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"Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho..."

Un gran Santo, el más pobre en lo material, pero el más rico en lo espiritual dijo en su lecho de muerte: "Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho...". Ese gran Santo era Francisco, y si él dijo no haber hecho nada, ¿que hemos hecho nosotros? Empecemos a hacer algo para cambiar el mundo, ¿no os parece?

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miércoles, 20 de febrero de 2013

Capítulo 26. Entre gozos y pozos...


         Finalmente el lunes se pospuso el trabajo y no fue posible trabajar. Hay algunos cabos sueltos que atar en lo referente a la financiación y es mejor esperar a tenerlo todo en orden. Por lo tanto, el lunes, como además es día de descanso de mis compañeros, nos lo tomamos libre.

         Hoy el evangelista nos habla del trato que debemos tener para con el hermano. Lo que al hermano le hagamos se lo hacemos a Él... más identificado con el hombre no puede mostrarse Jesús al hablar así. Entonces yo me planteo una cuestión:

         Viendo a los pequeños por las calles de Tana me pregunto si realmente somos iguales o si, por el contrario, nosotros mismos nos marcamos las diferencias entre ellos y nosotros. Veo a un niño pobre, sentado en el suelo y sin nada aparente que hacer aparte de consumir sus días en esa postura, en ese sitio y sin oportunidad alguna de mejorar su vida.

El niño "de la meditación"
         Ellos son pobres, yo no...

         Ellos duermen en el suelo, yo no...

         Ellos viven en un país subdesarrollado, yo no...

         Ellos son pequeños, yo no...

         Ellos son de color, yo no...

         Ellos carecen de oportunidades, yo no...

         Ellos hablan malgache, yo no...

         A primera vista somos muy distintos. Se podría decir que, después de este análisis, somos tan diferentes que parece que somos de planetas distintos. Pero no te engañes, porque este análisis está hecho con los ojos humanos, sin embargo, cuando uno ve las cosas desde la perspectiva de Dios, la cosa cambia:

         Ellos son personas, yo también...

         Ellos viven en esta época concreta, yo también...

         Ellos son copropietarios del mundo, yo también...

         Ellos son hijos de Dios, yo también...

         Ellos necesitan ayuda, yo también...

         Ellos tienen padre y madre, yo también...

         Es por esto que necesitamos ver las cosas desde un punto de vista cristiano, desde una perspectiva de justicia social. Más de una vez he hablado de lo que es realmente ponerse en el lugar del otro. Es bonito decirlo, pero difícil hacerlo. La mejor forma es poner todos nuestros sentidos en ello, pensar lo bien que estamos y la suerte que tenemos mientras otras personas carecen de las cosas más básicas, aquellas que para nosotros han perdido su significado por lo acostumbrados que estamos a ellas... ya sabes, la luz, el agua, una ducha, la educación, etc.

         Aprender a ver las cosas desde un punto de vista cristiano ayuda bastante, así uno cambia el chip para dejar la inactividad y empezar a hacer algo por cambiar este mundo... “hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho...” (San Francisco de Asís).

         Por si alguno lo piensa, no es requisito imprescindible el hecho de ser cristiano para hacer algo por cambiar el mundo. El sentimiento de la solidaridad es innato en la gente, solo hay que despertarlo. Lo único que hace falta es adormecer un poco nuestro egoismo y despertar nuestra conciencia para ser capaces un día de hacer este ejercicio de ponernos en la piel del prójimo.

         Tampoco hace falta subirse al avión para ir a 10.000 Km de casa, sino que podemos comenzar en nuestro propio bloque de vecinos... aunque no lo creas. Siempre hay alguien que necesita de nosotros, pero generalmente preferimos pasar de largo porque son tantas las cosas que tenemos que hacer (por nosotros o para nosotros) que se nos va el tiempo (nuestro tiempo) y luego andamos con prisas (para seguir haciendo nuestras cosas)... Por desgracia es más fácil mirar hacia otro lado que dejarlo todo por un día para trabajar por alguien que lo necesita... No hace falta ser tan radical, se puede empezar por pequeñas cosas. Yo te propongo que cada noche te hagas esta pregunta: “¿A quién he ayudado hoy?”. (Y perdóname si no te gusta que te hable en estos términos. No soy sacerdote ni juez... solo cristiano).

          Y cuando haces algo por los demás, las caras pasan de ser estas: 



          A estas otras:



         Bien, prosigo... Aprovechamos para ir al aeropuerto a reclamar en la tienda de “Telma”, el suministrador de internet que nos vendió las tarjetas de internet. El responsable de la tienda nos dice claramente desde el principio que no puede hacer nada. Aquí las cosas funcionan así, te venden algo defectuoso o que no funciona y no puedes reclamar. La diferencia con Europa es que allí puedes reclamar en algún organismo destinado a ello, para la defensa del consumidor, sin embargo aquí, igual que en Europa, las empresas capitalistas viven de robar al cliente. Uno se siente impotente cuando le dicen que no pueden hacer nada y que, además, no puede reclamar su dinero. Es una estafa en toda regla y quiero decirlo bien claro: La capitalista Telma roba a sus clientes... y lo digo también en francés, por si un día lo ven en google: La capitaliste Telma vol de ses clients... y en inglés, por si acaso: The capitalist Telma steals his clients... espero que haya quedado claro.

         Dos largas horas después sin movernos del mostrador para reclamar nuestros derechos nos tenemos que volver a casa porque aquí lo único que puedes hacer es denunciarlo a la policía, y eso cuesta más dinero que lo que Telma nos ha estafado... Así son las cosas en los paises subdesarrollados, los ricos viven de robar a los pobres, y los pobres cada vez lo son más. Es vergonzoso...

         Nos vamos a casa a comer. Tenemos las sobras del guiso de ayer, ya que hice comida para dos días, algo muy necesario aquí.  Después nos fuimos a descansar un rato y a “no hacer nada” esperando una reunión que teníamos en la antigua casa todos los cooperantes con la familia que organiza todo esto.

Con respecto a la reunión posterior, la cosa pintaba bien, ya que en esa reunión saldrían a relucir todos los problemas de convivencia y de trabajo. La cosa empezó en torno al evangelio del día, pero poco a poco se fue tensando el asunto, ya que hay varios puntos delicados que tratar. Yo me acordé de la corrección fraterna de la que habla el sabio Tomás de Kempis en “La imitación de Cristo”, y la practiqué. Resulta más eficaz hablar desde la serenidad que desde los estados alterados. Creo que finalmente todos pusieron sus cartas sobre la mesa, y el resultado fue un consenso más o menos justo y comprensivo. Gracias a Dios, a partir de esta reunión, creo que las cosas van a marchar mejor. Dios estaba en medio de nuestro debate, y eso ayuda, aunque no lo creas.

         Lo malo de la reunión fue la hora a la que terminó, pues eran casi las doce de la noche, así que mientras llegamos a casa y cenamos algo nos da la una y media, y el martes queremos ir a la misa de 6:30... y después tengo que ir al Centro de reeducación a trabajar porque el martes comienzan definitivamente los trabajos, según me cuentan.

Algo más que cansados...
          Pero el martes nos levantamos sin problemas, al menos sin grandes problemas, aunque eso sí, como zombis ambulantes. Tanto es así que después de levantados me siento en la cama con Remy mientras esperamos que se haga el café y al instante caemos rendidos... menos mal que Karima está despierta, porque si no, nos dan las tres de la tarde en esa posición. Eso sí, antes de despertarnos aprovecha para echarnos la foto.

      Hoy Jesús nos recuerda que a Dios no hay que tratarle como a un desconocido o con el distante respeto que le tienen algunos, sino que nos dice que a Dios le tenemos que llamar Padre, así, sin más... Es curioso ver cómo muchas personas tienen tanto escrúpulo para con Dios para ciertas cosas, si luego le hablan “de tú” y le llaman Padre en la oración más importante de la Iglesia, el Padre nuestro.

         Cuando nos vamos a casa a desayunar paso a comprar una barra de pan para hacer el bocadillo, ya que hoy comeré fuera. A las 8:30 salimos para el Centro porque a las 9:00 hemos quedado con Fy, el constructor, para empezar a trabajar. Me pongo manos a la obra y preparo un bocata de sardinas (de lata, claro) con tomate. Otro pequeño de paté (por si las moscas), la botella de agua y todos mis aperos de trabajo. Lo meto todo en la mochila y aún me sobra media hora para leer un rato mientras nos vamos. Pero a eso de las 8:10 me llama Remy y me dice: “no prepares nada porque dice David que se suspenden los trabajos hoy también...”. No puedo creerlo...

         Me voy a su casa y me dice que aún siguen estando sin solucionar esos flecos sueltos. Ha quedado con Fy en la prisión para hablar acerca de algunas modificaciones que serán necesarias tanto en la cárcel como en el centro. En la cárcel para introducir una mejora (tres duchas), y en el centro para eliminar algunos trabajos para abaratar la obra.
En una mano el móvil, en la otra el maiz... si nos vieran en Europa!!
Sarah, siempre con una sonrisa...
         Cuando terminamos de concretar todo nos vamos porque David tiene que recoger a Sarah del colegio, así que pasamos a por Remy y Karima y nos vamos a casa. Karima siempre con sus detalles, me ha comprado unas gafas de sol, ya que esta mañana se me cayeron las mías desde el balcón y se hicieron añicos... Son "Lacoste", jeje... o al menos eso pone, y hay dos lagartijas pintadas, una en cada patilla... Gracias Karima!!... Recogemos a Sarah, que le da un toque de alegría al día, con esa inocencia propia de la infancia, ajena a todo y segura porque estamos con ella... Así somos de pequeños, alegres y confiados porque nos sentimos en buenas manos. Lo malo es cuando uno se hace mayor y siente que la vida no es para despreocuparse.
¿Como he hecho esta foto?... Karima y yo, con mis nuevas gafas.
         En casa nos ponemos manos a la obra con la comida. Yo quería comer el bocadillo que hice por la mañana, pero cuando abrí el envase del chorizo Campofrío (que inexplicablemente encuentro en el Shoprite) para hacer macarrones con tomate y chorizo, se me olvida el bocata de sardinas. Con un sofrito de cebolla, luego el chorizo y un poco de tomate frito que he encontrado muy parecido al nuestro (aquí el tomate en lata es una pasta concentrada) hago unos macarrones para chuparse los dedos... y vaya si nos los chupamos.

         La siesta hoy no perdona porque he dormido algo más de cuatro horas, así que me preparo para leer mi libro y antes de que pueda comprender el sentido de la primera frase ya estoy en el limbo. Me despiertan las miles de moscas que hay aquí. Son insoportables y es imposible dormir con ellas posándose sobre uno en todo momento. Como tengo la mosquitera colgada del techo la extiendo y, ahora sí, puedo dormir a pierna suelta... y así dos horas...
La Cruz humana

         Tenemos a todos los niños del barrio expectantes de nuestro balcón. No saben cuándo saldremos y qué nuevas cosas les tenemos reservadas. Hoy le toca el turno a Karima que quiere formar una Cruz humana, igual que yo la Tau el otro día. Le sale bastante bien. Luego bajo a jugar un rato con los pequeños... me tiro por el suelo, y ellos también. Luego quiero que me ayuden a levantarme, pero no saben lo que les pido y se limitan a darme la mano... y luego unos cuanto se suben encima de mí porque quieren que les lleve a burro... cuando tengo a tres encima ya no puedo más, así que tengo que espantarlos un poco como las moscas... Casi me desloman, pero merece la pena “partirse el lomo” así...

El "burro" y los jinetes...
No importa mancharse de tierra... al menos a ellos.
Yo les pido ayuda para levantarme y ellos me dan la mano o se suben encima...
   Veo cómo un pequeño agarra una bolsa de plástico como si de un tesoro se tratase mientras busca papeles por el suelo, me pregunto qué estará haciendo. Y después de un largo rato de manufacturación artesanal, dando forma al invento y atando bien las puntas de las asas, me doy cuenta de que lo que acaba de fabricar es ¡un balón de fútbol!... y empieza a pegarle patadas por toda la plaza mientras corre detrás de él.

     Aprovecho de nuevo para dar las gracias a esos dos magnates del fútbol mundial que tenemos el “orgullo” tener en España... El Real Madrid y el F.C. Barcelona. Estos dos “generosos” clubes que nadan entre la abundancia, los millones y los laureles del éxito, preocupados como están por ser uno mejor que el otro, hicieron una gran aportación para esta misión y la de Perú, ayudando así a dibujar sonrisas por doquier en las caras de tantos niños como pegan patadas a balones improvisados... Estos dos enormes clubes, para los que unos balónes de fútbol y algunas camisetas supondrían una donación ridícula, han preferido ignorar la petición que, en repetidas veces, se les hizo... Así que desde Madagascar, os doy las gracias por el entusiasmo que habéis puesto en hacer algo por estos pobres niños que tantas ilusiones ponen en vosotros y que hacen cualquier cosa por conseguir algo relacionado con vuestros clubes, como una camiseta china en la que pone “Real Nadrid”... (sí, con “n”)...


El improvisado balón de fútbol
Aquí no hay medias tintas: al "0".
         Por la tarde vamos a casa de David, pero hay una tormenta y la luz va y viene, y no hay internet. Como tengo mi cita, ya obligada, con los salesianos en el rezo de vísperas, aprovecho para ir y decirle a Remy y Karima que vengan. Después de vísperas hacen un rezo del rosario en francés, y me quedo con los salesianos mientras ellos se van a la casa. Karima va a cortarle el pelo a Remy mientras yo sigo ahí. Cuando llego me los encuentro en plena faena. Se lo está cortando al cero, aquí no hay miramientos. En cualquier caso es un buen remedio preventivo contra los piojos que, posiblemente, lleguen un día a nuestras cabezas... o a mi barba, que es peor.

         Cuando estamos en casa hago para cenar un poco del pollo que tenía congelado del otro día con una ensalada que no se la salta ni el caballo del Cayetano. Hoy quiero sorprender a estos comensales con un poco de pollo al ajillo. Y parece que les gusta, o eso dicen...
Cenando el pollo al ajillo...
         Nos queremos acostar pronto porque estamos muy cansados. Mañana queremos ir a la misa y después ellos se van, Karima a la cárcel y Remy al centro. Yo me quedaré en casa, a ver si logro comenzar mi examen de portugués que mi profesora Paula me ha enviado. Desde aquí aprovecho para darle las gracias por el detalle de permitirme hacer un examen desde el Trópico de Capricornio... casi nada.

         Si me da tiempo, iré al aeropuerto a ver unas cosas muy bonitas que he visto para algunos colaboradores que se lo merecen mucho... tengo que regatear un poco los precios, pero merece la pena. Es de bien nacidos el ser agradecidos...

         Nos vamos a la cama a descansar, que mañana es otro día, pero antes te dejo algunas fotos...


        



 ¡¡Hasta mañana!!

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