Finalmente el lunes se pospuso el
trabajo y no fue posible trabajar. Hay algunos cabos sueltos que atar en lo
referente a la financiación y es mejor esperar a tenerlo todo en orden. Por lo
tanto, el lunes, como además es día de descanso de mis compañeros, nos lo
tomamos libre.
Hoy el evangelista nos habla del trato
que debemos tener para con el hermano. Lo que al hermano le hagamos se lo
hacemos a Él... más identificado con el hombre no puede mostrarse Jesús al
hablar así. Entonces yo me planteo una cuestión:
Viendo a los pequeños por las calles de
Tana me pregunto si realmente somos iguales o si, por el contrario, nosotros
mismos nos marcamos las diferencias entre ellos y nosotros. Veo a un niño
pobre, sentado en el suelo y sin nada aparente que hacer aparte de consumir sus
días en esa postura, en ese sitio y sin oportunidad alguna de mejorar su vida.
El niño "de la meditación" |
Ellos son pobres, yo no...
Ellos duermen en el suelo, yo no...
Ellos viven en un país subdesarrollado,
yo no...
Ellos son pequeños, yo no...
Ellos son de color, yo no...
Ellos carecen de oportunidades, yo
no...
Ellos hablan malgache, yo no...
A primera vista somos muy distintos. Se
podría decir que, después de este análisis, somos tan diferentes que parece que
somos de planetas distintos. Pero no te engañes, porque este análisis está
hecho con los ojos humanos, sin embargo, cuando uno ve las cosas desde la
perspectiva de Dios, la cosa cambia:
Ellos son personas, yo también...
Ellos viven en esta época concreta, yo
también...
Ellos son copropietarios del mundo, yo
también...
Ellos son hijos de Dios, yo también...
Ellos necesitan ayuda, yo también...
Ellos tienen padre y madre, yo
también...
Es por esto que necesitamos ver las
cosas desde un punto de vista cristiano, desde una perspectiva de justicia
social. Más de una vez he hablado de lo que es realmente ponerse en el lugar
del otro. Es bonito decirlo, pero difícil hacerlo. La mejor forma es poner
todos nuestros sentidos en ello, pensar lo bien que estamos y la suerte que
tenemos mientras otras personas carecen de las cosas más básicas, aquellas que
para nosotros han perdido su significado por lo acostumbrados que estamos a
ellas... ya sabes, la luz, el agua, una ducha, la educación, etc.
Aprender a ver las cosas desde un punto
de vista cristiano ayuda bastante, así uno cambia el chip para dejar la
inactividad y empezar a hacer algo por cambiar este mundo... “hermanos,
comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho...” (San Francisco
de Asís).
Por si alguno lo piensa, no es
requisito imprescindible el hecho de ser cristiano para hacer algo por cambiar
el mundo. El sentimiento de la solidaridad es innato en la gente, solo hay que
despertarlo. Lo único que hace falta es adormecer un poco nuestro egoismo y
despertar nuestra conciencia para ser capaces un día de hacer este ejercicio de
ponernos en la piel del prójimo.
Tampoco hace falta subirse al avión
para ir a 10.000 Km de casa, sino que podemos comenzar en nuestro propio bloque
de vecinos... aunque no lo creas. Siempre hay alguien que necesita de nosotros,
pero generalmente preferimos pasar de largo porque son tantas las cosas que
tenemos que hacer (por nosotros o para nosotros) que se nos va el tiempo (nuestro
tiempo) y luego andamos con prisas (para seguir haciendo nuestras cosas)... Por
desgracia es más fácil mirar hacia otro lado que dejarlo todo por un día para
trabajar por alguien que lo necesita... No hace falta ser tan radical, se puede
empezar por pequeñas cosas. Yo te propongo que cada noche te hagas esta
pregunta: “¿A quién he ayudado hoy?”. (Y perdóname si no te gusta que te hable
en estos términos. No soy sacerdote ni juez... solo cristiano).
Y cuando haces algo por los demás, las caras pasan de ser estas:
A estas otras:
Bien, prosigo... Aprovechamos para ir
al aeropuerto a reclamar en la tienda de “Telma”, el suministrador de internet
que nos vendió las tarjetas de internet. El responsable de la tienda nos dice
claramente desde el principio que no puede hacer nada. Aquí las cosas funcionan
así, te venden algo defectuoso o que no funciona y no puedes reclamar. La
diferencia con Europa es que allí puedes reclamar en algún organismo destinado
a ello, para la defensa del consumidor, sin embargo aquí, igual que en Europa,
las empresas capitalistas viven de robar al cliente. Uno se siente impotente
cuando le dicen que no pueden hacer nada y que, además, no puede reclamar su
dinero. Es una estafa en toda regla y quiero decirlo bien claro: La capitalista
Telma roba a sus clientes... y lo digo también en francés, por si un día lo ven
en google: La capitaliste Telma vol de ses clients... y en inglés, por si
acaso: The capitalist Telma steals his clients... espero que haya quedado
claro.
Dos largas horas después sin movernos
del mostrador para reclamar nuestros derechos nos tenemos que volver a casa
porque aquí lo único que puedes hacer es denunciarlo a la policía, y eso cuesta
más dinero que lo que Telma nos ha estafado... Así son las cosas en los paises
subdesarrollados, los ricos viven de robar a los pobres, y los pobres cada vez lo
son más. Es vergonzoso...
Nos vamos a casa a comer. Tenemos las
sobras del guiso de ayer, ya que hice comida para dos días, algo muy necesario
aquí. Después nos fuimos a descansar un
rato y a “no hacer nada” esperando una reunión que teníamos en la antigua casa
todos los cooperantes con la familia que organiza todo esto.
Con respecto a la reunión posterior, la cosa pintaba
bien, ya que en esa reunión saldrían a relucir todos los problemas de
convivencia y de trabajo. La cosa empezó en torno al evangelio del día, pero
poco a poco se fue tensando el asunto, ya que hay varios puntos delicados que
tratar. Yo me acordé de la corrección fraterna de la que habla el sabio Tomás
de Kempis en “La imitación de Cristo”, y la practiqué. Resulta más eficaz
hablar desde la serenidad que desde los estados alterados. Creo que finalmente
todos pusieron sus cartas sobre la mesa, y el resultado fue un consenso más o
menos justo y comprensivo. Gracias a Dios, a partir de esta reunión, creo que
las cosas van a marchar mejor. Dios estaba en medio de nuestro debate, y eso
ayuda, aunque no lo creas.
Lo malo de la reunión fue la hora a la
que terminó, pues eran casi las doce de la noche, así que mientras llegamos a
casa y cenamos algo nos da la una y media, y el martes queremos ir a la misa de
6:30... y después tengo que ir al Centro de reeducación a trabajar porque el
martes comienzan definitivamente los trabajos, según me cuentan.
Algo más que cansados... |
Pero el martes nos levantamos sin
problemas, al menos sin grandes problemas, aunque eso sí, como zombis
ambulantes. Tanto es así que después de levantados me siento en la cama con
Remy mientras esperamos que se haga el café y al instante caemos rendidos...
menos mal que Karima está despierta, porque si no, nos dan las tres de la tarde
en esa posición. Eso sí, antes de despertarnos aprovecha para echarnos la foto.
Hoy Jesús nos recuerda que a Dios no hay que
tratarle como a un desconocido o con el distante respeto que le tienen algunos, sino que nos dice que a Dios
le tenemos que llamar Padre, así, sin más... Es curioso ver cómo muchas
personas tienen tanto escrúpulo para con Dios para ciertas cosas, si luego le
hablan “de tú” y le llaman Padre en la oración más importante de la Iglesia, el
Padre nuestro.
Cuando nos vamos a casa a desayunar
paso a comprar una barra de pan para hacer el bocadillo, ya que hoy comeré fuera. A las 8:30
salimos para el Centro porque a las 9:00 hemos quedado con Fy, el constructor, para
empezar a trabajar. Me pongo manos a la obra y preparo un bocata de sardinas
(de lata, claro) con tomate. Otro pequeño de paté (por si las moscas), la
botella de agua y todos mis aperos de trabajo. Lo meto todo en la mochila y aún
me sobra media hora para leer un rato mientras nos vamos. Pero a eso de las
8:10 me llama Remy y me dice: “no prepares nada porque dice David que se
suspenden los trabajos hoy también...”. No puedo creerlo...
Me voy a su casa y me dice que aún
siguen estando sin solucionar esos flecos sueltos. Ha quedado con Fy en la
prisión para hablar acerca de algunas modificaciones que serán necesarias tanto
en la cárcel como en el centro. En la cárcel para introducir una mejora (tres
duchas), y en el centro para eliminar algunos trabajos para abaratar la obra.
En una mano el móvil, en la otra el maiz... si nos vieran en Europa!! |
Sarah, siempre con una sonrisa... |
Cuando terminamos de concretar todo nos
vamos porque David tiene que recoger a Sarah del colegio, así que pasamos a por
Remy y Karima y nos vamos a casa. Karima siempre con sus detalles, me ha comprado unas gafas de sol, ya que esta mañana se me cayeron las mías desde el balcón y se hicieron añicos... Son "Lacoste", jeje... o al menos eso pone, y hay dos lagartijas pintadas, una en cada patilla... Gracias Karima!!... Recogemos a Sarah, que le da un toque de
alegría al día, con esa inocencia propia de la infancia, ajena a todo y segura
porque estamos con ella... Así somos de pequeños, alegres y confiados porque
nos sentimos en buenas manos. Lo malo es cuando uno se hace mayor y siente que
la vida no es para despreocuparse.
¿Como he hecho esta foto?... Karima y yo, con mis nuevas gafas. |
En casa nos ponemos manos a la obra con
la comida. Yo quería comer el bocadillo que hice por la mañana, pero cuando abrí
el envase del chorizo Campofrío (que inexplicablemente encuentro en el
Shoprite) para hacer macarrones con tomate y chorizo, se me olvida el bocata de
sardinas. Con un sofrito de cebolla, luego el chorizo y un poco de tomate frito
que he encontrado muy parecido al nuestro (aquí el tomate en lata es una pasta
concentrada) hago unos macarrones para chuparse los dedos... y vaya si nos los
chupamos.
La siesta hoy no perdona porque he
dormido algo más de cuatro horas, así que me preparo para leer mi libro y antes
de que pueda comprender el sentido de la primera frase ya estoy en el limbo. Me
despiertan las miles de moscas que hay aquí. Son insoportables y es imposible
dormir con ellas posándose sobre uno en todo momento. Como tengo la mosquitera
colgada del techo la extiendo y, ahora sí, puedo dormir a pierna suelta... y
así dos horas...
La Cruz humana |
Tenemos a todos los niños del barrio
expectantes de nuestro balcón. No saben cuándo saldremos y qué nuevas cosas les
tenemos reservadas. Hoy le toca el turno a Karima que quiere formar una Cruz
humana, igual que yo la Tau el otro día. Le sale bastante bien. Luego bajo a
jugar un rato con los pequeños... me tiro por el suelo, y ellos también. Luego
quiero que me ayuden a levantarme, pero no saben lo que les pido y se limitan a
darme la mano... y luego unos cuanto se suben encima de mí porque quieren que
les lleve a burro... cuando tengo a tres encima ya no puedo más, así que tengo
que espantarlos un poco como las moscas... Casi me desloman, pero merece la
pena “partirse el lomo” así...
El "burro" y los jinetes... |
No importa mancharse de tierra... al menos a ellos. |
Yo les pido ayuda para levantarme y ellos me dan la mano o se suben encima... |
Veo
cómo un pequeño agarra una bolsa de plástico como si de un tesoro se tratase
mientras busca papeles por el suelo, me pregunto qué estará haciendo. Y después
de un largo rato de manufacturación artesanal, dando forma al invento y atando
bien las puntas de las asas, me doy cuenta de que lo que acaba de fabricar es
¡un balón de fútbol!... y empieza a pegarle patadas por toda la plaza mientras
corre detrás de él.
Aprovecho de nuevo para dar las gracias a esos dos
magnates del fútbol mundial que tenemos el “orgullo” tener en España... El Real
Madrid y el F.C. Barcelona. Estos dos “generosos” clubes que nadan entre la abundancia,
los millones y los laureles del éxito, preocupados como están por ser uno mejor
que el otro, hicieron una gran aportación para esta misión y la de Perú,
ayudando así a dibujar sonrisas por doquier en las caras de tantos niños como
pegan patadas a balones improvisados... Estos dos enormes clubes, para los que
unos balónes de fútbol y algunas camisetas supondrían una donación ridícula, han
preferido ignorar la petición que, en repetidas veces, se les hizo... Así que
desde Madagascar, os doy las gracias por el entusiasmo que habéis puesto en
hacer algo por estos pobres niños que tantas ilusiones ponen en vosotros y que
hacen cualquier cosa por conseguir algo relacionado con vuestros clubes, como
una camiseta china en la que pone “Real Nadrid”... (sí, con “n”)...
El improvisado balón de fútbol |
Aquí no hay medias tintas: al "0". |
Por la tarde vamos a casa de David,
pero hay una tormenta y la luz va y viene, y no hay internet. Como tengo mi
cita, ya obligada, con los salesianos en el rezo de vísperas, aprovecho para ir
y decirle a Remy y Karima que vengan. Después de vísperas hacen un rezo del
rosario en francés, y me quedo con los salesianos mientras ellos se van a la
casa. Karima va a cortarle el pelo a Remy mientras yo sigo ahí. Cuando llego me
los encuentro en plena faena. Se lo está cortando al cero, aquí no hay
miramientos. En cualquier caso es un buen remedio preventivo contra los piojos
que, posiblemente, lleguen un día a nuestras cabezas... o a mi barba, que es
peor.
Cuando estamos en casa hago para cenar
un poco del pollo que tenía congelado del otro día con una ensalada que no se
la salta ni el caballo del Cayetano. Hoy quiero sorprender a estos comensales
con un poco de pollo al ajillo. Y parece que les gusta, o eso dicen...
Cenando el pollo al ajillo... |
Nos queremos acostar pronto porque
estamos muy cansados. Mañana queremos ir a la misa y después ellos se van,
Karima a la cárcel y Remy al centro. Yo me quedaré en casa, a ver si logro
comenzar mi examen de portugués que mi profesora Paula me ha enviado. Desde
aquí aprovecho para darle las gracias por el detalle de permitirme hacer un
examen desde el Trópico de Capricornio... casi nada.
Si me da tiempo, iré al aeropuerto a
ver unas cosas muy bonitas que he visto para algunos colaboradores que se lo
merecen mucho... tengo que regatear un poco los precios, pero merece la pena.
Es de bien nacidos el ser agradecidos...
Nos vamos a la cama a descansar, que
mañana es otro día, pero antes te dejo algunas fotos...
¡¡Hasta mañana!!
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