Miedo me
daba llegar a Granada de nuevo, especialmente después de una semana de festejos
por las fiestas de San Pedro y San Pablo. Salí con Fernando, pues tenía que
terminar las entrevistas que está haciendo y empezar a recoger las muestras de
plantas para su proyecto botánico.
Llegamos
en dos motos, pues Horacio tenía ya reparada la suya, a la que le faltaban los
frenos, así que Fernando subió la mía y yo la de Horacio.
Llegamos
a Granada, y nada más llegar, miré en dirección a la torre... y me sorprendí...
Habían trabajado en ella y, además, estaban trabajando el martes, día en que
subí. Habían levantado varias hiladas de piedra y ya estaba por la altura del
faldón de cubierta de la Igleisa. Me alegré...
Hablando
con Horacio, me muestra una planilla en la que tiene apuntada toda la gente que
se ha sumado para colaborar, día por día. Me volví a sorprender al ver su
iniciativa... y esa noche dormí tranquilo.
El
miércoles comenzaron a trabajar de nuevo, con otro grupo de voluntarios que se
puso a hacer la torre. Le dije a Horacio que la torre debíamos dejarla por el
momento, ya que hay demasiado cemento y hay que terminar la zanja de protección
para la lluvia y el piso de hormigón del interior de la Iglesia. Como ya
estaban en la torre, seguimos ahí, pero al día siguiente empezaríamos a
trabajar en el hormigonado.
Yo me fui
con Fernando a Cuelcacha, pues días atrás tuve una reunión con Diógenes, el
alcalde de Chacha, y me pidió colaboración para hacer un levantamiento de la
Iglesia de ese anexo de Quinjalca, así como una valoración de la Institución
Educativa. Fuimos allí y Fernando se puso a lo suyo mientras yo hacía el plano
de la Iglesia. Está más que deteriorada... sin tejado, llena de plantas, con
las paredes casi destruidas en su totalidad... vamos, una pena. Lo único que se
salva, y un poquito, es una de las dos torres con las que contaba... Es una torre
muy bonita, una obra de arte, y es una pena que se hayan dejado caer esta joya
arquitectónica.
Una vez
hechos los planos y las fotos, tanto de la Iglesia como del Centro Educativo,
nos fuimos a comer. El colegio es otra pena... una sala donde comparten clases
con un único profesor los niños del PRONOEI (inicial) y los de primaria. El
local está que se cae, además de estar construido en una pendiente y estar
amenazando deslizarse por ella... y no cuenta con servicios higiénicos, así que
los niños tienen que salir al campo, como antiguamente en España.
Llevaba
material escolar para todos los niños, pues el profesor me adviritó de cuántos
eran, así que llevé cuadernos, reglas, lápices, bolis, gomas y sacapuntas,
tablas de aritmética, etc, etc.. y para los pequeños, juguetes y caramelos. Su
colegio se cae a pedazos, pero hoy les importa poco porque el gringo parece
Papá Noel...
Los niños
de Cuelcacha tienen que ir andando a diario al colegio, y el que más cerca lo
tiene tarda 45 minutos en llegar, llueva, nieve, haga frío o calor... y así
para ir y para volver. Esto es espíritu de sacrificio en estado puro para poder
tener el mismo derecho a la educación que los niños europeos, aunque con peor
calidad, claro está. Aún no sé si los niños mayores se ponen a jugar con los
parbulitos o si estos aprenden geometría, pues las clases son únicas para
todos... todo un despropósito. Esta es la pobreza de las zonas más alejadas del
Alto Imaza... y mientras tanto, nosotros sigamos quejándonos en el primer
mundillo españolete... sigamos exigiendo derechos y escurriendo obligaciones...
Ni me imagino qué diría un padre si su hijo tuviese que ir a hacer “popó” junto
al árbol del patio por no tener retrete el colegio, con su lavabo, su
inodorito, su papel y toallitas higiénicas y su jaboncito con ph neutro... ¡¡Ni
que su hijo fuese un salvaje!!.
Y así nos
dispusimos a comer. Fernando estaba incubando la gripe, y se sentía fatal. Yo
no tenía mucha hambre porque nos habíamos puesto tibios de panchitos en Granada
justo antes de salir, y así nos presentaron ante nuestros morros un buen plato
de arroz con papas y yuca, y nuestro temido cuy... horror!!... y encima está
mal visto dejar la comida, así que no os cuento cómo está visto dejar el
roedor...
Fernando
no pasó de la sopa, pero yo me comí la sopa y algo de lo otro... eso sí, al
roedor le quité la piel y disimulé comerlo, pero lo dejé tal cual... no había
perros cerca, así que tuve que esconderlo entre el arroz.
Terminada
la comida, regresamos rápido, pues tenía que ir a Granada a dejar a Fernando y
a las cinco de la tarde había quedado con el padre Lino, porque no había
transporte para ir de Casha a Olleros, así que le ofrecí llevarle en moto.
Llevé a Fernando y me fui a por Lino para llevarle a Olleros. Me agarraba como
si fueramos a la velocidad de la luz, y eso que no pasábamos de treinta
kilómetros por hora por lo pésimo del camino. Llevaba alforjas llenas de cosas,
y por más que miraba, no veía caballo alguno para cargárselas, así que las
cargamos en la moto y nos pusimos rumbo a Olleros, donde había quedado con un
albañil para que me diese precio de la fachada de la Iglesia.
Llegamos
y ahí no había nadie, así que dejé a Lino y me fui para Granada de nuevo, así
llegaría a tiempo de ponerle una película a los niños. Y les puse Tarzán...
Como
siempre, disfrutaron un montón, y después les di sus regalitos. Llevaban más de
una semana sin película y sin regalos, asi que estaban ansiosos... y después
descansé un rato con Fernando. Nos echamos un cigarrito, luego un matico calentito
y salimos a disfrutar de las estrellas... en
un pueblo como Granada, sin luz artificial, se ven unas estrellas de
noche que quiero dejar grabadas en mi retina, ya que la cámara no las recoge...
es símplemente espectacular el cielo peruano de noche. Y la luna en el
hemisferio sur se ve como una cuna, en lugar de vertical como la vemos
nosotros... es precioso. Entre esto y que el agua de los fregaderos gira en el
sentido opuesto cuando desagüa, merece la pena venir a sudamérica... bueno, y
por más cosas, claro...
Nos
acostamos, eso sí, con un frío que pelaba... dentro del saco y debajo de unas
mantas es distinto, pero se hielan los bigotes a partir de las diez de la
noche... es increíble que aquí el frío llegue en verano.
Al
día siguiente era jueves, así que salí con ganas de ver si habían empezado a
trabajar en la cuneta, y así era... estaba contento, así que, como sabían qué
hacer, me fui a Olleros, pues allí me esperaba el albañil para tratar el precio
de la fachada. Y llegué pronto para que no se fuese, pues aquí tienen poca
paciencia cuando llegas tarde, eso sí, ellos llegan entre hora y media y dos
horas tarde siempre...
Y
el albañil estaba ya preparado para decirme el precio, casi sin discutir de qué
trabajo se trataba. Me saltó rápidamente con que el trabajo costaba siete
lucas, es decir 7.000 soles. Yo enseguida le dije adiós... y pronto me dijo que
había que negociar. Al preguntarle cuánto tiempo se tardaba en hacer el trabajo
me dijo que unos diez días, a lo que le dije que si pretendía ganar en un día
el sueldo de un mes, y me dijo que quizás se había pasado... quizás, quizás...
le dije yo.
Le
ofrecí 3.000 soles, asegurándole que había otras personas que habían visto el
trabajo y esperaba su cotización, pero saltó el secretario, tan dispuesto, a
decir que me equivocaba, que nadie había venido a ver la obra... ¡qué pocas
luces tienen algunos!...
Íbamos
uno a uno en faroles descubiertos... así que le dije que había otra opción, que
sería pagarles 60 soles diarios a cada uno de los dos que venían, y aceptaron
rápido, pues aquí los sueldos están entre 30 y 40 soles diarios. Teniendo en
cuenta que son dos, son 120 soles diarios, es decir, 600 semanales. En dos
semanas suponen 1.200, con un ahorro de mi oferta de 1.800 soles.... jaque mate
y adiós, que tengo prisa. Ellos se van contentos pensando en que han hecho el
negocio del siglo, y yo más aún... pues sí que lo hice. Asunto resuelto y nos
vemos el lunes, día en que comienzan los trabajos... pero esta victoria no la
cantaré hasta el lunes, pues conociendo a los oriundos de aquí, no dudo en que
acaben dándose cuenta o no dándose cuenta pero abandonando el trabajo... Dios
dirá.
Antes
de salir, les dejo el material escolar para los niños de Olleros, San Miguel,
Cupacha y Siricha, los anexos de Olleros. Lo mismo para todos los niños, un
poquito de ayuda para reforzar su mala calidad educativa. Es una pena y me
gustaría donarles un profesor titulado, pero menos da una piedra.
Regreso
a Granada, hacemos el equipaje y nos subimos a la moto para ir rumbo a Chacha.
Me pongo el poncho, pues nunca acierto, y con él puesto no tendré que parar si
llueve, pero luego hace tanto calor que tengo que parar a quitármelo. Me lo
quito y se pone a llover, así que decido no parar por un rato por si es una nube...
pero no, así que paro y me lo pongo... y entonces deja de llover. Me voy
cociendo, pero no me lo quito ya, aunque me cueza... y me cuezo.
Llegando
a Chacha tengo que quitármelo porque es insoportable... y ya os imagináis...
una lluvia como aquellas míticas de febrero del año pasado. Paso de ponérmelo
ya... y llego hecho una sopa... total, como tengo que ducharme, ya tengo
ablandada la suciedad del cuerpo... y me tiro de cabeza a la ducha, pero de
nuevo se me olvida la capacidad limitada del termo. Hoy son todo despropósitos,
pero es distinto porque vengo contento de Granada...
La
semana próxima será la última en Granada, porque la última semana en Chacha
tengo que pasarla haciendo los informes para la municipalidad y para OFRA, así
que espero darle un toque final satisfactorio...
En
Chacha siempre es otra cosa, entre el clima que mejora y las condiciones
también, es como un descanso, si bien esta semana no necesito tanto descanso
porque los granadinos han cumplido con su promesa, por lo que me siento mejor y
con ganas de descansar solo físicamente.
Y
así acaba la penúltima semana en Granada... ya se avista el tiempo de
despedirse de ellos, ¿hasta el año que viene?... solo Dios lo sabe.
Parece
que las montañas de Granada me estuvieran ya despidiendo y me regalan algo
insólito para mí aquí, y creo que en ningún otro lugar lo he visto... en medio
del mal tiempo, entre montañas y nubes, bajo la lluvia, se presenta un bonito
arcoiris que hace que me pare a contemplarlo un rato. Siempre lo veo con buen
tiempo, con días soleados, pero jamás con este temporal. Es un bonito recuerdo
que me llevo y que os comparto...
Hoy
dice el evangelio:
Al irse
de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de
recaudación de impuestos, y le dijo: “sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y
pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los
fariseos dijeron a sus discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y
pecadores?”. Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen
necesidad de médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo
quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos,
sino a los pecadores”. Mt 9, 9-13.
¿Quiénes
somos nosotos para juzgar a los demás? ... y sin embargo, ¿cuántas veces
juzgamos?...
Yo mismo me
atreví a juzgar a este pueblo por sus actos, y casi los dejé abandonados a su
suerte, sin comprender que su pobreza no era solo material, sin comprender que
no han conocido otra cosa ni otra cultura. Casi me dejo llevar, o mejor dicho,
me dejé llevar por esta forma de juicio... pero comprendí que no soy quien para
cambiar la cultura de un pueblo, y mucho menos para juzgarlo por no tener mis
costumbres.
Gracias a
Dios, comprendí... pero hoy soy yo el juzgado, o así me siento por momentos. Yo
vine aquí a cumplir un objetivo, y creo que lo hice... no sé si bien o mal,
pero lo hice, y sobre todo, al menos lo intenté. Y la próxima vez intentaré
mejorarlo...
Lo cierto es
que no me escapo, soy uno más de esos publicanos o pecadores, y me alegro por
ello... porque Jesús también vino por mí.
Hasta
mañana!
Querido Martín
ResponderEliminarYa pensando en el viaje de vuelta.
Me imagino que como siempre en la vida, hay cosas que han salido como tú pensabas y querías y otras no.
No te aferres a lo que no salido bien, creo que quizás este viaje tenía un fin concreto y especial.
Me siento muy feliz con los bautizos confirmaciones comuniones y bodas que has conseguido que se realizasen. Llevando la palabra de Dios a toda esa gente les has dado la oportunidad de estar con Jesús día a día, que creo, es la finalidad principal de todo peregrino.Ojala sepan la suerte que tienen.!
Me siento muy orgullosa de tu labor, trabajo, esfuerzo, oración, apostolado......Es una gran satisfacción haber contribuido, al menos un poquito y desde la distancia en tus andanzas como peregrino.
El contenedor, tema zanjado, no hay solución pues no la hay, has hecho todo lo que estaba en tus manos y mucho más.
De todo en esta vida aprendemos algo.
Pero como siempre la última palabra en nuestras vidas la tiene Dios, y es El el que decide. Cuando lo ha hecho así, debe tener sus razones, no intentemos buscar explicaciones a los hechos que Dios consiente. hagamos como María aceptemos sus designios con Fe y Esperanza.
Esta última Semana vívela disfrutando de todo lo que te está ofreciendo la vida.
Al final, cuando hagas balance, seguro que es positivo.
Un fuerte abrazo en el Señor.
Espero verte pronto
leo
Gracias leo... Pues si q me be dado cuenta de q esta mision tenia un fin concreto y especial. Siempre digo q me llevo mas q traigo, pero esta vez siento q me llevo infinitamente mas de lo q traje... Gracias por seguirme, se q lo hacias y eso siempre me ha encantado. Ya nos falta poco, asi q pronto te dare un fuerte abrazo. Hasta la semana q viene!!!
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