Hace tiempo escribí esto, y ahora lo publico aquí. Espero que te guste y que te ayude a pensar en lo esencial y en lo relativo, y que, igual que yo un día, descubras que lo esencial es solo JESÚS.
LAS CUENTAS DE MI
VIDA
Sentado bajo un castaño
jactándose de la vida,
hacía lista un viejo huraño
de los bienes que tenía.
Las finca de las afueras,
las rentas de lo alquilado,
varias casas de madera
y mil cabezas de ganado…
Casas, fincas, rentas, vacas,
¡todo está ya bien pagado!
Ya no necesito nada
ya bastante lo he sudado.
Al punto vino un pastor
al hombro con una oveja
y se sentó junto al señor
a comerse sus lentejas.
Buenas tardes, caballero.
Buenas tardes tenga usted.
Coma usted si tiene hambre
beba algo si tiene sed.
Discúlpeme si me niego,
pero no tengo por costumbre
comer sentado en el suelo
y con el humo de la lumbre.
Más que excusado está,
pues solo queda para uno
y buena falta me hará,
que mañana es día de ayuno.
Parece que está contento,
¿puedo preguntar por qué?
Contaba mis posesiones
hasta que ha llegado usted.
Por lo grueso del cuaderno
muchas debe de tener.
Muchas tengo, eso es cierto,
pero todas las gané.
Se cantar, coser, planchar,
cocinar en mi restaurante,
pintar, esculpir y echar
las cartas a los viajantes.
Y todo me da dinero
que invierto, por no gastarme,
en casas que dejan renta
y muchas obras de arte.
Y así desde los veinticinco,
hasta éste preciso momento,
he llegado a ser muy rico;
¡y por eso estoy contento!
Muchos bienes tiene, si,
y veo que ninguno debe.
Pero, ¿podría decirme usted
cuantos amigos tiene?
Pocos, sí. Mas bien ninguno,
Pero no he tenido tiempo.
¿Y puede decirme usted
porqué también está contento?
Porque soy afortunado
y nunca nada me falta.
Y, ¿qué tiene usted tan grande
para que no le falte de nada?
Un bastón y mi sombrero,
un “rebaño” de una oveja,
tengo a usted por compañero
¡y este plato de lentejas!.
¿Y esas son sus posesiones?
¿Y eso le hace estar contento?
Y, ¿no tiene preocupaciones
por no tener ni alimento?
Buen amigo, tengo uno;
el mejor de los mejores,
el que siempre me acompaña:
¡El Amor sin condiciones!
Anda, que esa sí que es buena,
¡me has dejado patitieso!
¿Me quieres decir cómo vistes,
comes y calzas con eso?
Muy sencillo, amigo mío,
todo tengo en mis hermanos,
nunca me desampararían
mis amigos a los que amo.
Cosen y planchan para mí,
me cocinan cada día,
me dan lo que necesito
¡y yo por ellos doy la vida!
¿Dónde vas?, dime y, ¿quién eres?
Voy camino de Emaús,
Vente conmigo si quieres.
Y mi nombre es: JESÚS.
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN
Espero que hayas tenido un feliz regreso y te deseo una vuelta lo más en Paz posible al "primer mundo". Gracias por tu constancia con las crónicas, las voy a echar mucho de menos. Aquella realidad nos es menos ajena ahora. Espero que tus compañeros que quedaron sigan con ganas y puedas seguir ayudando a los chicos de la carcel y del barrio en la distancia. Abrazos pascuales!!! Isabel Acosta
ResponderEliminarGracias Isabel. Pues no vas a echarlo de menos por mucho tiempo porque en una semana me voy a Perú, a comenzar un nuevo proyecto... o mejor dicho, a continuarlo, ya que el año pasado lo dejé a medias.
EliminarY por cierto, todavía no tengo muy claro que este sea el "primer mundo"... desde luego en dinero sí, en valores la cosa cambia... Un abrazo y nos seguimos leyendo en las aventuras del peregrino mangurrino en el Amazonas... Adios!!