Hoy
estamos solos Antonio y yo en todo el Obispado. Monseñor Emiliano está de viaje
en España, Helder de vacaciones todavía y Amado se ha ido a Chiclayo un par de
días. Además, como hoy es domingo, Juanita no trabaja, con lo que estamos los
justos mínimos para, por lo menos, poder hablar...
El departamento que nos prestan en la municipalidad |
Después del desayuno me propongo subir
al “peregrino” todo lo que tengo de la semana pasada en Granada, ya que es el
momento que tengo para ello... Como hay misa por la tarde, y además fui ayer,
me pongo manos a la obra... cuanto antes empiece antes acabo. Me voy a la
municipalidad con Iván y, cada uno en su ordenador, hacemos nuestro trabajo.
Hoy sé que es domingo porque lo pone en
el calendario, porque basta echar un vistazo a la calle para pensar que es
lunes o martes... todas las tiendas abiertas, el banco abierto, el ayuntamiento
abierto... la gente trabajando por las calles... Vamos, que aquí los domingos
son laborables... lo curioso es que pienso que, al menos, por las tardes
descansarán... pero me vuelvo a equivocar. Incluso el ayuntamiento está
abierto... y en España veo por internet que hay protestas contra la reforma
laboral y que hay manifestación... pues no quiero ni pensar qué pasaría si se
estableciera en mi país un horario laboral peruano... Cómo se nota que, cuando
la necesidad aprieta, no hay excusas para dar descanso al cuerpo; ese descanso
que nosotros ya consideramos un derecho vital de la persona... Cómo se nota que
estamos mal acostumbrados a un acomodamiento que no merecemos... Esta gente de
Perú sí que merece un descanso, laboral y humanitario... y mientras ellos
trabajan 16 horas diarias, 7 días semanales durante 365 días al año, nosotros
seguimos saliendo a las calles porque nos pisan nuestro “vital derecho” de
poder echar la siesta después de comer una buena tajada de sandía... cómo me
alegra estar en estos momentos en Perú y no en mi propio país, donde la
política y el desprecio y ataque constante de izquierdistas a derechistas y
viceversa forman parte de la portada de los periódicos a diario... Como se nota
que allí la gente no muere de hambre, ni tienen problemas de analfabetismo
infantil, ni sufren enfermedades infecciosas mientras los hospitales no tienen
apenas antibióticos, ni sufren derrumbes constantes del terreno que se llevan
vidas a diario, ni tienen que dormir en el suelo bajo un toldo de plástico, ni
se les derrumban las casas por la lluvia, ni los niños van descalzos o trabajan
como adultos... y podría seguir, pero creo que ya me habéis entendido de sobra.
Estas son las imágenes de un domingo en Perú:
El mercado por fuera |
El mercado por dentro |
Las tiendas del mercado |
Por Dios...!!, a las conclusiones que
llega uno viendo cómo unos trabajan y no paran de trabajar mientras otros
protestan y no paran de protestar...
Terminada la mañana cibernética, salgo
a dar un paseo y a comprar algunos juguetes más... ya tengo suficientes para
Granada y para Olleros... Caramelos no hacen falta de momento.
El bingo... |
He comprado un bingo, para jugar con
los más mayorcitos y sortear los regalos que he comprado... para ello tengo los
balones de fútbol para niño y de bolley para niña, aparte de algunos regalos un
poco más caros, como un monopoly de Hannah Montana, y un juego para el pelo “casi profesional”. Al que
cante línea le daré un regalo tipo el que vengo haciendo, y al que cante
bingo... ¡¡Premio..!!... ese va a ir para casa bien contento.
Las otras cosas que he comprado son
silbatos-pistola, baloncitos de baloncesto con su canasta, botellitas de jabón
líquido para hacer burbujas, juegos de cocina pequeños, y cunitas con su bebé
para que lo metan y lo duerman bien...
Todos los juguetes juntos... |
Monopoly, juego para el pelo, otro de cocina, burbujas, pistola-silbato, cuna y balón con canasta.... |
Las peonzas y el arma con los petardos... |
También he comprado tres peonzas y una
pistola de las que yo conocía como “de mistos”... es decir, de las que les metes
una ruedita de petardos y explotan de verdad... Son minipetardos totalmente
inofensivos, por si acaso alguno piensa que les traigo armas nucleares...
Creo que me hace más ilusión a mí pasar
las horas viendo qué comprar de lo que a ellos recibir los regalos... incluso
me dan ganas de jugar con ellos, pero a mi edad, mejor que no lo haga, o que lo
haga en secreto en mi cuarto... je, je...
Llegada la hora de comer, tocó Kui, con
el tiempo que hacía que no me llevaba uno a la boca... de primero arroz con
pollo, y de segundo Kui con patatas “a lo pobre”... Siempre me ha hecho gracia
cómo llamamos a estas patatas fritas así, pero aquí le doy otro sentido
distinto... y entre las patatas, unas cosas marrones mezcladas, por las que
pregunto a Antonio, el cual me contesta con total tranquilidad que son las
vísceras del Kui... ¿Para qué le habré preguntado...?
Apartado todo corpúsculo marrón de
entre las patatas, me las como del tirón, dejando el Kui para el final... la
conversación va por esos derroteros, y Antonio me mira como diciendo “a este
no le quedan Kuis por comer todavía aquí...”.
Después de comer, vemos el partido del
Barcelona contra el Valencia. Empieza marcando el Valencia, pero después de
poco tiempo, el Barcelona empata, y más tarde, se pone por delante... como
vemos que el Barça domina, lo dejamos y nos vamos a dar una vuelta al seminario
para ver los detalles de la obra... Cuando llegamos, otra sorpresa: los
trabajadores están trabajando, y es domingo por la tarde... Están colocando la
carpintería y las barandillas de la primera planta al patio. Después de no dar
crédito a lo que veo, proseguimos la visita y regresamos al Obispado porque
Antonio celebra a las 18:00. Yo aprovecho para dar un paseo porque iré a misa
de 20:00 en la catedral.
Hoy cenamos antes, a las 19:00, porque
después de misa será tarde... y después de misa, espero a Antonio y nos vamos
al Obispado. Como ya venimos cenados, nos ponemos a ver las noticias: las
protestas en España, las protestas en Moscú, las protestas en Lima... ¡¡vaya,
vaya...!! Nosotros también protestamos: ¡¡Basta ya de protestar!!... pero como
nadie nos hace caso, empezamos a pegar cabezazos de sueño, especialmente
Antonio, el cual, a pesar de advertirle que está pegando bandazos con el
cuello, dice que me vaya a dormir yo... Vamos, que el que se duerme es él y me
dice: “Tranquilo, tranquilo... vete a dormir, que yo aguanto más...”. No
sé si reir o llorar, así que un par de cabezazos más y le vuelvo a advertir...
nos levantamos y nos despedimos hasta mañana...
Mañana volveré a viajar a Granada, así
que ya no podré volver a contactar con vosotros hasta el viernes... Eso sí: si
Dios quiere....
Algunas imágenes del día:
¿Tu comprarías esa ropa con esos maniquíes? |
Detalle del maniquí hombre... ¡qué miedo! |
Esto no da miedo... |
Simpáticas agentes de la autoridad chachapoyana.... |
Adios!!
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