Y después de la recta final, de
acabarse lo que se daba, llegó el momento que tarde o temprano tendría que
llegar... las despedidas y el viaje. Hacía tiempo que no lloraba, ni siquiera
sé cuánto... pero lloré. No lo hice cuando me separé de de los niños de
Granada, ni cuando me fui del Obispado, ni cuando me despedí de los amigos en
el Chacha-Rock... lo hice cuando sentí que no podía dejar de hacerlo y no pude
evitarlo.
Después
del trabajo realizado, el balance es más que positivo. Ya en el capítulo
anterior os contaba los éxitos obtenidos en la misión de Granada. El hecho de
haber concluido con éxito los trabajos que se marcaron es más que
satisfactorio. La experiencia con los niños ha vuelto a ser magnífica, ya que
han disfrutado de mi presencia, de los regalos y las películas, y además han
reciibido los sacramentos. Y para colmo, he conocido a un plantel de personas
con las que he compartido trabajo, ocio y hasta vida. No quiero acabar este
capítulo sin hablar de ciertas personas que, alguna que otra vez, han aparecido
en el diario del peregrino.
Empecemos
por Fernando, biólogo toledano que ha estado conmigo en Granada por muchas
ocasiones. Ha hecho su trabajo con tesón, viajando más que el baúl de la
Piquer, andando, en combi, en moto... Ha hecho entrevistas a medio Perú acerca
de su proyecto de plantas medicinales. No le importaba dejar de salir una noche
porque al día siguiente había que hacer una visita, como levantarse a las cinco
de la mañana para ir a ver a un alcalde. Lo mismo le pica un insecto y se le
hincha la mano, que se cae de la moto y se levanta como si nada para
seguir...vamos, un todo terreno. Y si
en su trabajo ha sido diligente, como amigo ha sido un crack. Hemos compartido
momentos buenos y momentos buenísimos, en los viajes por aquellos infernales
caminos por los que hasta las vacas tropiezan, en los que incluso nos caímos de
la moto, bajo una lluvia que siempre nos recibía al llegar a todos los sitios.
Con él ha sido todo distinto, pues tener a un español que entienda el sentido
del humor absurdo, las ironías españolas y los dobles sentidos de las frases,
ha sido como un alivio. Generalmente hay que tener cuidado con la ironía y el
humor absurdo en un país donde la gente se toma las cosas demasiado
literalmente o sin sentido del humor, así que tenerlo cerca ha sido como estar
más cerca de España. Su trabajo lo ha hecho bien, y aún le queda, pero su
compañía ha sido mejor. Espero que le vaya bien en el periplo peruano y que
regrese con un éxito rotundo en su proyecto. Sé que así será...
Después
tenemos a Carmencita, mi hermosa Carmencita, tanto por dentro como por fuera.
Ella es la mano que siempre está tendida para ayudarte en lo que sea, así como
la persona con la que nunca te falta un tema de conversación. Ha lidiado con lo
mejor y lo peor de esta misión, y ha tenido que luchar contra muchos
inconvenientes de algún que otro cooperante que le ha dado guerra. Ha sido un
privilegio porder compartir con ella esta misión, y las salidas con ella han
sido distintas porque contagia su buena energía desde lejos. Será difícil
acostumbrarse de nuevo a no verla pasar por la plaza, camino a la
municipalidad, y que pare a saludar y a reir y hacer reir. Diligente,
cumplidora y trabajadora, no pierde ocasión de disfrutar de los mejores
momentos chachapoyanos, lo que le ha costado que la tilden de la reina de las
fiestas... Ha sido como el azúcar en la manzanilla, sin ella no habría sido
igual. Y además nos ha puesto en contacto con Lola, nuestra mamá Lola, que nos
ha recordado los sabores de España con sus tortillas y sus croquetas, tanto en
días de fútbol como en otros cualesquiera... el caso era tener una excusa para
invitarnos.
Como
olvidar a mi hermana Laura, aquella con la que congenié tan bién, hasta el
punto de descubrir que los dos cumplimos años el mismo día, con lo que ya no
somos hermanos, sino que además, somos gemelos. Los abrazos que nos dábamos
pasaban de ser normales, y a veces pensaba que podían hasta dar celos, a unos o
a otras... pero los demás sabían que esos abrazos eran distintos. La cordura y
la alegría han sido como un equilibrio constante en ella. Cumplidora con su
trabajo y sus tareas, una vez terminadas era la nota discordante que hacía que
el grupo tuviese la chispa que tenía. Era la rebelde, la que te suelta una
frase que te hace partirte de risa... la que maneja la ironía como nadie. Luego
pasaba de psicóloga a paciente para volver a ser psicóloga de todos... Era la
mamá a ratos, y la hija desobediente más tarde... Alegre, chistosa y salerosa
como buena sevillana, pasaba por el tour a echar un cigarro y ya nadie quería
que se fuera. Ha sido un buen apoyo para todos, especialmente para mí... Y ha
sido valiente al tomar una decisión que será la mejor experiencia de su vida,
aunque tenga algo de miedo ahora...
Y
por último (aunque hay algunas personas más), Christelle... No sé muy bien qué
decir de ella que no le haya dicho ya. Tampoco sé muy bien cómo hablar de ella
sin dejar muy claro lo que ya todos sabéis. Es una de las personas que más
admiración me han producido aquí, o mejor dicho, la que más... En valentía no
le gana nadie, pues no conozco a nadie que haya recorrido más kilómetros por el
mundo en compañía de una mochila, durmiendo donde se pudiese, comiendo lo que pudiese...
Creo que solo le falta visitar la Antártida para completar sus viajes por el
mundo. En generosidad tampoco le gana nadie, pues da su tiempo a quien lo
necesita, bien sea un empresario del turismo al que le hace falta, bien sean
unas artesanas de levanto para un proyecto hermoso. En belleza no le gana
nadie, ni por dentro ni por fuera, pues si es guapa físicamente, lo es más por
dentro... su proyecto es genial, y no necesita grandes cosas para vivir, sino
lo justo... creo que es franciscana, aunque ella no lo sepa. En bondad es un
número uno, si biien tiene un carácter marcado. Su futuro está encaminado a
vivir y ayudar a vivir, y su ilusión es reunir un día a todos los amigos que
hizo por el mundo en un proyecto de voluntariado (sé que algún día esto
ocurrirá). Y en preparación, conozco a pocas personas que tengan más que
ella... sus viajes le han dado más experiencia que la universidad, y ahora
habla francés, inglés y español con tanta soltura que hasta yo mismo pensé que
tenía acento andaluz la primera vez que la escuché, a pesar de haber aprendido
a hablar español en Madrid. Lo mismo trabaja de camarera, que de guía turístico
o te hace artesanía de todo tipo... pensaba que solo le faltaría saber cocinar,
pero me sorprendió cuando cocinó la cena en Huaylla Belén... ¿qué más se puede
pedir?... yo me conformaría con la mitad, y la tengo entera...
Ha sido un gran equipo humano, de esos que hacen que cualquier misión vaya sobre ruedas. No porque hayamos trabajado juntos, sino porque en los momentos en los que cada uno se desliga de sus obligaciones, hacen que el conjunto esté ilusionado y cargue las pilas para comenzar de nuevo el lunes próximo... no es lo mismo tener este apoyo que no tenerlo... y aquí os presento al equipo franco-español completo:
Y
por lo demás, no quiero hacer mención de el resto de cooperantes. No por nada,
pues estoy seguro de que han tratado de hacer las cosas lo mejor posible, si
bien no siempre salen como uno quiere. La experiencia me dice que antes de
volver a enviar a cooperantes extranjeros habrá que hacer una selección, pues
los problemas personales no deben afectar nunca a la misión. En cualquier caso,
agradezco el esfuerzo hecho, aunque no haya servido de mucho. Lo importante es
participar y ellos participaron, intentaron hacerlo bien, que es lo que
importa.
Aquí
tenemos el ejemplo de que la misión no se debe hacer por motivos personales, ni
para misionarnos a nosotros ni mucho menos por vivir una aventura, sino que
toda misión humanitaria que no se haga desinteresadamente y con el único fin de
ayudar a los más necesitados, termina convirtiéndose en una pesada carga que no
somos capaces de aguantar. Está bien dividir el tiempo entre trabajo y ocio,
pero pensar que un trabajo de cooperación debe ser solo disfrutar sin sufrir,
es un error. Esto debería ser un ejemplo para todos los que están pensando que
venir aquí o a otros lugares es una experiencia que hay que vivir por lo
emocionante que es. Luego, cuando se pasan el día bajo la lluvia, en soledad,
con frío, sin poder ducharse o comer, se dan cuenta de que ya no les importa
tanto ayudar, sino que prefieren abandonar el barco a la mínima... El amor sin
dolor es amor, pero distinto... El mayor ejemplo de esto lo tenemos en
Jesucristo, que nos amó hasta el extremo y dio su vida por nosotros. Y si
queremos seguir su ejemplo, más vale que aceptemos el sufrimiento en lugar de
intentar que el mundo gire a nuestro alrededor... y es mejor actuar como un
verdadero cristiano (aunque no lo seas) que juzgar constantemente a los demás
diciendo que sus comportamientos no son cristianos. En la misión hay que ver
primero la viga en el ojo propio que la paja en el ajeno... Es un consejo que
doy a estos y a otros cooperantes que piensan que un día deben tener una
experiencia vacacional-vocacional de ayuda al necesitado. Sin vocación no hay
vacación... tenedlo claro.
Y
la misión peregrina acabó con éxito, material y personal... este año ha sido
especial no solo por el trabajo, sino por la gente que conicí. La ventaja es
que la mayoría son españoles, así que nos veremos por España y recordaremos los
viejos tiempos. Por otra parte, me traigo algo más que un éxito... y eso que no
lo buscaba. Y esto es lo mejor de la misión, una misión que me ha devuelto la
ilusión...
Gracias
por estar ahí, por vuestra compañía... gracias a los que me habéis escrito y, sobre todo, a LAS que me habéis entendido y apoyado... y nos vemos en España.
Hasta
pronto!!