Hace
tanto tiempo que no escribo que casi he perdido la cuenta de los días y de todo
lo que ha pasado. Ya me preguntan que por qué no escribo, y la única respuesta
es que no he encontrado tiempo. Estos días han pasado muchas cosas, he hecho
muchos viajes... y entre esto y las fiestas del Raymi Llaqta, en Chachapoyas,
no he logrado encontrar el momento.
Ya
pensaba que hoy tampoco podría, pero la naturaleza ha hecho posible que hoy
pueda escribir un poquito, ya que ha habido un gran huayco en el camino de
Molinopampa a Granada y no hay pase. Es una faena esto, y precisamente hoy, que
es el día de la fiesta del Sacramento. Los actos de la mañana hay que
desplazarlos a la tarde, con lo que esta mañana tengo un par de horas que
aprovecho para escribir. Las motos pasan sin problema, así que yo no tengo de
qué preocuparme, sin embargo, Juan de Dios, los carismáticos que animarán las
misas con los cantos y el Obispo no pueden pasar hasta que el problema se
solucione. Hay dos alternativas, una es ir por Jumbilla, lo que es un gran
rodeo. La otra es ir hasta el huayco, cruzarlo a pie y que nos recojan en el
otro lado con coches de Granada... esta última será la opción que tomemos.
El
capítulo anterior lo dejé en la subida a las siete lagunas, y desde entonces
han pasado muchas cosas. Trataré de contarlas todas... o al menos publicar
hasta donde de tiempo.
Después
de las siete lagunas y de toda la aventura, Fernando y yo volvimos el domingo a
Chachapoyas. Llegamos el domingo a medio día, así que este fin de semana seria
corto. Aproveché para descansar y no salí de nuevo a Granada hasta el martes
siguiente. Tenía un encargo para el colegio de Granada, pues la directora me
dijo que había presentado un escrito a Diógenes en la municipalidad de Chacha
pidiéndole un equipo de música. El colegio es muy pobre y necesitan uno para
las clases de cantos, bailes, audiovisuales, etc. Yo le dije que no prometía nada,
pero que hablaría con el alcalde para ver las posibilidades. También tenía que
ir con Diógenes a visitar el centro Ortiz Arrieta, un centro de educación
especial donde hay varios niños. Quiere que vea las posibilidades de enviar a
un educador especial, sobre todo para los niños sordomudos, ya que la ley de
aquí obliga a que vayan a clase con el resto de alumnos, con el consiguiente
retraso de los demás y el abandono de ellos. Los profesores no están
cualificados para atender a este tipo de niños, y generalmente quedan
abandonados en las últimas filas... es una pena, pero es así.
La chica de la izquierda es la que os contaba... guapa y colaboradora. |
Y de repente, el equipo de música venía hacia el Obispado... |
En el acto de entrega... |
Y la instalación definitiva en el colegio... misión cumplida! |
Conocemos
a los niños, al director, hablamos de cómo empezar a trabajar en ello y nos
despedimos, pero antes de irme conozco a una chica guapísima que fue alumna del
centro. Es sordomuda, pero se adaptó bien y ahora colabora con los niños que
tienen su mismo problema. Espero dejar solucionado este asunto antes de irme, y
si es posible, contactar con una chica que parece estar interesada... el
problema es el de siempre, el dinero... el viaje, hotel en Lima, transporte a
Chacha, taxis, comidas, etc, supone más de 2.000 euros... la ventaja es que el
alojamiento y la manutención en Chacha son por cuenta de la municipalidad...
Cuando
acabo con esto, tengo una visita que hacer desde hace días... es una visita
especial, ya que voy a ver a mi amigo Javier, el cojito de año pasado. Tengo
una mochila con material escolar para él, además de algún juguete. Me subo a la
moto y me voy para Huancas, donde vive. Allí está en su casa, esperándome, pues
avisé a sus padres antes de ir. La familia está recolectando patatas, con yunta
de bueyes... ahí colaboran todos, el padre, la madre, la abuela... y hasta los
niños. Es un bonito ejemplo de cooperación familiar... todos a una para sacar a
la familia adelante. Las patatas las venderán en el mercado de Chacha. Los
sacos de 50 Kg cuestan 40 soles, es decir, poco más de 10 euros, así que le
compro un saco y le digo que lo lleve al Obispado cuando baje... esta es mi
forma de cooperar con ellos y ayudarles.
A la rica patata... |
Javier con su mochila de material esccolar. |
Y sus juguetes, claro... |
las pobres primas miraban... y yo no había contado con ellas... en fin... |
Bonita foto, eh? |
La familia unida recolecta unida... |
Esto es una mujer con cuerpo de niña... |
Me voy de
regreso porque tengo que volver a Granada al día siguiente y hay que preparar
las cosas. Fernando vendrá conmigo para visitar Goncha y Quinjalca, y después
volveremos el jueves. Me gusta que venga conmigo porque me hace falta hablar
con alguien en “español”... pero en español irónico, con humor, en ese español
que echo de menos por acá... Los días en Granada son menos pesados cuando
tienes alguien con quien hablar de fútbol, de España, de los tiempos pasados...
o contar chistes... Hoy estoy escribiendo por causa del huayco que nos impide
ir, pero vamos de nuevo juntos. Hoy se casa Horacio y yo soy padrino de boda,
mientras que Fernando lo es de Niki, su hijo, para la confirmación.
Y nos
fuimos a Granada, y allí le dejé la moto para que él fuese a sus pueblos a
hacer su trabajo mientras yo me quedé haciendo lo mío. La gente no parece
animada a trabajar y volvemos a sacar los fantasmas del pasado, del año pasado
digo... Ya me estoy desanimando de ver cómo un pueblo puede permitir que un
extranjero venga desde 12.000 km, con dinero para pagar mano de obra, y que a
nadie parezca importarle. Esta pobreza espiritual es muy difícil de combatir...
cualquiera diría que no necesitan ni dinero ni compañía... pero lo necesitan, y
mucho. Lo que pasa es que son personas cansadas de la vida, sin interés por
nada, sin ilusiones distintas a las de poder llenar el plato... Esta pobreza es
muy complicada de tratar. Los niños son los que más agradecen mi presencia, los
caramelos, los regalos, el cine... y por ellos merecería la pena que los padres
arrimasen el hombro, para el que mangurrino no se vaya. Sin embargo, incluso
las ilusiones de los niños parece importarle poco a los padres.
En ese
momento tengo previsto dar un golpe de efecto para asustar a la población. Les
diré que el mangurrino se larga de Granada para ir a Olleros, donde en dos días
se ha avanzado más que en los dos meses que llevo aquí. Allí se han organizado
por grupos de diez personas. Han hecho ya seis grupos, es decir, que 60
personas van a trabajar, cuando la población de Olleros no llega a los 100
habitantes. Esto quiere decir que, excepto ancianos y niños, todo el pueblo
coopera. Así da gusto trabajar... En Granada hay mucha división a causa de las
sectas adventista y pentecostal, que promulgan el odio, la división... les
prohíben trabajar en la construcción de la Iglesia por el simple hecho de ser
Iglesia Católica. No son conscientes de que mi intención es arreglar el entorno
también, construir en el futuro un pequeño albergue sobre la municipalidad, con
preciosas vistas, arreglar el camino a las siete lagunas, el de Molinopampa a
Granada, y en definitiva, llevar el progreso a Granada. Y todo esto lo van a
desperdiciar porque unas sectas se han metido por medio a sembrar la discordia
y la desunión.
En
Olleros actúan de otro modo. Han llegado incluso a decirme que cuando les
visitan las sectas, viendo los estragos que están causando en otros pueblos
como Granada, les sueltan los perros sin miramientos. Aquí las cosas funcionan
así. Yo no estoy de acuerdo en esta política de alejamiento de los que
pretenden destruir la comunidad, pero no estaría de acuerdo en Europa. Aquí
todo es distinto, y la gente no dialoga, sino que actúa. Son tan conscientes
del daño que traen las sectas que no quieren perder su tiempo en tonterías, y
cuando un adventista sale del coche, tiene campo para correr. Las sectas saben
que en Olleros no hay de dónde sacar tajada... y los dejan tranquilos. Ya te
digo que no es el método correcto, pero para un pensamiento europeo. Para un
pensamiento peruano, es un gran método... al menos es efectivo.
Esta
protección por lo suyo genera que el pueblo sea un pueblo unido, que trabaja
por su desarrollo y cuyas personas son familias que se ayudan y se respetan,
mientras que en Granada hay dificultades para todo, enemistades, dispersión...
y todo esto está generado por las sectas cuya única finalidad es eliminar el
catolicismo. Podrían aprender de los que quieren eliminar, ya que estos
prefieren la paz y la convivencia, no la destrucción. Se puede convivir en paz
con diferencias ideológicas, pero solo cuando ambas partes tienen espíritu de
cooperación y de respeto... cuando uno de los dos intenta erradicar al otro, el
problema es serio. Y aquí tenéis la prueba viviente de los efectos de las sectas
en la población humilde... Yo lo comparo un poco con el parasitismo, ya que las
personas cultas, inteligentes o con un mínimo de sentido común no son buenas
víctimas para unas sectas que tienen muy bien estudiado cómo y dónde entrar...
y luego aplican el diezmo...
Y así
pasan los días hasta que regreso a Chacha con Fernando. Dejo marcados unos
trabajos, sobre todo en la construcción de la torre, esperando que a mi regreso
estén terminados, y si es posible, bien terminados. Me voy con la promesa de que
avanzarán y lo harán bien, y eso espero, porque de esta promesa dependerá mi
futuro en el Alto Imaza.
Llegamos
sin problemas a Chacha, aunque nos cae la lluvia del siglo en el camino, como
de costumbre. Fernando y yo ya hablamos de las bienvenidas que siempre nos dan
las llegadas a los pueblos cuando viajamos juntos en moto... Menos mal que
llegar a Chacha siempre es un respiro, así que aguantamos toda el agua del
mundo y llegamos.
Este fin
de semana sería especial, aunque entonces no lo suponía. Las vísperas de las
fiestas también son fiestas aquí, y dentro de una semana comenzaría el Raymi
Llaqta, o lo que es lo mismo, la fiesta del pueblo en quechua.
Mi
intención sería descansar, pero este año hay un gran grupo de cooperantes de
OFRA y de otras ong´s que hemos hecho una bonita amistad. Salimos el viernes a
tomar unas cervezas, y como no hay prisas ni mucho que hacer al día siguiente,
nos vamos a acostar a eso de las cinco de la mañana... se nota que a estas
horas, el ambiente europeo está en pleno apogeo. Hacía no sé cuánto tiempo que
no salía hasta estas horas, pero lo pasamos bien... el sábado repetiríamos.
Como
siempre, en estas salidas conoces gente, haces cosas nuevas, te despejas un
poco de todo... y pasaron muchas cosas. Es curioso cómo puede cambiar la vida
de una persona en un instante... El punto de inflexión de la misión vendría en
este fin de semana. Desde este fin de semana, la visión de la misión peruana es
distinta... Ahora la veo desde otra óptica, más ilusionado por el trabajo, por
Granada y su gente... y más feliz de haber tenido la posibilidad de regresar a
mi querido país de los Incas. Y hasta aquí puedo leer, como diría la Gómez
Kemp...
Un concierto en el Chacha-Rock |
Una comida inolvidable con la hermana Lola. |
Y una noche en "La Reina"... no todo va a ser trabajar, ¿no? |
El lunes
me costaría horrores volver a Granada, aunque había que hacerlo. Las cosas se
pusieron bien, ya que no había trabajadores y tuve que quedarme en Chacha...
así tendría un fin de semana más largo. Luego, diversas complicaciones,
personas con las que hablar, material que comprar y presupuestos que pedir,
harían que no viajase hasta el miércoles, cosa que agradecí aún más, ya que el
jueves por la tarde estaría de vuelta y así tendría más tiempo para pensar y
decidir qué hacer con mi futuro en Granada (y en general).
Cuando
llegué a Granada me quería morir... no habían trabajado casi nada, y lo poco
que se había avanzado en la torre estaba tan mal hecho que un mono lo habría
hecho mejor. Confié en ellos y ellos, una vez más, me fallaron. No sabía qué
hacer, pero al final lo supe... me enfadé con todos, desde la municipalidad
hasta los vecinos del pueblo. Los reuní a todos y les dije que esto ya no era
tolerable, que sentía mucho no haber sido capaz de convencer al pueblo para
autodesarrollarse, y que me iba de ahí a Olleros, donde la gente me espera,
trabaja y es unida. Les dije que la torre había que demolerla entera. Estaba
desplomada, las juntas mal hechas, la puerta parecía una cueva, y las piedras
estaban dispuestas como si hubiera caido un huayco sobre la torre. No estaba
dispuesto a seguir así, pues además, la cuneta que había que hacer para
proteger a la Iglesia, ni se había comenzado... los días pasan, el lunes 10
tenemos la visita del Obispo y mi intención era que viese el trabajo avanzado.
Ahora vería un trabajo parado y una torre ridícula y absurda. Y eso que el
responsable de su construcción se jactaba de ser el mejor albañil de la zona...
y como los demás me decían que me fuese tranquilo, yo lo hice... y me
equivoqué.
Entre
esto y que no tenía muchas ganas de volver, por circunstancias, les dije que
encantado de conocerles, de trabajar con ellos, pero que el mangurrino se
despedía de ellos. Si no eran capaces de colaborar al menos porque los niños
tengan las tardes que tienen conmigo, que era mejor ayudar a quien necesita
ayuda y se deja ayudar. Me fui a hacer el equipaje, llamé al teniente alcalde
de Olleros y vino a buscarme.
El
alcalde de Granada empezó entonces a actuar, aunque por medio de un anciano de
Granada que puso las cartas en el asunto cuando vio que no bromeaba. Se puso
manos a la obra y fue casa por casa para solucionar esta situación, y cuando
vieron que iba en serio, tuvieron una reunión allí mismo. Se propusieron
trabajar unidos, conseguir personal, e incluso que toda la corporación
municipal se pusiese al frente de los trabajos... y así se juntó un grupete
numeroso, de más de veinte personas que se pusieron manos a la obra para que el
peregrino no se fuese...
...
continuará...
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