Capítulo 18. Aclaraciones finales antes de la obra y paseo por Tana

           Cuando regresé a casa, Karima ya estaba haciendo la cena porque teníamos invitados. Venían a cenar Hèléne, David y Sarah. Los inquilinos de la nueva casa estábamos al completo, así que nos juntamos unos cuantos. Cenamos pasta con tomate... jeje... (ya no se me ocurren cosas nuevas que decir), con un poquito de cerveza. Estaba bueno.

Los comensales en la nueva casa

         Después de cenar estuvimos hablando un rato acerca de los niños del Centro, de la cárcel y de los del barrio, acerca de si es o no conveniente darles caramelos. Creo que la deducción de que dar caramelos a los niños conllevará a que más grandes pidan dinero y después esto derive en que roben a los turistas es algo exagerado. Puede darse el caso, aunque yo pienso que también es posible que estos niños recuerden a los turistas como aquellos simpáticos hombres blancos que un día pasaron por sus vidas y se la hicieron un poquito más feliz. También puede que alguno recuerde que aquellos “pieles blancas” que venían en nombre de un tal Jesús de Nazaret, les mostraban un cariño que al que no están acostumbrados y les hablaban de Él. Hay opiniones para todos los gustos.

         Terminada la cena vamos a hablar de los presupuestos que tenemos para la obra, pero se hace tan tarde entre esta y otras conversaciones que no hay tiempo. Mañana tenemos una cita con Fy y su padre en Antanimora. Será a las 9:00, así que debemos ir preparados para hacerles todas las preguntas necesarias.

         Por la mañana me levanto tarde, a eso de las 6:15, así que no me da tiempo a ir a misa. Tengo un dilema: A las 7:00 hemos quedado para salir a Antanimora, después de llevar a Sarah al colegio. Si voy a misa sin desayunar, luego no podré. Si desayuno, no haré la hora de ayuno que marca la Iglesia. Es todo un dilema, porque tampoco me da tiempo a ir a la misa completa. Tengo que asearme, coger la mochila con las cosas, vestirme y coger el ordenador para enviar un trabajo urgente de mis estudios de portugués que quiero hacer después de misa. Al final tomo la decisión (no muy meditada, por cierto, porque tengo claro que Cristo está por encima de todo) de desayunar, ir a comulgar y después salir con los compañeros a Tana. Nunca antes había hecho esto, pero he pensado que, como bien dice mi amigo Chus Villarroel, a veces las normas pueden más que Dios y damos más importancia a los decretos que a Cristo.

         Hoy he ido a comulgar después del desayuno... Soy consciente de que a alguno le puede resultar herético esto. Yo no tengo problemas en hacerlo las veces que sea necesario, porque lo más importante es recibir a Jesús. Mi opinión es que mejor es hacerlo sin ayunar que no hacerlo. Respeto todos los pensamientos en contra, que por otra parte, están fundados... yo me guío más por una fe basada en la gratuidad de Dios (sé que alguien pensará que esto no está bien). Si no sabéis de qué os hablo, os recomiendo que escuchéis a Chus en www.frayescoba.info. Podría no haber contado esto para evitar posibles controversias, pero entonces no sería libre...

         Bueno, terminada la misa intento mandar el trabajo, pero ya no es posible porque estoy fuera de fecha. Me quedo con las ganas y nos vamos a llevar a Sarah. Después salimos para Antanimora Hèléne, Remy, Karima y yo.

Familiares esperando ver a los presos

          Allí están los constructores, que nos explican lo que quieren hacer. Quieren llevarse el gato al agua, pero sus soluciones distan mucho de ser medianamente correctas. Al final llegamos a un acuerdo, aunque estamos más de dos horas con un tira y afloja que, unas veces es para uno y otras para otro. El tema de controversia es la fosa séptica. Me da la impresión de que su intención es hacer un agujero en el suelo y que todos los desechos vayan a parar ahí, pero una vez visto el terreno (que mejor no verlo), acordamos hacer una fosa séptica como Dios manda.

Solo muestro esta foto porque otras son menos agradables. Este es el lugar a donde va a parar todo

Mi "bol renversé"

   Todo queda claro, tanto el modo de hacerlo como costo que tendrá. Nos vamos rápido porque hay prisa. Es la hora de comer (aquí comen a las 12:00) y vamos tarde. Karima se quedó en la cárcel con los niños, y el resto nos vamos a casa, pero paramos a comer en el restaurante del primer día que estuve aquí. Como ya sé lo que es y me gusta, pido un “Bol renversé”, que como su nombre indica, es un bol lleno de pollo, verdura, arroz y un huevo frito al que se le da la vuelta en el plato y queda muy curioso. Lo malo es que si no lo ves no sabes lo que és, porque la traducción española podría ser “tazón boca abajo”... pero ese nombre no indica qué contiene el tazón... en fin, creo que cuando coma fuera pediré esto, por si las moscas. Ya me dijeron que probara una comida que prefiero no probar, al menos de momento... Os lo enseño:

Tiene buena pinta, ¿eh?  

         Después de comer, Remy se va al Centro y nosotros vamos a recoger a la niña. Luego me voy a casa y sigo con mis dibujos. Me iba a acostar la siesta un rato, pero luego pensé que mejor hacerlo cuando el trabajo esté acabado, porque dependemos de una ONG para financiar el proyecto y hay que presentar la documentación cuanto antes. El próximo lunes tenemos que firmarlo en conjunto.

         Toda la tarde trabajando en casa tranquilo, con música y escuchando de vez en cuando a Pedro Reyero (también os lo recomiendo en la misma página de antes). Cuando dan las seis de la tarde voy a la capilla que tanto me gusta de los Salesianos. Allí espero a los padres para rezar vísperas a las 19:00; mientras tanto estoy yo solo.

         Uno de los sacerdotes es muy atento conmigo y siempre me busca las lecturas en el breviario, pensando que entiendo todo lo que leo. Le agradezco el gesto y procuro seguir el rezo en francés. Es difícil, pero leyéndolo se sigue bien. Hablarlo es otra cosa.

         Terminadas las vísperas voy a la casa antigua a conectarme a internet y a escribir. Hoy tengo que darme prisa porque se me olvidó el cargador y en menos de una hora tengo que tener escrito todo, subidas las fotos y publicado... por eso no escribo mucho más y me despido.

         Antes de despedirme quiero deciros que, por primera vez, he tomado fotos que definen bien la vida en Madagascar. Las tomé mientras veníamos a casa en el coche aprovechando el intenso tráfico que nos obligaba a parar a cada instante. Es un buen reportaje de la vida malgache que espero que te guste. Así es Madagascar:

       Fotos "robadas" desde la tranquilidad de un coche en marcha...

         Hasta mañana!