Son los personajes más influyentes de la historia, por su carisma, por su martirio o por su entrega total a Dios. El calendario es un verdadero santoral, donde cada día está dedicado a uno o varios santos que un día pasaron por éste mundo llevando un mensaje de paz, amor y anunciando la buena nueva (el evangelio). Sus vidas son muy dispares y sus orígenes también.
Los ha habido salidos de familias pobres y humildes, como el buen San Martín de Porres que dedicó su vida a los más pobres y al servicio a sus hermanos los frailes, de modo que siempre con la escoba en la mano se ganó el título de fray escoba. Los hay que salieron de familias nobles y adineradas, como el gran Francisco de Asís, hijo de un comerciante de telas, que iba para caballero hasta que el Señor le llamó y le quitó sus aires de grandeza para así hacerle grande entre los grandes en la pobreza.
Te propongo que nos cuentes la vida de los santos que conozcas, de los santos que te gusten sobremanera por su historia y vida, independientemente de tu condición religiosa, ya que los santos, además de ser los representantes de Dios en la tierra, son personajes históricos que culturalmente conviene que no se olviden.
Vamos a compartir la vida y obra de los santos más influyentes, pero también la de los menos conocidos que probablemente son los patrones de tu pueblo o tus santos patrones personales. Quizás no sepas nada del santo de tu onomástica y te interese conocer algo. ¿Te animas?
Asómate al mundo exterior...Y VERÁS TODO LO BUENO QUE TIENE!
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Asómate a la ventana y mira, escucha, habla...y comparte conmigo tus impresiones.
Mi santo es sin duda San Francisco de Asís, por su peculiar forma de vida y por crear la orden de hermanos menores (frailes franciscanos), la orden de hermanas pobres de Santa Clara (Clarisas) y la orden tercera (terciarios seglares). Nacido en Asis, en 1182, es, como está reconocido, la personalidad de la historia más influyente del 2º milenio, y sus seguidores se cuentan por miles en cada una de las generaciones que le han seguido. Se le conoce como “alter Cristo”, es decir, “el otro Cristo”, ya que ha sido la persona que más se ha parecido a Jesús al imitar al detalle su vida. Quería ser el más humilde, de hecho nunca quiso ser sacerdote a pesar de fundar la orden religiosa más importante. Fue un converso total, aunque ya era creyente, porque se convirtió pasando de una vida rica y acomodada a ser el último entre los últimos. Su padre, Bernardone, era un gran comerciante de telas que hacía grandes negocios en Francia, lo que llevó a que apodaran a su hijo como Francesco. Se convirtió justo en el momento en que acariciaba el sueño de ser caballero. Y ya casi lo había conseguido cuando el Señor le dijo: “Francisco, ¿a quien quieres servir, al amo o al siervo?”.
ResponderEliminarEn la ermita de San Damián, el Señor le dijo: “Francisco, ve y repara mi Iglesia. ¿No ves que amenaza ruina?” Y el pobre Francisco, pensando en la Iglesia de piedra, empezó a reparar las iglesias de Asis, hasta que comprendió el Obispo Guido en un sueño que era la de los hombres. Llevó el nombre de Jesús hasta los confines del mundo, llegando hasta el mismísimo Sultán, al cual no pudo convertir por decir éste que de hacerlo le iría la cabeza en ello.
Se comentan entre sus obras innumerables milagros, ente los que se destacan el apaciguamiento del lobo en Gubio, el sermón a los animales, la curación de enfermos, etc. Pero sin duda, lo más grande fue la concesión de sus llagas en su cuerpo.
Francisco despreciaba el dinero y no se avergonzaba de llevar una vida de pobreza. No vivió para sí, hasta el punto de que a los 40 años era un anciano, enfermo de todo.
Fue la primera persona que recreara el nacimiento de Jesús, es decir, a él le debemos el portal de Belén en nuestras casas.
Es el patrón de los ecologistas por su gran amor a la creación, el gran amor que tuvo a la naturaleza. Su regla se ve implantada, aunque era reacio a hacerlo. Y lo hizo, y con ello nos dio su mayor regalo. Y así, a los cuarenta y cuatro años de edad, en su lecho de muerte dejó un mensaje de amor a sus hermanos, acogió a la muerte como a una hermana, dando testimonio de ser un gran Santo.
Poco después de su muerte, el pueblo de Asís, reconociendo a su gran Santo, le construyó una basílica que en condiciones normales se habría tardado en hacer más de medio siglo, pero urgía tenerla para tan gran personalidad, digna de todo lo grande por haber sido siempre el más pequeño entre todos.
Hoy día, es un referente en la Iglesia, y tanto creyentes como no creyentes se admiran al conocer la historia de tan gran ilustre persona. Nos legó la Tau, la última letra del alfabeto hebreo, ¡cómo no! La última como él, que nos recuerda que los últimos entre los hombres serán los primeros en el reino de Dios. Es el símbolo franciscano por excelencia, junto con el Cristo de San Damián. En efecto dijo al morir: “hermanos, comencemos, porque hasta ahora poco o nada hemos hecho” y en efecto, yo pienso que si él dijo eso… ¿qué podremos decir nosotros?
Un saludo a todos. Os agradecería completarais la historia del Santo o la ampliarais con lo que sepáis de él.
Francisco fue bautizado con el nombre de Juan, pero por los viajes a francia le llamaron francesco (de francia). Tuvo un compañero de viaje, fray León (o iluminado como le llamaba él) que fue compañero de fatigas, que vio los milagros en primera persona, que escribió todo cuanto le pasaba, y un gran biógrafo (Tomás de Celano) que hizo una biografía espectacular, como pocas. Os recomiendo la vida y obra del santo de asís de mano de Tomás de Celano. Un abrazo, hermanos!
ResponderEliminarDel primer milenio el más importante: Jesús.
ResponderEliminarDel segundo: San Francisco.
Le llamaban en Alter Cristo, o lo que es lo mismo, el otro Cristo. Ese honor no se lo dan a cualquiera.
Saludos franciscanos