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"Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho..."

Un gran Santo, el más pobre en lo material, pero el más rico en lo espiritual dijo en su lecho de muerte: "Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho...". Ese gran Santo era Francisco, y si él dijo no haber hecho nada, ¿que hemos hecho nosotros? Empecemos a hacer algo para cambiar el mundo, ¿no os parece?

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miércoles, 26 de junio de 2013

Capítulo 16. Vuelve la burra al trigo...

Y después del lunes sacramental pasaron muchas cosas. Ya os dije que pasara lo que pasara, no volvería a venirme abajo con el tema de la construcción de la Iglesia de Granada, sin embargo...

Sin embargo no fue así, si bien esa semana fue magnífica, ya que el señor Antonino y su hija revolucionaron todo el pueblo. Incluso llegaron a matar una res para invitar a comer y a cenar a todos los trabajadores que, voluntariamente, quisieran cooperar.

Y mató la res... y llegó la gente a trabajar. El martes conté 35 personas, el miércoles 40. No daba crédito a lo que mis ojos veían, pues por primera vez, de forma sorprendente y como nota histórica en los trabajos de OFRA en Granada, trabajaron adventistas y pentecostales, codo a codo con los católicos. Era una experiencia única ver esto... las mujeres chancaban piedra mientras los hombres subían piedras a la torre y seguían con el hormigonado de la zanja lateral que se ha hecho para proteger la Iglesia del abundante agua que la ataca constantemente.



Y así hasta el jueves, día en que regresé a Chacha. La obra avanzó más en estos dos días que en todo el tiempo que llevamos trabajando, y acabamos con la piedra, la arena y hasta el cemento. Tenía que ir a Chacha a comprar más cemento y arena y me fui contento, esperando que este ritmo continuara por mucho tiempo.

Las mujeres chancando y los hombres recogiendo
Hormigonando la zanja
Subiendo piedras a la torre
Los avances se notan
Hasta los niños chancan piedra
Todo iba viento en popa, así que me propuse volver la próxima semana con nuevos ánimos, mateirales y ganas de darle un buen empujón a la obra. Pero no fue así...

Llegué el martes siguiente. Los materiales estaban comprados, pero el camionero, que es el más impresentable del mundo, quedó en subirlos el viernes pero no se presentó. El material ya estaba pagado y esperando a ser retirado. Dijo que el sábado lo llevaría, pero tampoco se presentó... y con lo difícil que es encontrar aquí un camionero, no pude hacer más que esperar. El lunes hablé con él y le dije que ya estaba bien, que necesitaba que subiera ya la carga, pues hay mucha gente para trabajar y no hay material. Y tampoco se presentó...

Entonces hablé con él más seriamente y le dije que si el martes a las 8:00 no estaba, que se fuera al carajo... y me dijo que a a esa hora estaría en el almacén. Le dí la última oportunidad, y llegó el martes. A la hora convenida no se presentó, ni una, ni dos horas después... sino que llegó a las 11:00. Como llegó, preferí callarme y esperar a la hora del pago para hacer lo mismo que hizo él. Tenía que recoger el cemento en un sitio, el hierro corrugado y la teja en otro. Finalmente debía ir a Tuesta a recoger los andamios.

Pero como llegó tan tarde, no le dio tiempo a que cargaran los 200 sacos de cemento, así que llegó la hora de comer y en el almacén pararon. Después de comer terminaron y empezaron con la teja y el hierro, y después a por los andamios, con lo que se acabó de cargar (todo a mano) de noche. Encima le arreó un golpe con el camión a la puerta del almacén y se perdió tiempo en arreglarlo todo para llegar a un acuerdo. En principio, la señora del almacén me pedía explicaciones a mí, y finalmente la convencí de que el camionero era el responsable de sus actos, ya que yo solo le había contratado para subir la mercancía. Yo estaba un poco asustado porque la mercancía estaba pagada y en poder del camionero, y no quería que me hicieran responsables de nada, así que le dije a ambos que después de descargar se llegaría a un acuerdo, ya que la puerta la reventó literalmente.

Como era de noche, tuvo que dejar el viaje para el día siguiente, así que el material no llegó hasta el miércoles por la tarde, con lo que casi se había perdido la semana de trabajo en Granada.

Llegó el material, pero la gente que estaba esperándolo se durmió en los laureles con la excusa de que no había material y llevaban toda la semana sin trabajar, y eso que les había dicho que había muchas cosas que hacer mientras llegaba, como picar la Iglesia por dentro, chancar piedra, sacar los niveles del piso interior y desalojar la Iglesia de bancos y muebles para el hormigonado del piso. Sin embargo, ni siquiera habían abierto la puerta de la Iglesia.

Cuando llegué me encontré con el panorama... desolador. Después de haber visto a mucha gente trabajando y de notar el avance de la obra, otra vez se había parado. Me acordé de las palabras de mi último capítulo, pero no podía ser fiel a lo que prometí, así que convoqué una reunión el mismo miércoles por la noche. Al parecer, y según dicen los de allá, la mayoría fue por el hecho de tener comida y cena a base de res, ya que es la única oportunidad que tienen muchos de comer algo distinto... Pasamos el anuncio de casa en casa, y también por los altavoces de la Municipalidad. A las siete, después de la película de los niños, empezaría la reunión.

Se acabó la película y ya eran las siete, pero ahí no se presentó nadie. Esperamos un tiempo más que prudencial, hora y media... y finalmente solo se presentó a la reunión parte del equipo de gobierno y dos señoras. No daba crédito, así que directamente les informé de mi partida de Granada. Iría a Olleros, donde ya saben que las cosas funcionan.

Al día siguiente me iría. Me despedí de los asistentes y les dije que comunicaran al pueblo mi gratitud por este tiempo compartido, pero también mi pena por no haber sabido mantener, siquiera por los niños, al peregrino mangurrino. Se quedaron muy tristes, pero entendieron que era lo más lógico.

Allí estaba Fernando, testigo de este disparate de proyecto que ha intentado unir a una gente que, vuelta la burra al trigo, de nuevo ha fallado. Él se quedaría en Granada unos días más porque tenía que visitar Olleros y Quinjalca para su proyecto, así que le dejé la moto y le dije a Horacio que me llevaba la suya, así se la podría subir su hijo que subiría el sábado. Y así lo hice...

Tomé la moto por la mañana y me fui a Granada. Para colmo de los colmos, quería llegar a Chacha para almorzar, pero Horacio tuvo que llevar a una señora a Casha, así que esperé. Después que vino, había otra señora con el mismo problema, así que la llevó también. Cuando volvió a Granada se cayó de la moto y rompió la maneta del freno delantero, así que estaba sin frenos, ya que el trasero hacía tiempo que estaba roto.

Y así me dejó, tarde y con una moto sin frenos, ni delante ni detrás. Yo no daba crédito, pero me decía que él no se atrevía a llevarla a Chacha porque le daba miedo viajar sin frenos, así que le dije que me la llevaba yo. Solo quería irme, y sin frenos no podría parar y dar la vuelta...

Con cuidado me fui a Chacha, sin correr mucho porque si lo hacía no podría parar. Me daba pena Horacio, el único que hizo lo posible por que me quedara en Granada, el único que trabajó personalmente con sus manos para mantenerme contento... el único al que parecía importarle que me quedase. No podía dejar su moto allá arriba sin frenos, pues tardaría poco en descalabrarse por estos caminos de Dios.

Horacio, trabajador como pocos...
Y me planté en Chacha en poco tiempo. La bajada a Molinopampa no fue difícil, pues con el freno motor se baja bien. Cuando me metí en carretera solo tuve que tener cuidado con entrar en curva a la velocidad adecuada, y en un momento dado ni me acordaba que no tenía frenos, pero no hubo complicaciones. Llegué bien, pero cuando quise parar en el obispado no pude y me pasé de largo... claro, sin frenos no podía... como no me acordaba, tuve que dar otra vuelta a la manzana y parar al estilo antiguo.

Una ducha, una comida de Juanita y yo pensaba que estaría mejor, pero no fue así. Otro problema estaba por venir... este es aún más serio, pero te lo cuento en el próximo capítulo, aunque la mayoría ya lo sabéis.


Hasta otra!!

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