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"Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho..."

Un gran Santo, el más pobre en lo material, pero el más rico en lo espiritual dijo en su lecho de muerte: "Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho...". Ese gran Santo era Francisco, y si él dijo no haber hecho nada, ¿que hemos hecho nosotros? Empecemos a hacer algo para cambiar el mundo, ¿no os parece?

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domingo, 16 de junio de 2013

Capítulo 14. Y todo casi al día, al fin...

Me quedé en Chacha varios días, hasta el miércoles. Aproveché para estar en la feria del Raymi Llaqta, que es la fiesta popular de Chachapoyas. En quechua quiere decir “fiesta popular”. Después de las fiestas me iría a ver cómo van los trabajos de Granada. 

   Las fiestas son muy bonitas porque desfilan todos los distritos con sus diferentes trajes regionales y típicos. Van bailando al son de los instrumentos de las bandas municipales que cada distrito trae consigo, aunque todas tocan un único tema que se acaba por meter dentro de la mente hasta el punto de tararearlo aún dormido.

Y así desde las diez de la mañana hasta las cinco de la tarde. Me paso todo el desfile haciendo fotos, hasta que se me agota la batería. Estamos en la tienda de venta de tours del amigo Olivier, en un sitio privilegiado. Desde allí tenemos buena panorámica. Yo quería subir a la torre de la catedral para tomar una foto panorámica de la plaza, gracias a mi especial enchufe... pero luego ni me acordé y me quedé sin foto. 



     Cuando acabó estábamos muertos de hambre, y como todo estaba copado de gente comiendo nos fuimos a la municipalidad, donde por un precio de cinco soles había comida. La cecina se había acabado, así que solo quedaba trucha con mote y sopas... yo pedí trucha, aunque el mote no me acaba de agradar mucho. Y justo cuando pedí, llegó más cecina... ¿el amigo Murphy estaba empezando a hacer de las suyas?.

Nos sentamos a comer Carmecita, Christelle, Olivier y yo, aunque solo comimos las mujeres, jeje... Quiero decir que Olivier está acostumbrado a comer más tarde y prefería esperar... claro, como solo eran las cinco de la tarde...

La comida al solito... con el frío que hacía, el sol siempre se agradece
Mis catequizandos
     Nos clavamos las truchas con mote y nos pusimos rumbo a preparar la fiesta. Sé que parece que estoy siempre de fiesta, pero es que la Raymi Llaqta aquí es como las fiestas de agosto de mi pueblo... y aún no he descuidado la obra de granada ni las catequesis, así que no te preocupes que todo está controlado...

No nos quedamos hasta muy tarde, más o menos hasta las cinco de la mañana, pero hasta los niños estaban con nosotros al son de las hogueras y agitando los sonajeros ahuyenta-espíritus. 

Al día siguiente no había que madrugar, así que después de la comida me fui para Granada a ver qué tal iban los trabajos... miedo me daba. Tenía que dar las catequesis finales antes del día de la fiesta sacramental e iba dispuesto a ello. Con la moto no hubo problemas, si bien empieza a fallarle el embrague... creo que tendré que cambiar pronto las pastillas. 

La dichosa torre
   Cuando llego, me encuentro de pronto con una torre demolida, y mal demolida... con una cuneta abandonada y con un personal mascando coca, como aquél que lleva pegándose una paliza de trabajo de semanas... y les digo a Toni y Horacio que doy la catequesis y me voy, ya que ahora mismo mi principal objetivo es preparar la fiesta sacramental con los niños y ponerles la película. Como ya está claro que me voy a Olleros, no merece la pena enfadarse más, sino que después del lunes preparo todo y me las piro. 

Terminada la catequesis y la película, espero al jueves por la mañana y me despido de todos. Les cito para el lunes, esperando que todo esté bien y que se presenten a recibir el sacramento todos los que se han apuntado. Y me voy...

El señor Antonino, viendo mi postura pasota y que ya era irremediable mi marcha, convoca al pueblo y va de casa en casa poniendo las pilas a todo el que se encuentra. Les hace ver la vergüenza que él, en nombre de todo el pueblo, está pasando y les da el discurso del siglo... les deja claro que Granada ha tenido la oportunidad de desarrollarse siquiera un poquito más gracias al apoyo desinteresado de unos españoles y que la han dejado pasar. El mismo se encarga de tirar de las orejas hasta a los mismos miembros de la municipalidad. 

Resulta que el seño Pedro Pablo, que iba a hacer la torre por su pueblo de Granada, después de aceptar y firmar el contrato, se echó para atrás... una muestra más de falta de palabra... y claro, la torre, a escasos días de venir el Obispo, estaba como si le hubiera caído una bomba encima. Yo ya no estaba dispuesto ni siquiera a mandarle a ..., sino que preferí guardarme en silencio mis iras y esperar a mi “venganza” del martes siguiente... Eso sí, me daban pena los niños. Sé que cuando me hubiera ido me habrían ido a buscar... pero es que uno ya está más que cansado de tanta dejadez. Cómo será la cosa que, incluso pagando sueldos, la gente no quiere trabajar... señal, dirían muchos, de que tan pobres no serán... La pobreza es más espiritual que material, ya que las personas que viven sin sueños, sin interes, sin expectativas de futuro, sin ilusión, sino que viven pensando en llenar el plato hoy y mañana Dios dirá, son pobres espirituales. Esto es lo que abunda aquí, un conformismo tal que ya todo les da igual... La verdad es que ellos no tienen la culpa, sino las circunstancias. Vivir en un pueblo abandonado, sin comunicaciones, sin entretenimiento alguno más que la cosecha y el ordeño, hace que uno se vuelva estéril mental... y así está el pueblo entero. Es como una enfermedad extendida que espero que a los niños no les contagie...

Y me voy...

Y llego a Chacha a desconectar de nuevo, aunque esta vez he pasado poco más de un día en Granada. Sin embargo creo que lo necesitaba más que nunca. 

En Chacha siempre se desconecta bien. Entre la ducha de agua caliente, las cenas de Juanita y la compañía sin precio de mis nuevos amigos cooperantes, me dan ganas de no volver jamás. 

Acababa de cambiar mi viaje a España para un mes más tarde, de modo que regreso para la segunda quincena de juliio. Entenderás que los motivos no son únicamente laborales, dado el plan que tengo en Granada... Pero la verdad es que el dinero que no gaste habrá que devolverlo y si no es en Granada será en Olleros, pero los trabajos continuarán. También confío en que Antonino toque la fibra de un pueblo roto... y con suerte, despertaría. 

El fin de semana es bueno, entre otras cosas tenemos una comida con la hermana Lola, misionera española que regenta una casa de acogida para niñas sin medios, para que puedan estudiar en Chacha. Nos juntamos Lola, Ingrid, Laura, Carmen, Fernando, Christelle y yo... y cuando llego y veo la mesa, me dan ganas de llorar. 

Justo el día anterior, Fernando y yo hablábamos de que es curioso, pero en Chacha no hay calamares. Yo le dije que jamás se me ocurrió pensar en tal cosa, pero que es verdad... jamás los vi. Imagino que los chachapoyanos no han visto un calamar en su vida... y cuando llego a la mesa y veo el menú... mis ojos hacían chiriviitas...

El menú consistía en lo siguiente:

- Croquetas caseras de huevo y pollo.
- Empanadas de atún.
- Ensalada de pimientos y atún.
- Espárragos.
- Tortilla de patatas.
- Calarares y pulpitos fritos.
- Langostinos.
- Frutos secos.
- Vino reserva y CocaCola.
- Flan de huevo.

Esto era una comida... lo demás también, pero para un español no...
Vamos, que acostumbrado a comer papas con arroz y yuca mañana, tarde y noche, imaginaos qué impresión me llevé al ver la mesa puesta... No sabía ni por dónde empezar... y me alegré de no haber desayunado.

Y pasó el fin de semana y llegó el lunes, día de la fiesta sacramental. Estaba contento por el hecho de que iba a ser algo histórico (e histérico) en Granada, aunque preocupado también por ver la cara del Obispo cuando viese la torre. 

Tenía que programar todo antes de salir, ya que los carismáticos tenían que viajar y yo tenía que buscarles transporte. Hablé con Aníbal, el taxista, para que les llevase, a un precio módico de 180 soles. Quedaron a las 7:00 para salir, pero justo a las 7:30, cuando yo pensaba que habían salido ya, me llamó el albañil con quien quedé en Granada para hablar de los trabajos de Olleros y me dijo que no podría subir porque había huayco en la carretera de Molino a Granada. Al parecer no había pase, aunque en moto se podría pasar. 

El problema era que los carismáticos, Juan de Dios y el Obispo viajaban en coche, así que de nada me servía subir yo si los demás no podrían. Enseguida me acordé de los carismáticos y llamé a Jorge para que diesen la vuelta antes de llegar al huayco. Pero resulta que habían pospuesto la salida para las 8:00, así que me alegré al saber que había tiempo de cancelar el viaje. Llamé a Aníbal y le expliqué el caso y dejamos pendiente la subida. Después de esto, Juan de Dios resulta que estaba en Chacha, así que todo se ponía bien (excepto por el huayco), ya que los subiría en su carro y no costaría nada. 

En Granada bajarían a intentar botar la tierra a un lado, al menos la justa para que pasasen los coches. Y mientras tanto, Juan de Dios subió con los carismáticos para ir ganando tiempo. Esperarían a que el huayco estuviera despejado. Yo, por el contrario, nada hacía allí sin los demás, así que aproveché para ir al Fusiones y poner un poco al día mi blog. Allí estaba con Fernando, que vendría conmigo a Granada porque era padrino de confirmación de Niki, el hijo de Horacio. 

Nos decían que el huayco tardaría en despejarse, pues era serio. Yo he visto muchos huaycos ya en la carretera de Chacha a Molinopampa, pero jamás en la de Molino a Granada. Y a eso de las 11:00 salimos para allá, confiando en que dos horas después estuviese listo el pase para los coches. 

Puse al día el blog y salimos de viaje. Llegamos a Molinopampa y allí estaba Juan de Dios con los carismáticos haciendo tiempo. Subimos a la vez, pero como era cerca de las 13:00, teníamos hambre y paramos a comernos las croquetas y la tortilla que la hermana Lola nos metió en un tupper. Paramos en una peña y aproveché para contarle lo que llamo “el punto de inflexión de mi vida” a Fernando, pues me recordó que ya era hora de contárselo. Siempre le decía que un día se lo contaría en una curva cerca de “la punta” donde siempre paramos a que se enfríe la moto y a echar un cigarro, pero el hambre apretaba y decidimos hacerlo antes. Se quedó flipado... nos comimos las croquetas y la tortilla con una barra de pan que Fernando compró en el horno de San José, como las españolas. Yo alucinaba viendo cómo encontró un pan normal en Chacha, y a partir de ahora me propondría ir allí a comprar el pan. Cuando acabamos la comida, continuamos el camino, cincuenta minutos después... es increíble ver cómo pasa el tiempo. 
Parada obligatoria en el camino
Éramos padrinos ambos y estábamos allí, comiendo croquetas tranquilamente mientras el cura ya habría llegado... nos dio cargo de conciencia y apretamos el paso, pues solo faltaba que la boda se retrasase por culpa de unas croquetas.

Con las labores de apertura de un nuevo camino
Subimos rápido, rezando para que nos esperasen... y en un momento dado, llegamos al huayco, y allí estaban todavía los granadinos botando tierra y mordiendo la montaña para hacer un camino alternativo... y Juan de Dios y los carismáticos estaban allí, parados con el coche sin poder cruzar. ¡Qué alivio sentí!... la boda se retrasaría y las croquetas no eran las culpables. 

Por la mañana eran los bautizos y la boda, y por la tarde las comuniones y las confirmaciones. Sin embargo, había que retrasarlo todo a la tarde por culpa del derrumbe. Cuando llegamos nosotos acababan de terminar el camino alternativo y Juan de Dios pasó con el coche, y nosotros después. Eso sí, llegamos justo para la celebración con “trago” que suele hacerse cuando se abre el paso cerrado por un derrumbe. Nos echamos las fotos y me percaté de algo curioso, y es que Horacio, el novio, estaba vestido de faena, pala en mano, quitando tierra como cualquier otro. Era el día de su boda y estaba de barro hasta las cejas, mojado por la lluvia y trabajando en el huayco. Esto son hombres, los demás somos niños... también es verdad que era el más interesado en que el cura pasase...

A nosotros el clima no es que nos importe mucho, la verdad... será la costumbre.
... y el super-novio... botando tierra minutos antes de la boda... esto es un novio!!

Y en el próximo capítulo, os cuento el lunes sacramental y algunas cosas más...

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