Hoy
es lunes, y se supone que viajaríamos Toni, Horacio y el comisario de policía
de Granada todos juntos al pueblo. Pero me comentan que hoy no se trabaja
porque el catequista se ha ido de viaje y tiene la llave de la Iglesia... ellos
no se dan cuenta de que no hace falta entrar en la Iglesia para nada, con la
cantidad de trabajo que hay que hacer fuera, aparte de que otra puerta tiene un
pedazo de boquete por el que cabe un rinoceronte y que la escalera por la que
se accede al coro, que es donde trabajaríamos en caso de entrar dentro, es
exterior y no tiene puerta..., pero dándome por enterado, aunque las excusas no
son su fuerte, comprendo que no pretenden trabajar en carnavales. Eso, unido a
que me cuentan de manera más explícita que mañana nadie va a trabajar porque es
martes de carnaval, hacen que me piense el viaje y aproveche para quedarme el
lunes y martes en Chachapoyas. Aquí, al menos hay algo más para hacer y para
ver. Además aprovecharé para hacer los planos del “estado reformado” del
preseminario que me ha pedido el padre Antonio aprovechando que no está
Monseñor, para ver si le damos una sorpresa cuando vuelva y se encuentra con
que tenemos ya hasta el permiso concedido para hacer las obras.
Vamos a perder dos días de trabajo en
la Iglesia de Granada que valen oro, y me imagino que al final de mi estancia
aquí, entre los días perdidos por lluvia, los perdidos por falta de personal y
los perdidos por fiestas, nos vamos a acordar.
Hoy de todos modos ha empezado mal el
día. Juanita, la cocinera, no ha venido. Normalmente toca la campana cuando
está preparado el desayuno, comida o cena, con lo que todos acudimos a la cita
gastronómica como los gatos del Convento Nuestra Señora de los Ángeles en Navas
del Madroño cuando Inesita toca la campanilla para que acudan a comer.
Cuando son las 8:10 y no escucho la
campana, decido bajar al comedor a ver qué pasa. No está Juanita, algo raro,
pero tampoco está el padre Antonio, así que estoy yo solo en todo el Obispado.
Como veo que no aparece nadie, me hago el desayuno yo solo. Tengo suerte y
queda un buen trozo de tarta de la bienvenida a las monjas del otro día, así
que sólo me hago un café y arreglado.
Aquí el café, como os dije, brilla por
su ausencia... y aunque el café del Obispado es café de verdad, no deja de
serlo en polvo.
El proceso de un café con leche del Obispado es el
siguiente:
Se coge la taza, se vierte en ella agua
hasta la mitad de un termo que, aunque pasen semanas, siempre está caliente. Se
echan dos cucharadas de polvo de café, otras dos de azúcar de caña que no
endulza nada. Se vuelven a echar otras dos cucharadas de azúcar a ver si esta
vez el café está menos amargo. Se coge una lata de leche evaporada marca
“Gloria”, se perfora uno de los lados con un pequeño agujerito hecho con un
cuchillo y luego se perfora otra vez en la misma cara pero en el lado opuesto
para que salga la leche, porque todos sabemos que si a una lata le haces un
solo agujero el líquido no sale. Se echa la leche evaporada que ni es leche ni
es nada, y que, como está recién sacada del frigorífico, enfría el agua que
había en la taza. Se mete de nuevo todo el preparado en el microondas un minuto
y listo. ¡¡Coser y cantar...!!. El caso es que no entiendo todavía porqué hay
que echar el agua del termo para luego enfriarla y volverla a calentar de
nuevo... pero como aquí las cosas son así, no se rechista.
El último paso del café y que no he
contado es taponarse la nariz mientras lo bebes para evitar captar el sabor...,
eso sí, la tarta está buena.
En todo este proceso, llega el padre
Antonio, que se sorprende de que Juanita no esté. Le toca hacerse dos huevos
fritos con un trozo de chorizo que mete un minuto en el microondas para
quitarle la mitad de la grasa.
Y así, entre los preparativos del
desayuno y el desayuno en sí, se pasa buena parte de la mañana. Comentamos que
es raro que Juanita no esté, y esperamos que esté para la comida, porque los
domingos deja la comida preparada para sólo calentarla, pero como hoy es lunes,
corremos el peligro ayunar de manera forzosa...
Los caldos de pollo a las 10:00 |
La mañana se va entre dar una vuelta a
ver a los oriundos y sus costumbres, y entre salir de compras para la obra de
Granada. Horacio y el Comisario han ido a tomar un caldo de pollo a las 10:00,
cosa que a mí me produce un poco de rechazo. A esas horas lo normal es que me
tome un café, pero aquí, el mejor café que puedo tomar es el que preparo en el
Obispado, y no estoy por la labor de pasar otra vez por el mismo ritual de
preparación.
Después de esto, nos reunimos con Toni
y vamos a comprar los sacos de cemento, unas barras de acero corrugado, y
algunas cosas más para la obra.
Regateamos el precio hasta dejarlo en lo mismo que
nos dijo la dependienta antes del regateo y nos vamos; ellos a Granada y yo al
Obispado a comer... El miércoles, que será miércoles de ceniza, vendrá el
volquete (camión) de la municipalidad de Granada a recoger la mercancía.
Ya en el Obispado, cuando entro, me
huelo (porque no huele a la habitual comida recién hecha) que Juanita sigue
desaparecida. Según saco mi móvil para llamar a Antonio y darle la fatal
noticia y entonces veo que tengo 12 llamadas perdidas de Juanita. Me llamaba
para avisarme de que no vendría porque estaba mala...
Como la nevera del Obispado siempre
está vacía, cosa que no comprendo, porque aquí los alimentos se compran a
diario, es todo un panorama rastrear su interior y no saber qué hacer de
comer... Pero cuando llega Antonio lo arregla rápido, al más puro estilo
Rodríguez: yendo a un restaurante.
Nos han aconsejado el “Siete Sabores”,
así que nos dirigimos a él con el padre Castelly, que venía ya salivando
pensando en la comida de Juanita.
En el restaurante comemos bien, pero no
me acostumbro a que esta gente sirva la bebida después del postre... ¿para qué
quiero yo beber después de haber terminado de comer?... y mira que le pedimos
veces a la chica que trajera la bebida, pero nada...
De primero sopa de pollo, algo más que
habitual ya, y de segundo otro plato típico, arroz con yuca y trucha o pollo a
elegir. Como la sopa es de pollo, elijo trucha, Castelly igual, pero Antonio
parece que quiere atracarse de pollo y lo pide también de segundo. El postre es
gelatina, quieras o no... y la bebida es violeta y no sé de qué estará hecha,
pero no me gusta. Al menos, el kui hoy no forma parte del menú.
Lo bueno de la velada es que aquí los
curas están tan bien vistos que cuando llega el momento de pagar, nos han
invitado. “... para los padrecitos es gratis...”, dicen... Lo que no
saben es que yo no lo soy, pero por supuesto, omito decir tal cosa por si
acaso. Siendo crítico, porque hoy no lo he sido todavía, diré que en España no
solo nos habrían pegado una buena clavada por el menú, sino que habríamos
tenido suerte de que no nos escupieran en el postre por ser curas...
Los comensales en un restaurante que se sale de los cánones chachapoyanos |
Terminada la comida, volvemos al
seminario para descansar, aunque yo aprovecho para conectarme a internet y
volver a salir a conocer una cafetería que me recomendó Diego Isidoro en la que
puedo apuntarme a algún tour por Kuélap o Leymebamba. Me informo de que a Kuélap
viajan a diario, y a Leymebamba cuando se llena un “combi”. Después de
informado decido no ir ni a un sitio ni a otro... lo dejaré para cuando tenga
más ganas.
Por la tarde, después de misa, pruebo
suerte a ver si, según abra la puerta del Obispado, huelo a comida recién
hecha, pero no... Parece que Juanita ha hecho pleno, ni desayuno, ni comida, ni
cena. Verás cuando se lo cuente a Antonio que está en una reunión que empezó
después de misa y acaba a las 21:00. Acostumbrado a cenar a las 20:00 tiene que
tener el estómago como una hormigonera a pleno rendimiento... y se va a llevar
un chasco...
Me voy a esperarle a la casa de la
Iglesia, en la que está impartiendo unas charlas a las monjitas de Virgen
Asunta, las cuales parece que están cortadas todas por el mismo patrón: todas
bajitas, todas con la carita redonda, todas de entre 20 y 25 años, todas
morenas, todas riendo... y encima, todas vestidas igual... Vamos, que parece
una colección de “Barriguitas”.
Las brochetas de pollo con pan de ajo |
Antonio me ve y ya sabe qué voy a
decirle, así que sin más preámbulos nos dirigimos a la pizzería donde acaba de
cenar Nico, el diácono que está estos días por aquí y que pasará la noche en el
Obispado. Allí pedimos dos brochetas de pollo, cómo no, y una pizza cada uno.
La suya es vegetariana, aunque me sorprende que no la pida de pollo, y la mía
hawaiana, igual que las de Telepizza cuando yo trabajaba de repartidor allá por
los años 90, solo que la piña es de verdad.
Una coca-cola para cada uno mientras
comemos y no después hacen que la cena, por lo menos, sea agradable. El
sitio está bastante bien; según entras parece un antro, pero una vez
dentro es tranquilo y acogedor, aunque un poco oscuro. Por lo menos tienen puesto
fútbol en la tele.
Nos vamos de vuelta al Obispado y
después de ver las noticias que, para variar, son protestas, cada uno se va a
su cama.
El tipo de la tele ha estado hablando de España, y
parece que la era zapaterana la conocen hasta en Perú... los comentarios sobre
la crisis europea los hacen de forma casi burlesca, sobre todo cuando hablan de
Grecia, Portugal y España, refiriéndose a que son los tres países europeos en
peligro grave gracias a la pésima gestión de sus gobiernos, que, curiosamente,
han sido los tres únicos gobiernos socialistas de toda Europa. Todo esto lo
cuenta un tipo con un parche en el ojo al estilo “Capitán Garfio” pero con un
traje de chaqueta y corbata...
Aquí también ha llegado la división política, solo
era cuestión de tiempo, y yo creía que Europa les daba igual, pero parece ser
que no.
Y después de escribir un rato para
contaros todo esto, me empiezo a preparar para acostarme, que mañana es otro
día y tengo que hacer los planos..., pero no podía acostarme sin publicar la noticia que estaba esperando y que he leído en un artículo.
La noticia es la siguiente:
La noticia es la siguiente:
Al final se ha hecho una auditoría de la JMJ, tan esperada por todos. La ha hecho la prestigiosa firma PwC (Pricewaterhouse-Coopers Asesores de Negocios, S.L.), que entre otras auditorías hen realizado las de los Juegos Olímpicos Londres 2.012, la del AVE Madrid-Valencia, la de la privatización de la gestión de los aeropuertos o la de la implantación de los sistemas de derechos de emisión de CO2 en la atmósfera de los países... vamos, que no son nadie los tíos.
Y los resultados son los que se detallan a continuación:
El titular dice que la JMJ ha traido a España 354,3 millones de euros.
Dice también que solo en Madrid se han dejado 231 millones de euros, y el resto repartido por todo el país en las jornadas anteriores a la JMJ en lo que se denomina DeD, es decir, días en las Diócesis.
También dice que el Estado español ha recaudado la friolera de 28,3 millones de euros en I.V.A., es decir, más de 4.700 millones de pesetas.
Dice que el 90% de estos gastos han beneficiado, sobre todo, al sector hostelero, al comercio minorista y al transporte terrestre, y que el 78,2% de los peregrinos nunca habían visitado España, siendo la primera vez con motivo de la celebración de la JMJ. También dice que el 89,6% de los peregrinos ha manifestado su intención de volver en el futuro por el trato recibido en España y por su clima y su gente, aunque muchos recibieron a los peregrinos con insultos y manifestaciones en contra, cosa que los peregrinos han pasado, como no podía ser de otra forma, por alto.
Por último, dice la firma que la gran beneficiada es la marca España, y con ella todos los españoles y su economía, que ve una inyección económica bastante fuerte en un momento de gran necesidad. Además, afirma que los gastos de la JMJ han sido amortizados por el propio evento, no teniendo costes para el Estado.
Vamos, que ha sido un éxito total y absoluto... y para los detractores, aunque yo sé que les dolerá escuchar estas palabras, les diré que no lo dice el Vaticano, sino que lo dice PwC, aunque dentro de poco algún periódico cuyo nombre no quiero citar, pero que se llama "Público" dirá que esto es mentira o que PwC es una filial vaticana... porque no podrán aceptar la verdad de la JMJ e intentarán confundir al respetable para seguir con la línea habitual de su redacción: la mentira...
Hasta mañana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario