El fin de semana para ellos es
totalmente opuesto al nuestro, pues nosotros podemos hacer planes, salir de
viaje o ver cosas. Ellos no solo no pueden, sino que además, la única compañía
que tienen, que somos nosotros, nos vamos. Es triste... esto no deberá ocurrir.
Estaría bien que los responsables de esto programaran algún tipo de actuación
de fin de semana, de vez en cuando, así los chicos podrían disfrutar de lo que
es un domingo y pasaría los días de la semana esperando al próximo. Se me
ocurre algo como una barbacoa, juegos en el patio, repartir unos dulces y unas
coca-colas... en fin...
Alicatando las duchas |
Nosotros vamos a lo nuestro. Cada cual
ocupa su puesto, y yo el mío. Hoy he tenido que parar unos trabajos mal hechos.
Las tuberías deben ir por donde yo les diga, no por donde los trabajadores
estimen, pues sus estimaciones distan mucho de ser buenas. Se les ocurre que
las tuberías del deposito tienen que bajar al suelo para luego subir a los
cuartos de baño, algo que es innecesario y que provocará una pérdida de presión
absurda. Lo más lógico es que las tuberías vayan por encima de los aparatos y
que surtan de agua a cada uno de arriba abajo. No hay que ser un lumbreras para
darse cuenta de esto... para mí que la Logse española llegó a tierras
malgaches, de otro modo no se explica tal ineptitud.
El depócito en su lugar |
Cuando acabo, quiero quitarme un poco
de tensión, para lo que voy al corro donde los chavales juegan al fútbol. Se
hace rondo, no sé si sabes qué es: uno se pone en el medio del corro mientras
intenta quitarle el balón a los otros, y cuando lo hace, ocupa su puesto. Es
entretenido y se divierten mucho, especialmente porque hoy juegan con nosotros
dos mujeres, Karima y Eve. No es por nada, pero realmente el fútbol no está
hecho para las mujeres... no os lo toméis a mal. Los chavales no tienen
miramientos con ellas y, viéndolas jugar,
están más tiempo desternillados por el suelo que buscando el balón.
Hoy, igual que ayer, hay reparto de algún que otro detalle culinario. Si ayer fueron helados, hoy son galletas de chocolate. Compramos para todos, incluso sobran y más de uno que lo sabe intenta engañarnos diciéndonos que cuando se repartieron estaban dormidos en el dormitorio. Hay que ser espabilado, porque entre ciento cuatro chicos, es imposible que te acuerdes de todos, pero Karima se acordó y el listillo no se salió con la suya.
El reparto |
Muestran las galletas como si fueran trofeos... aquí lo son. |
¿Habrá suficientes para todos? |
Después de esto nos vamos a comer a la
galgota que está cerca. Yo me pido un Bol renversé, pero Karima pide filete con
patatas y compartimos mitad y mitad. Pero aquí no tienen pan y no soy capaz de
comerme un filete sin pan, es costumbre, así que le digo que se lo coma entero.
A partir de ahora, con el desinfectante de manos, el papel higiénico, el móvil,
la botella de agua y el chubasquero, tendré que incluir una barra de pan para
este tipo de contratiempos.
Después acompaño con la moto a Remy a
recoger sus cosas de la casa donde pasó la noche. Dice que está a un kilómetro
y medio. Yo no entiendo cómo calcula las distancias, porque la moto marca cinco
para allá y cinco para acá. Vamos, que la diferencia son siete kilómetros...
Por esa regla de tres, Madagascar está a cinco años luz de España...
Cuando regresamos, le dejamos bien
montado en el taxi-b mientras nosotros nos vamos en moto. Es un buen momento
para contabilizar lo que se tarda en uno y otro transporte, pues salimos al
mismo tiempo. Al final llegamos una hora y media antes que él, y eso que venía
a buen ritmo, pero llegando a la embajada americana es un embotellamiento
impresionante el que se forma.
Le esperamos en la boulangerie mientras
vemos el correo, y cuando llega nos vamos a casa a hacer el segundo reparto de
ilusión. Los niños del barrio nos esperan y tenemos para ellos globos gigantes...
veremos cómo reaccionan.
Pasando una buena tarde |
Y la reacción no puede ser otra... como
locos... Corren detrás de él, lo cuelan en todos los patios, lo tiran por
encima de los tejados. Incluso varios le tiran sus zapatillas, que vuelan por
la plaza... y así hasta que lo revientan. Después recogen los trozos del globo
siniestrado porque aquí todo vale para hacer un tirachinas. Es tremendo esto...
Así pasamos un buen rato, y entre rato
y rato aprovecho para grabar un par de vídeos que tengo encargados. No soy
Hermida, así que hago lo que puedo... ya los veréis. Uno es para un cumpleaños,
el otro para vosotros.
Y así acaba el viernes... último día
laboral, primer día del fin de semana y día de ilusión para varios jóvenes que
no tienen más esperanzas que las que tienen puestas en nosotros.
Os dejo las acostumbradas fotos:
Un saludo!
Una imagen vale más que mil palabras y la cara de ilusión de esos chicos es impagable.
ResponderEliminarSe echa de menos tus videos por youtube aunque este año la dedicación es casi exclusiva y no se te puede pedir más.
Un abrazo.
Si, la verdad es que es una lata subir un video desde aquí... pero así y todo he subido alguno. Has ido a la merienda solidaria?. Si has ido los has visto, y si no dímelo y te paso los enlaces... cada vídeo ha costado un día de subida, pero creo que merece la pena... espero que me digas.
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