Ya
son muchos los años que, desde el Convento de Santa Clara de Almendralejo, un grupo de personas
en colaboración con las monjas venimos organizando la operación juguete, o lo
que es lo mismo, la entrega de regalos de los Reyes Magos.
Este año no iba a ser menos, pese a muchas dificultades, y
después de varias operaciones más que nos han quitado mucho o todo el tiempo
libre del mes de diciembre, hemos iniciado la campaña. Lo primero era recoger
juguetes de todo tipo, en buen estado de uso y nuevos, para lo que hay que dar las
gracias a todas las personas que donaron, entre las que conviene destacar la
Universidad de Santa Ana y Carmen Fernández Daza, Cáritas Interparroquial y,
por supuesto, las personas que voluntariamente han traído los juguetes hasta el
convento.
También quiero hacer mención especial de los tres Reyes por su
generosidad y entrega: Juan, Lázaro y Antonio. Ellos fueron pieza clave para
que todo saliera bien, aparte de haber hecho un trabajo magnífico.
Otras personas estuvieron también ahí colaborando para
repartir regalos o repartir chocolate, como Piedad, Fermando o Pepe, e hicieron
que el trabajo fuese pan comido, para el deleite de las monjas que, atónitas,
veían desde la puerta del convento la avalancha de niños que querían su
juguete.
El
pasado domingo día 5 de enero, a las 18:00 horas se procedió a la entrega de
todos los regalos, para lo cual se coordinó todo con Cáritas, las monjas y las personas
de buena voluntad que quisieron transmitir el evento a todos cuantos conocían
para una mayor difusión.
Y así fue, de tal forma que este año se han batido
todos los registros. Se presentaron a la cita más de 100 niños con sus mamás,
expectantes e ilusionados por los regalos que veían en las manos de quienes ya
lo habían recibido. Y lo curioso es que, pese a nuestras sospechas, no nos
quedamos sin regalos, es más, sobraron bastantes.
La
cara de estos niños, la de sus madres, la de los participantes y la de las
monjas no tienen precio, ni que decir la mía propia. Es una actividad ya
establecida y que tiene un doble efecto positivo, ya que por un lado alegra la
vida de estos pequeños, y por otro, nos anima a seguir trabajando por la
construcción del Reino de Dios aquí en la tierra.
Un
éxito total del que se beneficiaron familias de toda nacionalidad, puesto que
vinieron niños españoles, rumanos, marroquíes y sudamericanos. Más de 100 niños
cuyos Reyes Magos son algo mejores gracias a la organización, las monjas, los
colaboradores y las personas de buena voluntad que donaron sus juguetes.
Se
puede decir que "otra humanidad es posible", ciertamente, pero para que eso sea
así es necesario que cada uno “en la medida de sus posibilidades” ponga sus
esfuerzos, ganas, carisma y vocación al servicio de aquello que predicamos. Todo lo demás, es simple apariencia. El
esfuerzo cuesta, pero tiene una paga mejor que la que proporcionan mil
descansos, y para muestra un botón: os dejo unas imágenes donde quizás puedas
ver reflejado esto mejor que en las palabras.
Un
saludo y gracias. Y feliz año 2014!