto que no quiera seguir las normas básicas de supervivencia en territorios hostiles. La única norma es no bajarse del bus para nada, y como hay cuarto de baño, no es necesario. Aún así, baje... no podía resistir la tentación de ver cara a cara a tantas personas buscándose la vida entre los pasajeros incautos... Pero cuando vi que la cosa podía ser seria, subí como alma que lleva el diablo... si me descuido me meto en un autobús que no es el mío...

         Seguimos el viaje en el mismo bus, yo pensaba que haríamos transbordo, y como sigue siendo de noche, otra película y a dormir... Fijaos bien cómo atendería a las películas que no me acuerdo ni de qué iban.

         Al final amaneció, poco a poco... pero ya desde las 5:30 de la mañana se empieza a ver el bullir de personas en moto-carro, andando o corriendo y dirigiéndose a cualquier parte... a las 6:00 de la mañana es pleno bullir de gente. Creo recordar que desde Lima a Chachapoyas (1.200 Km) no hay un tramo de más de 5 Km en el que no haya gente haciendo algo: robando, sentada, trabajando, arreglando un pinchazo al motocarro o de paseo... y multitud de casitas (si se pueden llamar así) salteadas durante todo el trayecto.

         Llegamos a Bagua Grande, y llegó el momento de ver qué había pasado con el huayco... simplemente impresionante... Ha sido un milagro que no haya habido víctimas, porque de haber pasado alguien por la carretera en ese momento no habría quedado el menor rastro... Sin embargo, los peruanitos vestidos de amarillo habían abierto ya un paso alternativo.... eso sí, campo a través, lo cual no supuso la menor traba para nuestro chofer, que seguro que se las ha visto peores...

         Un par de camiones volcados más y unos cuantos peruanos haciendo acopio de su carga, y llegamos a la subida más impresionante que jamás haya hecho en carretera... Cruzando los andes como quien cruza el umbral de la panadería, casi nada.

         Y los paisajes son espectaculares. Eso de mirar por la ventana y ver una montaña de 5 km de alto junto a ti, pequeño ser inapreciable, es algo indescriptible... hay que verlo. Del mismo modo, mirar por la ventana y ver las nubes por debajo de ti en lugar de por encima, es también una sensación para vivirla... en autobús, claro, porque en avión no vale la comparación.

         Y al fin, llegamos a Chachapoyas. No me lo puedo creer... seis meses esperando esto, conociéndolo por internet, pasando por los viajes más largos de mi vida y al fin, llegué...

         La recogida del equipaje es un caos... todos quieren su equipaje y a los de la empresa de autobuses, que deben estar acostumbrados a negociar los robos de equipajes, sólo les faltaba sacar la pistola y pegar dos tiros al aire... Por fin todo se calma y se entregan los equipajes.

       
    Una vez más, el Obispo Don Emiliano me viene a recoger a la estación y me lleva al obispado. Nada más llegar me hacen un tour por el pueblo para enseñarme los entresijos de sus calles y sus gentes... No me puedo creer lo que veo: El mayor caos constructivo que jamás haya visto nunca, no hay orden ni concierto en nada, ni en calles, ni en fachadas, ni en sistemas...  Si hasta muchas personas ponen la casa donde les parece y pasados un par de años, poco a poco van suprimiendo los toldos por adobe y luego, a ver quien dice que el terreno es suyo...

         Nada más llegar, ya tengo la primera audiencia con el obispo y Toni, el alcalde de Granada que se encuentra en Chachapoyas. No entramos en detalles, pero hablamos un rato, nos conocemos y quedamos para visitar Granada el jueves.

         Después de todo esto, hay una misa diaria a las 19:00 horas, a la que voy para agradecer a Dios que haya llegado sin contratiempo con tanta aventura por medio... Cena con los curas, y a dormir. La pensión provisional está regulin, no es como la de Lima, aunque cuenta con lo básico... ¡hasta tele en color! Una ducha intentando no rozar mucho las paredes, pijama improvisado al haberlo olvidado en casa y a dormir...

         Mañana será otro día y ya te lo contaré.

         Hasta mañana!!

2 comentarios:

  1. HOLA HERMANO MARTIN YA VEO COMO TE MUEVES POR ESOS PAISES TEN MUCHO CUIDADO YO VOY DICIENDO TODO LO QUE TU DICES A TOD@S TUS HEMMANOS DEL GRUPO DE SANTA CLARA .. TE HECHAMOS MUCHO DE MENOS SUPONGO QUE TU A NOSOTROS PERO ESO SI TU NOS TIENES EN LA FOTO QUE TE DIMOS TU GRUPO DE CATEQUESIS GENIAL CON LUIS. MANDANOS UNA POSTAL DESDE ALLI DONDE ESTE NOS ARIA MUCHA ILUSION .. NADA MAS YA TE IRE CONTANDO UN FUERTE ABRAZO TU HERMANO EN LA FE JUAN ...

    ResponderEliminar
  2. Hola Martin,me imagino que tendrás una sensación de curisodad, de "miedo", de enfrentarte a lo desconocido,no se como explicarlo, tal vez eso sería lo que yo sentiria si estuviera alli. La verdad es que tienes muchos dones, pero uno de ellos es la comunicación escrita. Es increible como relatas lo que estas viviendo.
    Debes de saber que eres el tema principal de tus hermanos y hermanas de Santa Clara,como no podía ser de otra manera: "como estara Martín", "ojala el viaje no le muchos problemas, por que es un viaje largo" "como será la comida" le acogeran bien las gentes de allí"......y todos esperando leer tus noticias para luego comentarlas.
    El viernes 3 de febrero nos invitó Pepi a una tarta porque había sido su cumpleaños, y nos juntamos en el lugar de siempre, le cantamos "cumpleaños Feliz" acompañados con el guitarrista de la casa........pasamos un buen rato.
    Tu grupo de catequesis fenomenal con Luis. Los demas tambien vamos siguiendo el camino marcado.
    Otra noticia, ya ha llegado la hermana Catalina, aún no he ido a saludarla,espero hacerlo esta semana.
    Espero que te cuides y tengas cuidado, que enseñes lo que tu sabes y que sepas recibir y aprender lo seguro te enseñaran las gentes de allí.
    Te deseo mucha suerte y no pierdas nunca la ilusión aunque las cosas no te salgan como tu quisieras.
    Que el Señor te enseñe el camino y la Virgen Santisima te acompañe siempre.
    Hasta la proxima.
    No dejes de escribir.

    ResponderEliminar