Hoy
no sé porqué no he dormido bien. Llevo despierto desde las 2:00 y hasta las
7:00 voy durmiendo a ratos. Yo creo que es porque ayer me quemé un poco con el
sol. Este sol no es como el español, en cuanto estás un rato bajo él, te
abrasa. Por eso todos los de aquí llevan gorro y mangas largas. De todos modos
ya he aprendido para el resto de los día. Me miro los brazos y los tengo rojos,
y la zona del cuello también.
Como ya he comprendido la política de
horarios de Granada, no tengo prisa por levantarme. Voy a desayunar tarde, de
modo que a las 8:00 todavía estoy desayunando. La señora ha cogido presurosa la
sartén y otra vez tengo que salir al quite y decirle: “Café con magdalenas,
por favor...”, y así y todo me planta delante de mis morros un plato con
plátano frito. El plátano está bueno, así que frito también lo está, pero es que
no tengo esa costumbre por las mañanas... me costará convencer a la señora de
que solo quiero café y magdalenas.
Cinco minutos después de las 8:00 voy
tranquilamente a mi cuarto a coger las cosas: guantes, paleta, metro, papel y
lápiz. Llego a la obra quince minutos tarde pensando que hoy me van a esperar
ellos... y resulta que una vez más tengo que esperar yo... y eso que es otro
grupo de trabajadores distintos de los de ayer, aunque algunos son los mismos.
Comenzamos por el lado opuesto al de ayer |
Quiero empezar por el esquinazo que
tiene tanta vegetación, pero avisado de que allí hay un avispero de abejas
africanas asesinas, decido cambiar la táctica y empezar por otro sitio. Ya me
lo podían haber dicho antes... El caso es que solo el nombre de los insectos da
miedo, así que no quiero arriesgar... ni ellos. Decido que esta tarde alguien
se tiene que ocupar de taponar el avispero que está metido en un hueco... y
entonces todo son silbidos y miradas perdidas... Como nadie quiere ser mártir,
decido que lo haga Horacio, a lo que me responde que lo hará con gusto, pero
denoto que su mirada no se corresponde con sus palabras. Le digo que le
ayudaré... eso sí, desde lejos. Va a meter un trapo con veneno en el hueco y
mañana lo taparemos con cemento.
Retirada del material suelto y limpieza |
Hacemos la limpieza y demolición de las
piedras en mal estado del lado contrario que ayer, y luego nos pasamos a
recoger la piedra que tiramos de fachada y seguimos tirando fachada abajo. Les
he hecho un diseño bastante simple de la fachada de la Iglesia, pero para mi
sorpresa todos están alucinados viendo el dibujo de cómo quedará la Iglesia.
Hasta les he diseñado una torre para el campanario aprovechando una de las
paredes del baptisterio que hay que derrumbar... y les ha gustado tanto que me
dicen: “¡Queremos otra... queremos otra.... Don Martín... no se pueden hacer
dos torres?”
Yo creo que no son muy conscientes ni
del tiempo ni del dinero que tenemos para la obra... así que hago lo mismo que
ellos cuando buscaba voluntarios para matar las abejas asesinas, y
disimuladamente doy media vuelta... Noto sus miradas en mi nuca, así que decido
salir alrededor de la Iglesia como aquel que va a ver los defectos de las
paredes... cuando vuelvo parece que han olvidado el tema de la torre... o eso
creo yo. Ya veremos...
Terminada la tarea matutina, hoy dejamos
a las 12:30 y se toman el descanso hasta las 14:00, con lo que calculo que
empezaremos a eso de las 14:30 horas.
La de piedras que quitamos.... |
En efecto... empezamos tarde, pero no a
las 14:30, sino a las 15:00... batiendo records... Nos ponemos con la
demolición de la fachada y cuando se tienen unas cuantas piedras en el suelo,
se hace una cadena humana para sacar todas las piedras y ponerlas en un lugar
aparte. Y así pasamos la tarde.
Cuando dan las 17:00, nos ponemos a la
faena de ahuyentar a las abejas asesinas de su morada. Creo que no van a
aceptar de buen agrado, así que tengo precaución, aunque me pongo justo debajo
del nido... tengo que grabar éste vídeo. Se hace una fogata debajo del panal,
se echa hierba verde para que suelte mucho humo, y además, con una lata especial
con un agujero abajo (señal de que no es la primera vez que espantan abejas)
hacen un fuego dentro de la lata y por debajo lo avivan... con un palo lo
arriman al panal y dicen que con el humo las abejas se atontan y no pican. Y
parece que es verdad, porque uno de ellos se sube a la escalera y mete la mano
en el panal para arrancarlo y dejar a las abejas sin casa... tiene un guante
puesto en la mano derecha, pero para mi asombro, es la mano izquierda la que
mete en el hueco lleno de abejas... yo no entiendo a esta gente.
A las 18:00 horas tenemos pase de
película. Hoy toca “Kung Fu Panda” y parece que les ha gustado. Como ya saben
que después de la película hay regalos, porque así fue ayer y porque lo
advirtió la megafonía en todo el pueblo, se han presentado todos los niños. He
contado 51 cabezas infantes mientras repartía caramelos a cada uno de ellos.
Hoy los regalos han sido: para los pequeños, un bloc de dibujo y un paquete de
ceras y para los más mayores, un cuaderno, un boli, un lápiz, una goma y un sacapuntas.
Pase de película |
Recogida de regalos |
Después de la película, recogemos todo
el auditorio y me voy para “casa”, y aquí viene lo mejor del día. He comprado
seis bollitos de pan, porque ya sabéis cómo son aquí. Y como tengo todavía sin
abrir el jamón “pata negra” y el salchichón que me compró mi hermana para el
viaje, abro la bolsa envasada al vacío de jamón... sólo el olor ha atraído al
perro del vecino que se ha puesto a ladrar en mi puerta... aunque no entiendo
porqué, porque este olor no creo que le resulte familiar. Pero la verdad es que
huele que alimenta... Son ocho lonchas, así que dos panecillos van con dos
lonchas, y los cuatro restantes con una cada uno... Como tengo agua a
discreción, entre los bocatas, el agua y el documental que me he puesto en el
ordenador mientras estoy sentado en mi cama, puedo sentirme como en España,
aunque sea por media hora.
Terminado el jamón, me despido de él
entre lagrimones y miro de reojo al salchichón, todavía sin abrir a la espera
de su turno... Creo que lo dejaré para mediados de la próxima semana, para no
quitármelo de en medio muy pronto...
Como hay tiempo para todo, también lo hay para dar gracias a Dios por los beneficios recibidos, y por poder compartir algo de mi vida con esta gente que a veces me mira como si fuera un extraterrestre, aunque la verdad es que aquí lo parezco... y dentro de mi mosquitera, Biblia en mano, leo algunos pasajes de los hechos de los apóstoles que me dan fuerzas para seguir la tarea... Lo cierto es que sólo con tomar la Biblia, y sin llegar siquiera a abrirla, ya soy consciente de que es Jesús quien está en Granada esperando que le ayude.
Así que hoy el día ha acabado bien, con
sabor español al más puro estilo Ibérico y lo mejor, con la satisfacción del deber cumplido... mañana será
otro día.
Y mientras os dejo con unas imágenes que son un resumen del día, aprovecho para enviaros mi saludo y deciros: Hasta mañana!
Aquí trabajan hombres, mujeres y niños por igual |
Cada uno en la tarea que puede... pero importante también |
¿Donde están las caras tristes? |
El rito de la gaseosa Amazonas |
Manos trabajadoras |
Aquí eso de los guantes no es muy común... sólo yo los uso. |
Y el turno del aguardiente... bastante bueno. |
Compartiendo la gaseosa, porque todos trabajamos.... |
¡¡Pica la gaseosa!! |
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