El año pasado tuvimos menos
problemas que este. Antes de llegar aquí todo estaba hablado y preparado para
empezar nada más llegar. Este año no han estado tan espabilados y se nos ha
echado el tiempo encima. No pasa nada porque vamos bien de tiempo, pero
mientras el año pasado fuimos relajados, este año tenemos que actuar ya contra
reloj.
Ya hemos pagado en Nairobi el
material de los invernaderos. Nos dijeron que lo enviarían el lunes día 22, por
lo que podríamos comenzar a trabajar el martes, 23 o miércoles, 24. A partir
del jueves tenemos cinco días para dejarlo terminado antes de irme. En realidad
son cuatro días, porque si mi avión sale el 30 a las 4:30 de la madrugada,
tendré que irme a Nairobi el lunes, día 29, por la tarde. Forzados vamos a ir,
sobre todo teniendo en cuenta que por medio hay un domingo.
Con respecto a las máquinas del
centro de fisioterapia la cosa es distinta. Una vez que tenemos el presupuesto
de todas, solo hay que echar los cálculos para saber hasta dónde llegamos y, si
no llegamos a todas, decidir cuáles son las más urgentes. De momento, hemos
comprado dos: la lámpara de rayos infrarrojos y la máquina de hacer masajes en
los brazos. Eso que hemos adelantado. Echadas las cuentas, vemos que habrá
también suficiente para la cama elástica, la cual sirve para fortalecer huesos
y músculos, y el hammock, que sirve para trabajar el centro de equilibrio en el
oído interno de los niños. Todo el dinero restante lo hemos destinado a comprar
sillas de ruedas, puesto que nos han transmitido desde la dirección del centro
que es lo que más falta hace y lo que más se estropea. Por eso hemos cambiado
de planes a última hora y, en lugar de comprar una costosa máquina llamada “hidrocollator”,
que sirve para calentar almohadillas de agua, hemos decidido invertir ese
dinero en algo más práctico. Y con lo que disponemos, tenemos para, nada más y
nada menos, que un total de quince sillas. Hemos esperado mucho tiempo, pero al
final ha merecido la pena.
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Esta y catorce mas |
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Masajeador eléctrico |
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Para el oído medio, para el equilibrio |
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Para fortalecer los músculos y los huesos |
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Lámpara de rayos infrarrojos |
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El kit completo |
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Y las catorce sillas restantes |
El miércoles 24 de julio tuvimos
la misa de inauguración de todo el material, exceptuando el del invernadero,
que finalmente va a llegar el jueves 25. En la misa se bendicen todos los
artículos que hemos comprado para el centro de fisioterapia y tenemos un bonito
día con los niños del centro, jugando y compartiendo con ellos una soleada
mañana. Celebrada la misa, ellos nos hacen su particular demostración de lo
bien que cantan y bailan, como agradecimiento por nuestra visita. Me ponen unas
túnicas típicas del lugar y me meten en el centro de un corro, bailando alrededor
mío, algo que me produce un poco de vergüenza, por lo que deseo que acabe
pronto ese homenaje. Finalmente, me entregan un regalo en un bonito envoltorio,
el cual contiene café y nueces de macadamia.
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Celebración de eucaristía de despedida |
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Bendición de los equipos |
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Mi regalo sorpresa |
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Y su puesta en escena |
La mañana del jueves 25 me acerco
de nuevo al centro porque aquí el curso acaba en julio. Es distinto que en
Euopa. Ellos comienzan el curso en enero, con el comienzo del año, y cada
trimestre tienen un mes de vacaciones, en lugar de concentrarlas todas juntas
como hacemos nosotros en verano. Así, en julio acaban el curso, tienen el mes de
agosto libre y regresan en septiembre para afrontar el último trimestre. Me
despido de muchos de los niños, que ya se van, pues sus padres vienen de lejos
a por ellos. Los que no tienen padres se quedan aquí, lo cual me produce mucha
pena.
Después de las despedidas, me doy
un paseo hasta el mercado. Aquí ya me conocen todos. Al pasar, me dicen
“mzungu”, que significa “el hombre blanco”, y parece que me he quedado ya con
ese nombre. Quién sabe si, a partir de ahora, seré el peregrino mzungurrino.
En fin, lo más importante, que
era dejar todo listo para comenzar, ya está hecho. Quizás no dé tiempo a
terminar antes de irme, pero al menos sí lo comenzaremos. Acabar será cosa de
ellos, pero lo importante es que la misión esta “casi” cumplida. Seguiremos
informando en el próximo capítulo, que será el último.
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