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Con los niños de St. Mary´s Rehabilitatioin Centre (Mbiuni) |
Comenzamos la semana preparando
lo que serán las líneas de actuación principales. Son dos: en primer lugar,
pedir los presupuestos de los invernaderos y negociar con las distintas
empresas que se encargan de la venta del material. De eso se encargarán la
hermana Veneth Maria, por un lado, y Pius, un amigo del lugar, por otro. Cada
uno se encargará de pedir el presupuesto a una empresa. En segundo
lugar, comienzan las reuniones con los responsables del centro, especialmente
con el fisioterapeuta, para que nos hagan saber las necesidades materiales que
tienen para su centro de rehabilitación. Entre el lunes y el martes queda todo
casi zanjado. El miércoles 10 de julio debemos decidir qué empresa suministrará
los materiales para el invernadero. La diferencia es de unos 40.000 Ksh (chelín
keniano), es decir, más de 300 € en cada invernadero, lo que da un montante de
600 € de ahorro entre los dos. Sin embargo, tras el examen de los presupuestos, la
cosa no está tan clara. Al parecer, el presupuesto barato no es tan barato,
puesto que no incluye los impuestos (lo que vendría a ser nuestro I.V.A., y que
aquí ascienden al 16%) ni tampoco el material «de agarre» (cemento, arena y
piedras). Echados los cálculos, decidimos que el barato es caro, por lo que
optamos por contratar los servicios de Airam, la misma empresa que nos
suministró el material el año pasado. Pero como su presupuesto es de 630.000
Ksh para los dos invernaderos, queremos ver si somos capaces de negociar con
ellos un redondeo a 600.000 Ksh. Son duros de roer, así que les hago ver que
tenemos otro presupuesto, pero que queremos hacerlo con ellos porque estamos
contentos con sus calidades. Nos dicen que lo estudiarán.
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Interior, listo para sembrar |
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Invernadero construido en 2018 |
Para el miércoles ya lo han
«estudiado», pero, para nuestra sorpresa, nos dicen que el presupuesto es de
625.000 Ksh, pero que nos habían hecho ya un descuento de 10.000 Ksh por ser ya
clientes del año pasado. Entonces les digo que el año pasado pagamos 615.000
Khs por el invernadero que ya está instalado, a lo que responden que sí, en
efecto, pero que resulta que el año pasado el presupuesto era de 640.000 Ksh y
nos lo dejaron finalmente en 615.000 Ksh. Yo creo que ni ellos mismos se han
creído su propia mentira. O sea, que este año nos descuentan 10.000 Ksh por ser
clientes habituales y el año pasado, que era la primera vez que trabajábamos
con ellos, nos hicieron un descuento de 25.000 Ksh. Ahora sí que me han dado pie
a decirles que, o hacen una rebaja, o compramos el material en la competencia.
En Kenia se negocia todo, y esto no iba a ser menos. No sé cómo saldrá la
jugada, pero de momento ya han visto que no vamos a tragar con el primer precio
que nos den.
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Listado de materiales necesarios |
Para el miércoles 10 de julio ya
tenemos avanzadas las negociaciones de los dos presupuestos y la lista completa
de las máquinas necesarias para el centro de rehabilitación. Las máquinas son
más caras de lo que pensaba, pues solo la primera de ellas cuesta unos 1000,00
€. Por eso es importante conseguir una rebaja en el material de los
invernaderos. Espero que, con un poco de esfuerzo y la ayuda de las almas
caritativas que deseen colaborar para hacer realidad el proyecto del gimnasio,
conseguiremos entre todos comprar las máquinas.
Aparte de esto, hoy quise regalar
la bisutería que traigo a las señoras mayores. Ellas también tienen ilusión (quizás
más) por estrenar una pequeña joya que lucir en las celebraciones dominicales
de la misa. Sus caras son todo un poema cuando saco de mis bolsillos anillos y
pulseras para regalarles. Si ver la cara de ilusión de un niño no tiene precio,
ver la de un adulto es otro nivel…
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Pendientes |
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Anillo |
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Pulsera |
De vuelta a casa, recuerdo que estamos en tiempos de correr los San Fermines, así que me apunto desde Kenia a mi particular carrera. Eso sí, en compañía del mejor amigo del hombre, una perrita que viene a donde quiera que vaya y a la que he bautizado con el nombre de Mila, en honor a una especie de infusión de chocolate que tomo a diario como sustituto del café (la infusión se llama Milo, pero el perro es hembra). No se puede decir que vaya protegido con ella, pues tiene pánico a los animales, especialmente a las vacas, por lo que, cuando se acerca una, sale despavorida hasta que pasan de largo. Mila es una perrita muy simpática que, un día, se acercó a mí por curiosidad. Entonces le di unas galletas que llevaba encima y, literalmente, las devoró. Desde entonces no se separa de mí y me espera siempre a la puerta de donde esté. Yo la sigo alimentando, y cuando no tengo nada, le ofrezco papaya, la cual acepta encantada. Creo que es la primera vez en mi vida que veo a un perro comiendo papaya, lo cual no deja de ser un claro indicativo del nivel del hambre que habitualmente padece. Me va a echar de menos la pobre el día que me vaya...
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A San Fermín venimos, por ser nuestro patroooooon.... |
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Mila tiene miedo de las vacas y come papaya |
La mañana la echamos en estas cosas, así que la
tarde la tengo libre y, por fin, voy a ir a Tika, una ciudad a unos 30 Km de
Mbiuni, para poder comprar comida más acorde a mis costumbres europeas.
Desayunar café con galletas va a ser todo un lujo.
Que grande es Martín, que tío más cojonudo
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