Esta
mañana la he dedicado a dos cosas. La primera ha sido intentar localizar a
Llanely y su familia para ver de qué manera se pueden desarrollar los
acontecimientos. Si localizo a la madre, quizás me firme una autorización para
enviar la historia clínica de Llanely a España y ver qué se puede hacer.
La segunda cosa es visitar el hospital
para ver qué nuevos pequeños hay ingresados. Hoy sólo hay una niña, no recuerdo
el nombre, y tiene 8 años. Con esta información ya volveré por la tarde para
traerle un regalito y hacerle una visita.
Lo primero era localizar a Llanely, así
que llamé a mi amigo Aníbal, el taxista que me llevó en tiempos a Granada. Le
he preguntado si sabe donde cae la calle Miraflores, que es donde se supone que
vive ella con su familia. Me dice que sí, así que viene a por mí y me lleva.
Está bien apartado, en un barrio marginal. Pero por más que busco el número
340, no doy con él. El desorden de los números es brutal... parece que los
números de las casas los hubieran tirado al aire y hubieran caído
aleatoriamente.
Nadie conoce a esta familia, ni a la
niña, lo que me hace sospechar que no vivan por aquí, ya que en estos barrios
se conocen todos, y además, una niña con esta enfermedad no pasa muy desapercibida.
Me monto de nuevo en el taxi de Aníbal,
que me estaba esperando, y le digo que me lleve al hospital. Allí me tendrán
que decir algo más... y después de localizar a Janet, la chica de relaciones
públicas, indagamos y averguamos los nombres y apellidos tanto del padre como
de la madre, y para mi sorpresa, la calle Miraflores no es de Chacha, sino de
Cheto, un pueblo a tres o cuatro horas de aquí. Curiosamente, el otro día
conocí al Obispo de Cheto, que estaba de visita por Chacha. Qué pena, porque le
pedí el teléfono, pero luego nos despedimos sin acordarnos de dárnoslo.
Preguntado Monseñor Emiliano por su teléfono, me dice que lo tiene, así que
luego se lo pediré y hablaré con el Obispo de Cheto para ver de qué manera
puede localizar a esta familia allí. Creo que, si todo sale bien, la
encontraré...
Aprovecho para ir de compras, un
cuaderno, bolígrafo, goma de borrar, lapiz y sacapuntas, regla, estuche, una
pulserita y un gancho para el pelo... vamos, que el regalo es bien completo.
Pero esta mañana no me da tiempo a dárselo, así que después de comer se lo
daré.
Terminada la comida, aprovecho para
recoger la moto del taller, donde la dejé para que reparase los intermitentes
de atrás de la moto de Milton, que los tiene rotos. Recojo la moto y me voy
directo al hospital a ver a la niña sin nombre (que no me acuerdo). Es muy
simpática, la han operado de un problema renal y tiene para varios días. La
entrega de regalos, como siempre, es un motivo de alegría para ellos (y para
mí), así que la niña me da las gracias y me despido. La próxima semana será la
última que pueda visitar a niños aquí, aunque de todos modos, espero que sea la
última visita.
No se podía incorporar por la operación |
Tengo que darme prisa, porque las
hermanas franciscanas me invitaron a lo que ellas llaman un “lonchecito”, que
es lo que viene a ser nuestra merienda... eso me decían ellas, aunque luego
comprobé que más que merienda se podría llamar merendón.
La mesa preparada |
Según llego, me abren y cuando entro en
el comedor, me encuentro con una grata y bonita sorpresa. Tiene una nota preciosa
de una cita de Francisco que dice “Que los labios concuerden con el corazón y
que el corazón esté en Dios”. También me ponen otra tarjetita del FIC, que me
dicen que son sus siglas, y que quiere decir Franciscanas del Inmaculado
Corazón.
Por supuesto, el gran detallazo por
parte de Márllury ha sido el regalo de un bolígrafo forrado de hilo, precioso,
con un cristo de San Damián enano en la punta, y con la inscripción: MARTÍN B.
Me va a dar pena gastarlo, pero tendré
que darle uso... En fin, que como nota graciosa, la hermana mayor me dice:
Todo es para ti... jeje.
¿Todo?, le respondo...
Bueno, todo menos la mariposita...
Los regalitos y la mariposita.... |
Nos echamos
a reir todos. La mariposita es una pinza donde está sujeta la tarjetita con la
oración. Es como si te dan un vaso de agua y te dicen que te lo dan, pero que
el vaso lo devuelvas...
En fin, que empezamos el lonchecito,
como ellas lo llaman, aunque cuando os cuente el menú del lonche os vais a
enterar...
De primero un plato de Anticuchos, que
son unas brochetas con carne de corazón de vaca, tres trocitos de papa con
salsa picante y un choclo (mazorca de maíz).
Anticuchos con papa y choclo... |
Referente a los anticuchos, me dijo la hermanita:
Te las hemos hecho de corazón...
Muchas gracias, hermanita, ¡qué detalle!...
No, no, me refiero a que es corazón de res (vaca)
¡¡Aaaaahh!!... bueno, gracias de todos modos...
jeje.
Después de este entrante, vinieron dos
aritos rebozados dulces que se llanan Picarones. Son como si fueran nuestros
calamares rebozados. Se les echa una especie de miel por encima, y están
buenísimos...
Le pregunto a la hermanita que si la
miel también es de res, y se ríe... estábamos hablando de que de la res se
aprovecha todo... y yo les dije el dicho español que dice: “del cerdo hasta los
andares...”. Se reían, sobre todo cuando les explicaba cómo andan los cerdos...
Después de esto, vino el arroz con
leche, mitad arroz con leche y mitad de una especie de gelatina de una fruta
que no recuerdo... es violeta. La presentación es bonita, el sabor más aún.
Terminado el postre, viene el café con
leche y el keke, un bizcocho que ha hecho la hermana Marisa. Los anticuchos los
ha hecho Márllury, el bizcocho Marisa, la madre Clarisa ha hecho las papas y el
choclo creo que se hizo solo. Todas han colaborado en la tarea de alimentar al
peregrino...
El keke lo tengo que dejar, porque
cuando me dijeron que el lonche es como la merienda española, yo pensé que era
un café con leche y un pastelito o algo así... resulta que a las 16:30 horas ya
he cenado, apenas dos horas después de comer...
Por supuesto, todo el lonche ha sido
regado con la bebida por excelencia peruana: ¡Incacola!.
Cuando se acaba el lonche, les pongo
algún vídeo de los montajes que tengo hechos del Centro Juvenil Francisco y
Clara, para que nos conozcan un poco. Y al ratito, me voy, ya que la hermana
Márllury tiene que ensayar el Pregón Pascual...
Le digo que el Pregón en Almendralejo
lo suele dar algún personaje importante, a lo que hace ademán de decir... ¿y tú
que te crees... que yo no soy importante aquí?...
Me vuelvo al Obispado a dejar los
trastos y después voy para la Vigilia Pascual a la Catedral. Pensaba que el
Pregón iba a ser hablado, como es lo normal... pero sin embargo, es cantado.
Justo antes de que empiece me pongo a grabarlo para tener el recuerdo, y cual
es mi sorpresa cuando Márllury se arranca a cantar... ¡y cómo canta!... Creo
que es el mejor pregón que he escuchado en mi vida... ni siquiera cuando en mi
pueblo decían lo de “por orden del señor alcalde se hace saber....”.
Cuando me doy cuenta de que es cantado,
pongo más interés en que la grabación salga bien, aunque es tan de lejos que el
sonido no es muy bueno, y la imagen menos... pero se entiende perfectamente.
Terminado el Pregón, lo más lógico es
que todos hubieran irrumpido en un aplauso unánime... casi me arranco yo, pero
el respetable no hizo gesto alguno y Márllury se retiró en silencio. Qué
injusto fue, aunque quizás el momento no era el indicado, ya que no era un
concierto... en fin, que no habría estado de más... Yo te felicito desde aquí,
Marllury...
La vigilia es muy bonita, aunque no
tenía sitio para sentarme, ya que me puse a grabar y perdí mi sitio... las
cosas que pasan.
Las lecturas, los cantos y la Vigilia
en sí fueron preciosos... Todo chachapoyas estaba ahí metido... y terminada,
nos vamos para casa, que son ya las 23:00 y normalmente a estas horas el
Obispado está sumido en el letargo desde hace al menos hora y media...
Me voy a la cama, no sin antes intentar
cazar al gato, que de nuevo se ha escapado y no sale ni “pa´tras” de su
escondite... No lo logro, así que lo dejaré para mañana... mientras tanto,
pensaré un plan de ataque al felino...
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