Y a todo esto, comienza el trabajo, o como ellos
lo llaman, la chamba. Recluté a unos pocos trabajadores, si bien no pueden
empezar todo lo pronto que necesito porque es necesario que atiendan sus
chacras y su ganado para dejarlo todo listo y poder comenzar con la dedicación
plena. La semana comenzó con tímidos trabajos en los contrafuertes laterales y
en la torre, si bien lo primero de todo fue acarrear todo el material
necesario, en lo que se perdió mucho tiempo por culpa de la avería que, desde
hace meses, tiene el volquete de la municipalidad. No está arreglado ni han
tenido la precaución de hacerlo para mi llegada, aunque bien es verdad que no
hay dinero para hacerlo, así que la primera de las actividades será contratar
un mecánico para que solucione esto.
Un parón en el camino para ver cómo trabaja la máquina |
La máquina sacando piedra |
Mientras tanto, el amigo Diógenes, siempre atento
a las necesidades de OFRA y, por tanto, a las de los más pobres, nos presta su
volquete, que es aún mayor que el de la municipalidad. Lo aprovechamos lo mejor
que podemos, aunque no puede ser usado si no hay una máquina retroexcavadora
que saque las piedras del camino, en las fincas de vecinos del pueblo. La
máquina tarda en llegar y es la única que hay disponible. Me costó mucho conseguirla,
pues ni el mismo Diógenes, con todos los contactos que tiene, ha conseguido una
para él. Aquí hay tanto huayco que las máquinas funcionan al 100% día tras día,
incluso domingos, y cuando paran es muy difícil coordinar un trabajo, pues
Granada está tan lejos y tan alto que ninguna máquina llegaría antes de tres o
cuatro días. Tuve suerte con un señor que trabajó en España en la M30 de Madrid
durante la época de vacas gordas, hasta que tuvo que regresar de nuevo a Perú.
La condición es que no quiere “rodar” la máquina por lo malo de los caminos, y
hay que contratar una “cama baja”, o lo que es lo mismo, una plataforma para
llevar la máquina. Es la única condición que pone, pero teniendo en cuenta que
tengo un volquete gratis parado y no hay máquinas a menos de tres días a la
redonda, no me queda más que aceptar. Y así llega a Granada y comienza a cargar
el volquete... Aprovecho el volquete para subir los 300 sacos de cemento, la
arena, los hierros, las tejas andinas... todo... pero aún así, se tiene que ir
al día siguiente y hay poca piedra. Lo necesitan en Chacha y es de ellos...
Por suerte para nosotros, por desgracia para
Diógenes, se “malogra” la cargadora de la municipalidad y sin ella no se puede
cargar el volquete, así que nos lo dejan un día más. Lo único que tengo que
hacer es ponerle gasolina, ya que el resto es apoyo municipal.
No hay suficiente piedra, pero al menos sí para empezar |
Aprovechamos el volquete al máximo, tanto es así
que hasta de noche cargamos y subimos piedras... y cuando llega el momento de
irse, ya tenemos todo lo necesario para comenzar... y comenzamos.
Trabajos nocturnos de acopio de piedra |
Darío está con los contrafuertes al frente de un
equipo de cuatro, mientras que Exequiel está en la torre al frente de un equipo
de uno... él mismo. Esto se solucionará la semana siguiente... El caso es que
comienza la chamba, que es lo importante.
En mis planes está hacer cuanto antes el suelo
del baptisterio, así como conseguir una pila bautismal, cosa que veo
improbable... Se necesitará porque tendrá uso en los próximos días, y ojalá que
en los próximos meses y años también. La realidad es otra cuando yo me voy,
pero hay que confiar.
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