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"Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho..."

Un gran Santo, el más pobre en lo material, pero el más rico en lo espiritual dijo en su lecho de muerte: "Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho...". Ese gran Santo era Francisco, y si él dijo no haber hecho nada, ¿que hemos hecho nosotros? Empecemos a hacer algo para cambiar el mundo, ¿no os parece?

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lunes, 28 de septiembre de 2015

XXVI JORNADAS DE REFLEXIÓN MISIONERA

Organizadas por la Delegación de Misiones de Extremadura, se celebraron durante los días 25, 26 y 27 de septiembre de 2015 las XXVI Jornadas de Reflexión Misionera en la casa de espiritualidad de Gévora, a las que asistieron numerosos participantes procedentes de las tres Diócesis de Extremadura: Coria-Cáceres, Mérida-Badajoz y Plasencia.

Sebastián González
El lema de las jornadas ha sido “Catequesis y Misión” y comenzaron el viernes con la acogida de los participantes por los responsables de la organización para dar paso a una oración y a la apertura de las jornadas a cargo de Sebastián González, Vicario General de la Diócesis de Mérida-Badajoz. En dicha apertura se nos animaba a participar con actitud misionera y con los sentidos abiertos para aprovechar al máximo las jornadas.


VIERNES 25

- PONENCIA 1: LA CATEQUESIS EN LA MISIÓN AD GENTES (Mons. Amadeo Rodríguez Magro)
Los tres magníficos
Monseñor Amadeo,  obispo de la Diócesis de Plasencia, nos expuso la primera de las ponencias, titulada “La Catequesis en la Misión Ad Gentes”, aprovechando que este año se cumple el 50 aniversario del Decreto Ad Gentes, exponiendo que la Iglesia es misionera por naturaleza, como no puede ser de otro modo. Estamos, pues, unidos a la misión de Dios Trinitario y nuestra tarea, por tanto, consiste en comunicar al mundo esta misión que nace de Él. Como el Padre envió a su Hijo, así Jesús envió a sus apóstoles y ahora nosotros continuamos la misión en nuestros días, hasta el punto de exclamar como San Pablo: “¡Ay de mí si no evangelizase!”. La misión evangelizadora se funda en las palabras de Jesús, quien nos animó a evangelizar, anunciar, ser testigos, bautizar, amarnos unos a otros y celebrar el misterio de la Eucaristía en memoria suya. Sabemos que no es lo mismo construir un mundo con la ayuda del Evangelio que desde la sola razón, por lo que se abre un abanico de acciones misioneras que se resumen en tres:

1.       Acción misionera para todos, especialmente para los apartados.
2.       Acción catequético-iniciadora para los que se inician en la fe.
3.       Acción pastoral para los cristianos en general.

Todo comienza por la acción misionera, pues es el primer paso para suscitar la fe. El anuncio de la fe siempre tiene prioridad en la misión. Por tanto, si la misión no se encuentra en el corazón de la catequesis, difícilmente seremos capaces de anunciar nuestra fe. El catequista no debe ser un formador más o un maestro de doctrina, sino que ha de llegar más allá y vivir su fe desde la celebración de los Sacramentos y el ejemplo de vida para ser espejo de Cristo y contagiar su alegría misionera. Así es como se consigue que la fe se propague como la pólvora. Y la prueba de que eso es verdad es que, dos milenios después del comienzo transmisor, la Iglesia ha llegado hasta nuestros días con la fuerza y el vigor de los primeros días, si no más. Si la misión no fuese fecunda, hoy día no existiría la Iglesia. Podríamos decir que el tejido de la misión es el trípode “catequesis-Sacramentos-espiritualidad”.

Tras las palabras del obispo de Plasencia, nos retiramos para terminar el día con una bonita Vigilia de la Luz, en la que se oró por la Iglesia perseguida, se expuso el Santísimo Sacramento y se leyeron varios testimonios misioneros que, por el impacto que me causaron, os los transcribo.

Testimonio 1: La hermana Pilar Vila San Juan, del Colegio Orden Jesús María de Lahore (Pakistán), expresó el intenso sufrimiento que afrontan los cristianos debido a la persecución en Pakistán, donde son una pequeña minoría, diciéndonos: “Yo me pregunto, ¿por qué nos persiguen aquí? 190 millones son musulmanes, 2,5 millones son cristianos. ¿Por qué nos tienen miedo? Nuestro mensaje debe ser importante, si no, no se preocuparían”.

Testimonio 2: Mubarack y Agnese, ancianos de Irak, nos dicen: “Hacemos una llamada a todos los cristianos del mundo para rezar por nosotros, que el Señor nos ayude a no sufrir más y a vivir en paz como el resto del mundo. No queremos que el sufrimiento que hemos pasado nosotros suceda a ningún cristiano en el mundo. Por eso recemos juntos para que este sufrimiento cese en nuestras carnes, y en los cristianos de todo el mundo”

Testimonio 3: Gregorio III, Patriarca Greco Malaquita de Siria, nos dice: “¡No nos dejéis solos, necesitamos vuestra ayuda urgente! Las familias están desesperadas; estamos cansados, a veces perdemos la esperanza, lloramos a Dios. Pero con vuestra ayuda, estáis llevando la cruz con nosotros. La Iglesia de Siria es muy valiente, permanece al lado de los que están sufriendo esta guerra: es un padre y una madre para todos los que están sufriendo”.

Posteriormente se leyeron pasajes bíblicos en los que la Palabra nos interpela y nos anima a ser misioneros. También se leyeron las palabras que, en referencia a la Iglesia perseguida, pronunció el Papa en su mensaje del 5 de abril de 2015. Y con el corazón puesto en aquellos hermanos que sufren persecución, nos retiramos a dormir después de la bendición con el Santísimo.

SÁBADO 26

Nos levantamos con la alegría que caracteriza a los cristianos que saben que encaran un día prometedor y edificante. Nos dirigimos a la capilla antes del desayuno para la oración de la mañana. Un precioso Salmo misionero y una bonita reflexión acerca de la importancia que puede tener un punto negro en un folio blanco si nos fijamos en la mancha que produce el punto negro en lugar de todo el contorno blanco que predomina a su alrededor. Luego pedimos al Señor ser testigos de la alegría, del amor, de la misericordia y de la paz, además de ser personas más alegres y comprometidas. Terminamos con la oración de Santa María de nuestra liberación, de Pedro Casaldáliga. Y tras el desayuno, nos dirigimos a recibir la segunda ponencia. 

- PONENCIA 2. LA CATEQUESIS DE NIÑOS, JÓVENES Y ADULTOS EN UN MUNDO GLOBALIZADO

¡Buen viaje a Brasil, Julián!
Julián María Paniagua, Delegado de Misiones de Plasencia, nos expuso las características y objetivos de una catequesis efectiva. Para ello nos puso de relieve que la catequesis está cambiando en estos últimos años pasando de ser una impartición de doctrina a buscar una mayor eficacia espiritual para conseguir el claro objetivo que se persigue: ofrecer el Reino de Dios sacando a la luz la experiencia que cada persona lleva ya dentro de su corazón en lugar de dedicarnos a impartir conocimientos. Nos explicó qué es la catequesis, así como los métodos y principios fundamentales de la misma, para lo que nos encomendó tener en cuenta lo siguiente:

1.       Que hay que ser fieles a Dios y al hombre.
2.       Que debemos buscar el equilibrio entre el uso de criterios teológicos y humanos.
3.       Que debemos animar a la incorporación de la vida comunitaria.
4.       Que debemos favorecer la promoción humana.
5.       Que es necesaria una atención personalizada.
6.       Que se debe ofrecer una experiencia misionera.

Nos enseñó también que debemos sacar partido de las nuevas herramientas que tenemos a nuestro alcance, que pueden ser malas si se usan bien, pero que pueden ser magníficas puestas al servicio de la evangelización. Esas herramientas son la tecnología e internet. La globalización debe ser absorbida por el catequista ante la imposibilidad de luchar contra los cambios de la sociedad, así que debemos sacar partido de ella.

Nos habló de que la interculturalidad no está exenta de tensiones, pero que a la vez es muy bonita. Los mundos negro y oriental están ahora más presentes que nunca, especialmente a causa de la globalización. Parece que el mundo nos llevase a una experiencia de encuentro con “el otro”, independientemente de su raza o color. Debemos, pues, abrir los corazones y derribar barreras para acoger al hermano, y debemos mostrar a los niños que el mundo de ahora es un mundo globalizado en el que todos somos hermanos.

También nos habló de la importancia del Espíritu Santo, que es el motor de toda nuestra existencia y sin el cual, nada de esto sería posible. Debemos, por lo tanto, entremeter en nuestra catequesis la importancia fundamental del Espíritu Santo conductor de nuestras vidas, para lo que es preciso aprender a encomendarse a Él y tenerlo siempre presente para cada acto que realicemos.

Nos habló también de los rasgos del catequista, enfatizando en que el primero de todos debe ser la vocación catequética, el sentirse llamado a la evangelización catequética. La catequesis se va a convertir en una parte fundamental de la iniciación cristiana, así que es vital sentirse llamado para esta misión para identificarnos con los discípulos de Jesús. Debemos entender que somos enviados (missio) para no caer en la trampa de pensar que predicamos por nosotros mismos y con nuestra forma de pensar. Es necesario fomentar la celebración eucarística y el encuentro con Dios en la oración.

Pero existen dificultades y nos puede ser útil identificarlas para combatirlas. El individualismo, la falta de fe, la inmadurez, el cansancio o el fatalismo o, incluso el narcisismo o el activismo, son aspectos que debemos evitar a toda costa. Para conseguirlo es para lo que es necesario que el catequista sea un hombre o mujer de fe, sacramental y espiritual, pues de lo contrario, las dificultades del mundo podrán con nosotros. Debemos reconocer que no podemos hacer este trabajo con nuestras propias fuerzas.
Por último, nos habló de los desafíos de la Iglesia en su función evangelizadora y catequética (entendiendo por Iglesia al conjunto del Pueblo de Dios), que son:

1.       La inculturación en nuestros propios pueblos y en nuestro ambiente.
2.       La opción por los pobres.
3.       La justicia y la paz.
4.       La comunión, ser uno para dar sentido a la palabra “católico”.
5.       El diálogo interreligioso entre culturas.

Aquí, Pedro Jesús Mohedano Santibáñez, Delegado de Catequesis de la Diócesis de Coria-Cáceres, nos animó con un ejemplo gráfico y clarificador diciendo que el catequista debe tener la Biblia en una mano y el periódico en la otra, para así predicar la Palabra de Dios sabiendo la realidad del mundo en el que nos desenvolvemos.

Tras un breve descanso y un café, nos dirigimos por grupos a poner en orden nuestras ideas acerca de lo hablado y ponerlas en común después. Después de la comida y los ensayos de los cantos para la Eucaristía de la tarde, comenzó la tercera ponencia, a cargo de Francisco Julián Romero Galván, Delegado de catequesis de la Diócesis de Mérida-Badajoz.

- PONENCIA 3. LLAMADOS Y FORMADOS PARA LA MISIÓN. EL CATEQUISTA COMO REFERENTE MISIONERO.

Francisco Romero Galván
Bajo la óptica del Decreto Ad Gentes se nos dice que, efectivamente, la Iglesia ha experimentado un gran avance y que no estamos ante un documento que no diga nada, sino todo lo contrario, que nos sigue diciendo que tenemos que seguir siendo misioneros y redescubrir el entusiasmo misionero. 

Nos comenta que todo bautizado está llamado a ser misionero para ser profeta en medio del mundo, así como que, entre las vocaciones misioneras, está la catequética: ser catequista es ser misionero. Para ello nos recalca que debemos evitar el error de pensar que el misionero es el que trabaja fuera de nuestras fronteras en países lejanos, sino que se puede ser misionero incluso dentro de nuestra propia casa. La tierra de misiones ha cambiado y ahora la tenemos aquí, así que debemos descubrir dónde debemos ser misioneros, qué espacio buscar para evangelizar y ser profetas. Hoy más que nunca, existen numerosas personas dentro de nuestro entorno que nunca han escuchado hablar de Jesús, o si lo conocen, es de una forma superficial y, generalmente, tergiversada. Este es, por tanto, nuestro campo de acción más cercano e importante y para el que todos servimos.

Francisco Julián nos vuelve a remarcar que Jesús eligió a un grupo de personas para estar con Él e instruirlas y encomendarles una misión después. Estas dos cosas van unidas de la mano, pues transportándolo a nuestro momento actual quiere decir que nosotros, como los discípulos, necesitamos instruirnos y formarnos primero para lanzarnos a la misión después. Necesitamos contagiarnos de Él para salir luego a las calles y contagiar a los demás.

Bien claro nos dejó (lo repitió varias veces) que el Padre encomendó a Jesús la misión de la salvación de todos los hombres y para que conozcan la Verdad. También nos remarcó la importancia del Espíritu Santo, pues es Él el verdadero protagonista de la misión. Nos habló de Pentecostés y de cómo los apóstoles recibieron el Espíritu Santo para poder tener las fuerzas necesarias para salir al mundo. Eso mismo nos pasa a nosotros, por lo que necesitamos la fuerza y la ayuda del Espíritu Santo y evitar tratar de hacerlo todo con nuestras propias fuerzas. Pero nos habló de que esto es un proceso compuesto de varias etapas, como son el testimonio de Dios y el diálogo, la práctica de la caridad o nuestro propio ejemplo de vida para que otras personas se vean interpeladas por nuestra forma de vivir reflejada en el Evangelio.

Nos animó a despertar esa chispa inicial de la fe en los demás, la cual será avivada por el Espíritu Santo, y también nos recomendó no esperar ver los frutos de nuestra evangelización, pues no los veremos ni es algo que ocurra a corto plazo, ni siquiera nos tenemos que preocupar por ello porque esa tarea le corresponde a Dios.
También nos animó a ser catequistas ministros de la Palabra, para lo que necesitamos una formación básica y que evitemos ser catequistas que imparten temas de religión durante la hora de catequesis. El catequista debe sentirse llamado por Dios para la labor de catequizar y huir de la tentación de ser catequista por motivos personales que no sean propios de esta vocación.

El trípode que nos recomienda para ser buenos misioneros catequistas está compuesto por la terna vocación-misión-formación. También nos recomienda hacer y recomendar hacer un ejercicio profundo y orante de reflexión personal para descubrir si Dios nos llama por el camino catequético para que nuestra vida sea coherente con la importante tarea de la catequesis y evitar así dar mal ejemplo a quienes están en el proceso inicial del despertar de su fe. Por ello cree conveniente recalcar que es obligación del catequista ser ministro de la Palabra, formarse, celebrar la Eucaristía y participar de los Sacramentos. De otro modo, difícilmente podremos ser ejemplo de vida para otros.

Terminada la ponencia, pasamos a tomar un café para descansar y pronto comenzó la cuarta ponencia, a cargo del misionero Antonio León Durán, que ha estado destinado en Perú desde mediados de los años 90 hasta hace poco. Él nos hablará de un tema muy interesante.

- PONENCIA 4. EXPERIENCIA MISIONERA EN PERÚ. CATEQUESIS FAMILIAR.  

Antonio León Durán, misionero en Perú
Antonio nos habla de su propia experiencia en Perú, en la región Amazonas, provincia de Chachapoyas. Allí estuvo por muchos años al cargo de varios pueblos y moviéndose por la zona para realizar su misión. Quiere hablarnos de un método efectivo en Perú, un método llamado “Catequesis Familiar”, que para unos es un éxito mientras otros dudan de su efecitivdad, pero él declara que su experiencia ha sido más que positiva.

La Catequesis Familiar surge por las necesidades pastorales, al no ser posible atender a todas las poblaciones peruanas por la falta de sacerdotes. La figura del catequista, autoridad dentro del pueblo, no se crea para el fin de suplir al sacerdote, pero sí que es de gran ayuda para la Celebración de la Palabra o los enterramientos. Pero no quiere hablarnos de esta figura en concreto, sino de lo que él denomina como “asesor”, que será un religioso o laico comprometido que formará a las “parejas guía” que son parejas de reconocida coherencia que se reúnes con él para impartirles la catequesis. Estas parejas guía se reúnen después con otros matrimonios para que entre todos eduquen en la fe a sus hijos. Así se generan círculos que van siendo controlados por el sacerdote en sus visitas periódicas, tomándoles el pulso de la fe y dejándoles material apropiado según los temas a tratar. Por supuesto, y como no podría ser de otro modo, el Espíritu Santo trabaja para que el buen desarrollo de esta catequesis sea un hecho. Se pretende sembrar la semilla del Evangelio en lo más profundo de la sociedad, en su célula primera: la familia. Los padres de familia son, a la vez, catequistas de sus hijos. Los niños se reúnen regularmente con unos animadores para la celebración de la Palabra y así se llega a la comunidad total. Se pide un compromiso de regularidad y seriedad y, cada cinco temas, se asiste a una celebración conducida por la pareja guía, la cual suele hacerse en las casas particulares. Se da más énfasis al Nuevo Testamento y a la Comunidad Cristiana en la Historia de la Salvación.

Tras la ponencia del misionero, llega el turno de la hermana Pilar, hermana misionera que estuvo muchos años en África, en el Congo. Nos cuenta un testimonio desgarrador que se transcribirá en otro momento por lo impactante de sus palabras y la largura que requeriría describirlo como merece.

Y tras la celebración eucarística y la cena, Pilar y Olalli nos preparan una fiesta misionera que sirve para desoxidar los huesos de todos los asistentes. Lo pasamos bien esa noche entre cantos, chistes, bailes y teatros improvisados que fueron la alegría de la noche un broche de oro para un sábado cargado de contenidos importantes e imprescindibles para quien aspira a ser un verdadero misionero de la catequesis.


¡Vaya dos!
DOMINGO 27

Y llegó el domingo y, con él, el fin de las Jornadas Misioneras, aunque yo prefiero pensar que es el inicio de las Jornadas, ya que es ahora cuando comienza la tarea de poner en práctica todo lo aprendido aquí.

En la oración de la mañana se rezan los Laudes correspondientes al domingo XXVI del Tiempo Ordinario (curiosamente el mismo número que el de las Jornadas Misioneras) y, tras el desayuno, Pedro Jesús nos habla con profundidad del DOMUND. Nos habla también de la P.U.M. (Pontificia Unión Misionera), y de su fundación, siendo la última de las fundaciones misioneras de la Iglesia y, quizás por eso, la menos conocida.

Pedro Jesús hablando del DOMUND
Pasa a explicarnos cómo surgió el DOMUND como un movimiento en Francia que se conjugó como un encuentro entre mujeres que se reunían en círculos para luego reunirse cada una de ellas en círculos propios, llegando a extenderse rápidamente. Me recuerda esta expansión y su método al método explicado por el misionero de ayer, que nos habló de la Catequesis Familiar como método evangelizador, el cual también utiliza esos círculos expansivos. Pio XII tomó esa inquietud como referencia de la Iglesia misionera y la convirtió en movimiento oficial, pasando de ser una reunión de mujeres a un movimiento de la Iglesia Católica.   

Se nos dan varias referencias misioneras con frases pronunciadas por nuestro Papa Francisco, que dice frases que son auténticos tesoros. También nos cita las palabras del Papa referentes al DOMUND 2015 y nos muestra el cartel oficial, el cual refleja un emotivo abrazo de una anciana cubana a una misionera que la ayuda y acoge como señal de agradecimiento. De ahí se desprende que la misión es pasión por Jesús y que no hacemos esto por iniciativa particular, sino por Jesús. Por ello, la misión se vuelca con aquellos que no tienen cómo pagarnos. Estamos al servicio de quienes no conocen a Jesús y de quienes le conocen un necesitan de nuestra caridad. Son miles los misioneros que están esparcidos por el mundo y necesitan nuestra ayuda en la forma de sustento económico, que es la forma de compartir que desde aquí podemos desarrollar.

Una frase impactante del Papa es la siguiente: “Si no eres misionero, tan solo eres un peluquero espiritual: solo peinas ovejas”. No creo que necesitemos explicación alguna de la frase. También nos habla de la importancia de María. Si Jesús fue el primer misionero, que llevó a cabo la misión del Padre, María fue la primera misionera, que llevó el anuncio en su propio seno.

Nos recomienda varias revistas misioneras, como “Iluminare”, “Gesto” o “Misioneros” y nos informa de que el dinero de la recaudación del DOMUND van a parar a la sede central de Obras Misionales Pontificias, desde donde se reparten entre las distintas necesidades de los misioneros en los cinco continentes.

Los objetivos del DOMUND son los siguientes:

1.       Celebrar la Jornada Mundial de las Misiones.
2.       Invitar a todos a participar en las actividades de información y cooperación.
3.    Promover una corriente fraterna de colaboración económica con las necesidades de los misioneros a través de O.M.P.

También nos habla del “octubre misionero” que se divide en cuatro semanas como sigue:

1.       Acción de gracias por la Iglesia.
2.       Sacrificio.
3.       Petición económica.
4.       Oración por las vocaciones misioneras.

Estas cuatro semanas del próximo mes de octubre habrán de ser vividas con espíritu misionero y prestando toda nuestra colaboración, por ser una campaña anual cuya importancia es vital para las misiones.

Termina la ponencia una hermana cuyo nombre no recuerdo, pero que pertenece a la SCAM (Servicio Conjunto de Animación Misionera) cuyo carisma es viajar hacia donde se las llame para formar e informar de cuestiones catequéticas y misioneras.
Y con la Eucaristía, terminamos unas Jornadas cargadas de “vitaminas evangélicas” que habremos de dosificar durante nuestro día a día misionero. Lo aprendido aquí es de suma importancia para quienes saben que la mejor misión que podemos desarrollar en nuestro ambiente es la catequética, pues será la iniciadora de la chispa cristiana y está en nuestra mano colaborar en la construcción del Reino para que esa chispa acabe siendo un fuego ardiente avivado por el Espíritu Santo.

La familia misionera al completo
Para concluir, quiero citar una frase de la sierva de Cristo, Sor María de Jesús Castro Crisóstomo, hermana pobre de Santa Clara del Convento de Almendralejo, quien decía: “Sé tú, Señor, en mí, para que yo sea tú en los demás”

Creo que esta frase refleja, a modo de resumen, todo lo vivido este fin de semana, pues es oración que pide al Padre que, con su Espíritu, le conceda el don de poder ser reflejo de Jesús para dar ejemplo de vida evangélica y poder catequizar a los demás, siendo así un misionero en el mundo globalizado en el que vivimos.

Paz y Bien, y que el Señor nos conceda a nosotros el don de ser ese reflejo para los demás.

2 comentarios:

  1. Gracias a ti Martin por formar parte de esta familia misionera y q bien lo has contado todo!!Un abrazo fuerte muaaaaaa

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  2. Q guapas estamos de Obispas Episcopalias!!jajaja

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