Durante la semana de fiestas en
Granada, yo me quedé en Chacha para avanzar dos proyectos, el de la
electrificación de la Iglesia de La Jalca Grande, que terminé, y el del
asfaltado del camino que va desde Molinopampa hasta Jumbilla. Este último
proyecto me llevó más tiempo, pero ya está terminado y solo queda presentarlo
ante el Gobierno Regional de Amazonas.
Pues
bien, en la penúltima semana en Granada convoqué a todos los alcaldes que
estarían dispuestos a apoyar en este proyecto por ser los usuarios de este
camino que a menudo es intransitable. Estaban contentos cuando vieron que mi
iniciativa podría servir para pedir una apertura de un expediente de obra
pública para el asfaltado del camino. Al menos alguien se preocupa por
intentarlo, y ellos están dispuestos a apoyarme.
Los
alcaldes de los pueblos que se beneficiarían de esta mejora del camino son los
de Granada, Olleros, Quinjalca, Goncha (todos ellos con sus correspondientes
anexos), Chiliquín, Molinopampa y Jumbilla. De estos pueblos, los dos últimos
son los más grandes y los que necesito tener como aliados. Además, Jumbilla
pertenece a la provincia de Bongará, mientras que el resto pertenece a
Chachapoyas, con lo que el proyecto uniría dos regiones y creo que esto dará
será positivo, ya que el presidente regional estará apoyando a dos provincias
de la región.
Además,
actualmente, los habitantes de Jumbilla tienen que tomar la carretera de Pedro
Ruiz para ir a Chachapoyas, mientras que de estar este camino asfaltado,
ahorrarían más de una hora si fueran por Molinopampa. Creo que todo está bien
enfocado y explicado para que el presidente regional nos de el visto bueno,
aunque hablando de política y de dinero nunca hay nada claro, sobre todo
teniendo la experiencia negativa del incumplimiento de su palabra el año pasado
para el pago del contenedor que enviamos. El caso es que las cosas hay que
intentarlas... si se logran, bien, y si no, al menos no será por no haberlo
intentado.
Ya
es un éxito reunir a tanto alcalde, ahora habrá que ver si se logra tener una
reunión con todos. En principio hemos quedado hoy lunes, a las 14:00 horas en
el salón de actos de la municipalidad, que Diógenes me ha cedido. La verdad es
que estoy más nervioso por la asistencia de los alcaldes que por la reunión en
sí, pues todo lo que hay que decir lo tengo claro.
El
proyecto es necesario, bonito y novedoso. Necesario porque estos pueblos sufren
un aislamiento por culpa del estado del camino, si es que se le puede llamar
así. Es bonito porque implicará el trabajo de muchos comumeros de distintas
localidades para lograr conseguir un objetivo común que beneficie a todos, Y es
novedoso porque el sistema que he elegido para hacer más viable el proyecto es
la cooperación entre gobierno y ciudadano. Ya que un asfaltado de 42 kilómetros
resulta caro, especialmente para un gobierno que no dispone de muchos recursos,
se me ocurrió que la parte del trabajo que es mano de obra sea aporte
voluntario de los vecinos del Alto Imaza, reduciendo los costes de la obra en casi
la mitad del presupuesto total.
El
Gobierno regional pondrá material y maquinaria, los pueblos que componen el
Alto Imaza pondrán la mano de obra, y OFRA-ONG San Francisco podrá un técnico
(o sea, yo) para dirigir los trabajos, coordinar las tareas y hacer las
mediciones y todos los trámites necesarios para la realización de la obra.
Así
el Gobierno se ahorrará un director de obras y todo el personal laboral, con lo
que sería tonto si dejase escapar la oportunidad de realizar un proyecto que
beneficiaría a más de 30.000 personas de la región (es decir, 30.000 votos) con
un ahorro del 50% sobre el costo total del proyecto.
Los
alcaldes están dispuestos a cooperar aportando cada uno su mano de obra en la
modalidad de “obligación”, cosa que, por otra parte, se está perdiendo y que
era una forma muy solidaria de cooperar todos en las tareas comunes de la
localidad.
Este
tipo de obligación será novedoso, ya que generalmente todos cooperan en las
cosas de su pueblo, no en las cosas de otros pueblos. Ahora todos los pueblos
tienen que unirse si quieren beneficiarse de una carretera que será común a
todos... y creo que todo está planteado para ser un éxito, eso sí, sin esperar
mucho por el hecho de estar en Perú.
Este
tipo de proyecto sería inviable en Europa, primero porque la gente no pensaría
jamás en cooperar trabajando de peón, aunque fuese para la construcción de un
camino que les dejase asfaltada hasta la puerta de casa... eso lo deben hacer
otros, y segundo, porque no habría una empresa adjudicataria que hiciese la
obra, con la consiguiente pérdida de comisiones, sobornos y favores económicos
por parte del político de turno a la hora de elegir qué empresa será la
adjudicataria...
Aquí
nos ahorramos los sobornos, los chantajes y las comisiones fraudulentas, y los
suprimimos por el trabajo en equipo, la colaboración y la unidad entre las
personas para lograr metas comunes... lo que no sé es si el presidente estará
interesado en éste método... veremos...
Por
lo demás, este fin de semana lo he pasado en Huaylla Belén, o lo que es lo
mismo, el valle del río Belén. He visto valles preciosos, especiamente en el
norte de mi tierra de Cáceres, sin embargo esto es, sencillamente,
espectacular... Nunca había visto un valle tan marcado, tan plano en su interior,
tan verde, con un río tan bonito en forma de meandros interminables, y con
vacas y caballos salvajes pastando libremente, sin cercas, sin maneas... Es un
sitio donde la cobertura sigue sin llegar, ni la electricidad... donde las
estrellas por la noche se ven mejor aún que en Granada. Parece incluso un cielo
distinto al del resto de cielos... Y a la luz de las velas... Te dejo que disfrutes de los paisajes:
Es
un paraje precioso para descansar, y bien barato... eso sí, algo lejos, pero
merece la pena visitarlo. Y con animales por todos lados...
A la vuelta visité Karajía, ya que tenía ganas de conocerlo después de tanto tiempo pensándolo. Sin embargo, después de ver Huaylla Belén, Karajía es algo que ni merece la pena ver, si no fuera por la historia que encierra. En las fotos se ven los sarcófagos de tal manera que parece que puedes llegar a tocarlos, sin embargo, cuando llegas a ellos te das cuenta de que están al menos a 50 metros de altura, en una pared vertical y sin mucho más que ver. Es increíble ver dónde enterraban estos incas a sus muertos... seguro que más de uno moría en el acto de enterramiento...
A la vuelta visité Karajía, ya que tenía ganas de conocerlo después de tanto tiempo pensándolo. Sin embargo, después de ver Huaylla Belén, Karajía es algo que ni merece la pena ver, si no fuera por la historia que encierra. En las fotos se ven los sarcófagos de tal manera que parece que puedes llegar a tocarlos, sin embargo, cuando llegas a ellos te das cuenta de que están al menos a 50 metros de altura, en una pared vertical y sin mucho más que ver. Es increíble ver dónde enterraban estos incas a sus muertos... seguro que más de uno moría en el acto de enterramiento...
Y
después, a Chachapoyas. Es la primera vez que salimos en moto y hace buen
tiempo, cosa que se agradece... Yo tengo la costumbre de no acertar nunca con
el poncho de lluvia, de modo que si me lo pongo, hace sol, y si me lo quito,
llueve... Ahora el tiempo está empezando a cambiar a verano, o mejor dicho, a
estación seca.
El
caso es que para el trabajo, para los proyectos y para cualquier empresa que
pretendamos realizar en la vida, siempre hay que tener algo de fe. Lo que suele
ocurrir, al menos a mí, es que creo que confío más de lo que realmente
confío... y tengo que pedir al Señor que aumente mi fe constantemente...
Si
tuviésemos un poquito de fe, como un granito de mostaza... cuántas cosas
cambiarían. De hecho, el Evangelio de hoy nos habla de esto mismo. Mateo nos
habla de cómo la fe puede mover montañas, solo creyendo y confiando... Con esta
fe, uno puede estar convencido de que Jesús puede curar a la niña muerta, o que
se puede sanar solo con tocar su túnica... Y así actúa Dios, según nuestra fe.
No
está de más examinar nuestra fe de vez en cuando. Si lo hacemos nos daremos
cuenta de que es poca o muy poca, por no decir ninguna... y entonces
comprenderemos de que la fe es un don, no es algo que se tenga o se deje de
tener por voluntad propia. El problema es que ni hacemos nada por aumentarla ni
por pedirle a Dios que lo haga... somos autosuficientes y creemos que tenemos
fe, y con eso nos basta. Dios estará ahí para otras cosas, como por ejemplo,
para concedernos la salud que le pedimos, o el éxito en los trabajos, o lo
mejor para nuestros hijos o padres... o para ayudarnos a esto, o a lo otro...
El
otro día, en misa, el Padre Antonio soltó una pregunta que a todos (o eso
espero) quedó pensativos. Preguntó lo siguiente.
“Si
ustedes tuviesen mucho dinero, buena salud, a sus hijos bien colocados, con las
todas las comodidades en sus casas, sin preocupaciones de ningún tipo...
¿seguirían viniendo a misa?...”.
Ahí queda
eso... parece una pregunta sencilla, sin embargo, creo que si te planteas un
poco tu fe, esta pregunta te hará pensar... y mucho. Resulta que la fe parece
que está algo relacionada con esto, con la necesidad, con la inseguridad... y
entonces, ¿tengo fe porque la necesito o porque creo y quiero a Dios?. ¿Tengo
fe por tradición o porque estoy convencido de que la tengo?. ¿Realmente tengo
fe o sigo una línea de la que no puedo salir por rutina?... Si tuviésemos
controlada y bien aferrada nuestra vida y nada nos faltase, ¿necesitaría a Dios?...
Bueno,
tampoco te preocupes mucho... más bien déjate llevar por el Evangelio de hoy y
cree sin preocupaciones, aunque pienso que de vez en cuando nos viene bien
reflexionar sobre ciertas cosas...
Yo
tengo fe en este proyecto, y en que Dios nos ayudará para obtener una respuesta
positiva por parte de quienes tienen en su mano el futuro y el desarrollo de
esta pobre gente del Alto Imaza. Y tengo fe (o eso creo) en que cuando hacemos
las cosas por el beneficio de los más necesitados, el Espíritu Santo actúa...
así que solo queda firmarlo, presentarlo y esperar a que Dios haga el resto.
Y
lo que se derive de esta reunión y de todo lo que conlleva, te lo cuento más
adelante...
Hasta
luego!.
querido amigo..me ha encantado la pregunta
ResponderEliminarSi ustedes tuviesen mucho dinero, buena salud, a sus hijos bien colocados, con las todas las comodidades en sus casas, sin preocupaciones de ningún tipo... ¿seguirían viniendo a misa?...”.
Tanto es asi, que la he puesto en mi facebook, parece una pregunta tonta, pero encierra mucho..
Que paisajes mas bonitos, veo que estas disfrutando, veo que estas contento... me alegra mucho, un abrazo muy fuerte. Elena
Hola Martín, ya veo que sigues aportando nuevas ideas a tu misión en Perú, cómo sigas así te harán hijo adoptivo y no querrán que te vengas, se puede decir que has dejado huella.
ResponderEliminarMe encanta también esta reflexión sobre la fe, no todos tenemos el mismo grado de creencia frente a algo, pero lo que sí es cierto es que si las cosas muchas veces no se buscan y no se tiene cierta predisposición, es difícil que lleguen a ti. Aún así hay momentos de fe que llegan a uno de la manera insospechada, ojalá sepamos aprovecharlos y sacar partido, cuando se nos presentan será por algo.
Gracias como siempre por darnos ese toque de llamada a la reflexión.
Un besazo enorme desde tu tierra.
F.C.