La
mañana es un poco gris, y hoy no voy a desayunar a casa de doña Rosita, ya que
ayer me invitó Taño, el catequista, a desayunar con los carismáticos en su
casa.
El desayuno es bueno, arroz con una
tortilla estilo francesa (pero sin serlo) y media trucha. Yo que no estoy
acostumbrado a este estilo de desayuno sigo sufriendo sólo de pensar en meterme
entre pecho y espalda algo distinto de un café con leche... pero se hace el
esfuerzo. Más deberán sufrir ellos cuando vayan a España y sus platazos
mañaneros se los cambiemos por un minúsculo café con una galleta... je, je..
sólo de pensar en sus caras me entra la risa.
Todos se clavan el desayuno sin inmutarse... yo a duras penas... |
Como habíamos quedado ayer, el Vía
Crucis empieza a las 9:00, así que terminamos rapidito para encontrarnos con la
gente... yo ya presagiaba lo que ocurriría. Ni una sola persona se presenta....
ni a la hora, ni siquiera una hora después... triste, pero cierto.
Acaban de probar en sus carnes la
amabilidad y la compostura granadina, además de su puntualidad y ... Son un primor... Es curioso que las
combis no las pierden, y eso que están a una hora concreta y pasan rápido, y
sin embargo, a las citas llegan temprano si se retrasan dos horas...
Como yo había salido a repartir los
zapatos con Lenin a las familias más desfavorecidas, el sector joven de los
carismáticos visitantes se viene con nosotros. Empezamos por las casas cercanas a la plaza y vamos dando el particular Vía Crucis por el pueblo. No ha
venido gente, sin embargo, el Vía Crucis se está haciendo. Casa por casa,
zapato por zapato, al final se termina uniendo a nosotros el sector más
veterano, cansado de esperar. No me extrañaría que cuando se hubieran sumado a
nosotros se haya empezado a presentar la gente.
El reparto de zapatos es toda una
anécdota. Los niños son cada cual más salado que el anterior, y les encantan
los zapatos. Curiosamente, Harold, el niño que me inspiró al tema de los
zapatos, va a ser el último en recibirlos, ya que me equivoqué con su talla.
Además, ha tenido que ver cómo a su hermanito mayor le quedan bien los zapatos
y se los lleva puestos... Aquí dejo algunas fotos...
Terminada la labor zapatera, que por
suerte no tiene que ver con política, me voy a por la moto de Milton. Le
aprieto la cadena porque anda floja, y ato atrás los zapatos que hay que
cambiar de talla o de sexo, ya que algunos niños no están dispuestos a ponerse
calzado del sexo contrario... ya ves, que van a pasear por Cibeles... Pero
bueno, es entendible...
El viaje a Chacha será el último de
ida. Solo quedará la vuelta en moto a Granada y se acabó el periplo motorista
por tierras peruanas.
Me dijo el Obispo que irían la semana
próxima a Granada a conocer el estado actual de las obras, y Castelly por fin
las verá, ya que tantas ganas tiene. También irá Antonio, así que estaremos
unos pocos allí... Aprovecharé para venirme con ellos si es que hay plazas
suficientes en el Toyota.
Bajando por la escarpada cuesta, por
fin me decido a parar y perder cinco minutos para ver el tremendo boquete que
hay en el suelo, y del que me advirtió Horacio que no me acercara, ya que al
parecer, han caído algunos y no se ha vuelto a saber de ellos. Es un agujero
como del tamaño de un coche, totalmente vertical hacia abajo y que se pierde en
una especie de abismo negro... Solo de pensar en caer ahí, le pone a uno los
pelos de punta.
Solo asomarse da miedo... y dicen que esta cueva está inexplorada... ¿Otro Aracena? ¿otra cueva de las Aguilas? |
El caso es que se aprecian restos de
desperdicios por todas las paredes del hueco, así que creo que más de uno
aprovecha el hueco como basurero.
Como será la penúltima vez que pase por
ahí, decidí parar y verlo, ya que llevo dos meses pensando que pararía la
siguiente vez, y sabía que, de no parar hoy, seguramente me iría sin ver el
agujero.
Sigo el viaje, y se pone a llover, así
que me tengo que poner el poncho, pero no dura mucho... parece que la temporada
de lluvias está acabando, justo cuando me voy a ir. Así son las cosas...
Cuando llego a Molinopampa no puedo
parar por casa de Juan de Dios porque vengo retrasado con el reparto de
zapatos, así que paso de largo y voy directo a Chacha. Por Pipus me pasa igual,
así que no ando ni mirando hacia la municipalidad ni hacia la policía, porque
son casi las dos de la tarde.
Cuando llego a Chacha, me dirijo a la
cocina. Hay sopa en el frigorífico y un muslo de pollo, así que los caliento y
me los cepillo rápido. Son cerca de las tres de la tarde. Normalmente en España
como a esa hora, pero cuando llevas más de dos meses comiendo a la una, el
cuerpo se acostumbra.
Después de comer, me doy la ducha rapidita. Ya he aprendido la
lección de no relajarme mucho bajo la alcachofa... y después, me echo mi
particular siesta cibernética en el Café Fusiones, poniéndome al día con el
correo.
Llegada la hora de misa, hoy se
sustituye por la adoración de la cruz. Para quien no lo sepa, hoy es el único
día del año en el que no hay misa... ¿sabes por qué?... si no lo sabes no te
hará mal investigarlo, ya verás como tiene sentido...
Después de la adoración, viene la
procesión... Yo no soy muy dado a salir de procesión, pero sólo el comienzo ya
es impactante. Nunca había visto un Cristo con los brazos articulados, de modo
que puede estar crucificado y descolgarse para estar tumbado en el sepulcro,
con los brazos bajados... Además, el acto del descendimiento es todo un
espectáculo solemne. Se suben como lo habrían hecho en la época de Jesús, con
una escalera por detrás, echando un paño por debajo de los brazos de Cristo. Le
desclavan y le van bajando poco a poco con ayuda del paño, para colocarlo luego
en el sepulcro que sale de procesión.
Yo ahí me quedo... una vez que salen de
la Iglesia, y la Virgen dolorosa detrás, me despido... El gentío es
impresionante...
Cuando se acaba la procesión, cenamos
todos juntos y comentamos la jugada de cada parroquia. Ha sido un día emotivo
en todas...
Y con esto, ya conozco el Viernes Santo
chachapoyano. Me gustó el detalle del descendimiento, cosa que nunca antes
había visto... así que aproveché para echar fotos y grabar un vídeo.
Cuando acabamos, vemos un rato la tele
y cada cual a su cuarto.. El gato sigue maullando, pero no sale de su
escondite. Sabe cuando salir, y hasta que no estamos todos acostados no va a
comer... menos mal que le dejamos la comida, que si no, se iba a llevar un
chasco bueno....
Hasta mañana!!
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