Asómate al mundo exterior...Y VERÁS TODO LO BUENO QUE TIENE!

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Asómate a la ventana y mira, escucha, habla...y comparte conmigo tus impresiones.

"Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho..."

Un gran Santo, el más pobre en lo material, pero el más rico en lo espiritual dijo en su lecho de muerte: "Hermanos, comencemos, ya que hasta ahora poco o nada hemos hecho...". Ese gran Santo era Francisco, y si él dijo no haber hecho nada, ¿que hemos hecho nosotros? Empecemos a hacer algo para cambiar el mundo, ¿no os parece?

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viernes, 28 de junio de 2013

Capítulo 17. Y después de una mala noticia, otra...

El problema que estaba por venir era más serio. Supondría la posibilidad de tirar por tierra todo el trabajo de un año entero allá, en Almendralejo, con el esfuerzo, trabajo y dinero de muchas personas que se implicaron, desde la campaña de recogida de libros, ropa y calzado hasta el mercadillo solidario del pantalón que tanto éxito tuvo y con el que se recaudó el dinero para enviar un contenedor lleno de toda esta mercancía para la creación de tres bibliotecas escolares en Granada, Pipus y Olleros.

Todo fue bien, aunque costó mucho. Se consiguieron más de 10.000 libros infantiles y juveniles en su mayoría, más de 3.000 pantalones vaqueros nuevos y muchísimas cosas más, como material de laboratorio escolar para los colegios, mucha ropa de todo tipo, fundamentalmente infantil, mantas, calzado y un largo etcétera.

Pues bien, todo este trabajo puede acabar en manos indebidas, o mejor dicho, ya lo está. La empresa que gestionó el envío me facilitó todo para que, con un único documento, se pudiese retirar la mercancía en el puerto de Callao, en Lima. Sin embargo, todas estas promesas se han desvanecido y ahora el puerto de Callao no nos deja retirar la mercancía.

La mercancía está retenida en el puerto. El envío se hizo precisamente a nombre de la municipalidad provincial de Chachapoyas, pensando que por ser un organismo estatal habría menos problemas. Además, al tratarse de un envío de ayuda humanitaria, sin valor comercial y con el único objetivo de favorecer a las comunidades más pobres de la región de Amazonas, y de las más pobres de Perú, pensábamos que no habría tanta pega diplomática y burocrática... pero nos equivocábamos. El olor del dinero es el mismo, se trate de negocio o de ayuda al necesitado.

Hay personas ávidas de dinero, mucha corrupción, materialismo, codicia y, sobre todo, mucha insolidaridad. Ya me advirtieron de que en este tipo de envíos suelen “desaparecer” bultos, pero lo que no me advirtieron es que, a veces, desaparece el contenedor entero.

Claro está, si queremos recuperar el contenedor hay que pagar la módica cifra de 13.000 $ americanos. Asi podremos retirar la carga sin problemas, pero claro, con rapidez, porque la tasa diaria por almacenamiento del contenedor es de 100 $ más, con lo que el mes que llevamos de demora (llegó el 25 de mayo) ya nos cuesta más de 3.000 $ más. Vamos, que entre el pago de las tasas y el trasnporte a Chachapoyas, será más rentable dejarlo donde está y que se aprovechen de él (legalmente, claro, por abandono) unos cuantos sabuesos que están ya con el alicate en la mano para romper el precinto y repartirse el botín... vamos, piratas del siglo XXI con traje y corbata.

Las opciones de recuperar la carga son pocas, pero he agotado las pocas opciones que tengo de recuperar la carga, por diversas vías. Por un lado he hablado con el Obispo de Chachapoyas para que se ponga en contacto con la Conferencia Episcopal peruana, la cual hará lo que pueda, es decir, nada...

Luego he hablado también con Cáritas Perú, ya que al ser un organismo internacional exento de impuestos aduaneros, quizás pueda cederles la carga a ellos para que la retiren y solo tengamos que pagar el transporte. Pero les envié un correo hace ya más de una semana y aún no tengo respuesta.

Después he hablado con los jesuitas, gracias a un contacto de un amigo que vive en Jaén, cerca de Chachapoyas. Espero noticias también de ellos...

Y finalmente, he optado por ponerme en contacto con la embajada española en Lima, a los que también les he explicado todos los detalles y les he enviado toda la documentación. Pero tampoco han dicho ni “esta boca es mía...”.

Y con estos cuatro contactos se me acabaron todas las opciones, bueno... todas no, porque también he puesto al equipo de Santa Clara, a mis amigos del Centro Juvenil y a otros tantos a trabajar con su oración por la solución de este problema. Lo cierto es que me fio más de esta última opción que de todas las otras juntas... Será lo que Dios quiera, cuando Dios quiera y como Dios quiera, tal y como me recordaba una amiga hace días... y si hay que terminar aceptando la pérdida definitiva del contenedor, con el consiguiente perjuicio (como siempre) de los más pobres de Perú, habrá que tomarlo como una experiencia más... y punto final.

Es triste ver cómo un país como Perú, en vías de desarrollo, con muchísmas personas en todo el mundo queriendo poner su grano de arena para ayudar a tantas familias necesitadas, permite que este tipo de cosas pasen. Desde luego, OFRA no enviará más contenedores con ayuda a Perú, y quizás a ningún otro sitio. No se puede ir tirando el dinero a la basura como si tal cosa...

En lugar de permitir la entrada de estas mercancías al país para ayudar a la gente, ponen pegas burocráticas y piden dinero... y mientras tanto, otros contenedores con otras cargas menos lícitas, pasan con tanta facilidad que cuesta creer que no se haga nada desde la presidencia del gobierno. Aquí, como en la mayoría de los sitios, se podría decir que “la pela es la pela”...

Por eso no puedo más que pedir perdón a todos los que colaboraron por un año recogiendo ropa, seleccionándola, doblándola y metiéndola en cajas... a los que me ayudaron a recoger libros por todas partes, en Almendralejo, Cáceres, Mérida y Badajoz, a los que pusieron su tiempo, su dinero... a los que prestaron furgonetas, naves para almacenar todo. A los que donaron mercancía para la creación de los laboratorios en los colegios, a los que ayudaron a montar los mercadillos, a los que ayudaron con las gestiones municipales, a los que limpiaron, vendieron y montaron y desmontaron todo... a los que oraron, a los que estuvieron siempre ahí se les pidiese lo que se les pidiese... a todos... perdón por la pérdida.

Sé bien que Dios sabrá recompensar a cada uno de vosotros por vuestro esfuerzo. No ha servido para nada aquí, pero sí que Él lo tendrá en cuenta, pues no está en nuestra mano resolver la injusticia del hombre.

Lo que sí está en mi mano es denunciar públicamente a unas autoridades, políticos y burócratas que prefieren quedarse con unos libros que jamás leerán, pues las personas cultas suelen tener escrúpulos, ya que recibieron una educación que les hablaba de valores... entre ellos, la honestidad. Sin embargo, la corrupción rebosa por doquier... y el dinero... ese preciado metal por el que unos cuantos viven y dan sentido a su vida. Dios también tendrá en cuenta esto, seguro...

Y luego están los pobres desgraciados de siempre, los que sufren... los que, una vez más, se quedan con la boca abierta cuando parecía que la cuchara llena estaba dentro. Alguien se ocupó de quitársela... y Dios tampoco los dejará así. Estos pobres sufren, y aquí tenemos la prueba de que sus desgracias no son desgracias venidas del cielo... Estamos acostumbrados a decir que las desgracias siempre les toca a los pobres, sin embargo, esta desgracia ha sido producto de la codicia. Hay personas que dejarían morir incluso de hambre a otras personas con tal de llevarse diez dólares al bolsillo, así que ¿cómo no van a quedarse con unos cuantos libros?... quizás en el mercado negro puedan conseguir cincuenta o sesenta mil soles por ellos... Demasiado atractivo para dejar pasar esta oportunidad de requisar una mercancía tan preciada. Luego sigamos diciendo que los males del mundo vienen de Dios, que Él los permite... sigamos pensando que el hombre no tiene nada que ver...

Espero que esta lección sirva a muchos para que, en futuras ocasiones, prescindan de enviar mercancía humanitaria y usen el dinero que cuesta esa mercancía y el transporte para comprar “in situ” la ayuda. Así se estará ayudando al pobre, no al codicioso aduanero, político, policía y/o burócrata.

Esto pasa en Perú, en Lima.... más concretamente en Callao.

Precisamente mientras escribo estas letras, he recibido un correo de mi amigo Juan Manuel Martín Moreno, jesuita. Él es el contacto que os contaba en Jaén, y me dice que ha escrito a la Oficina de Desarrollo de la Compañía de Jesús, en Lima. Quizás puedan hacer algo, o quizás no... pero, en cualquier caso, es la primera comunicación que tengo y es la primera esperanza.

La otra esperanza que tengo es mi hermana María, Sor María. Ella ya no vive aquí, en la tierra, sino que habita con Dios. No dudo que hará cuanto sea posible para poner cielo y tierra boca abajo para que este problema tenga solución... y cuando la tenga, habrá hecho otra de las suyas, de las tantas que viene haciendo...

Bien, y con esta denuncia, paso a oto tema, porque este ya parece zanjado...

Estuve en la inauguración de una nueva Iglesia en Chachapoyas, dedicada a la advocación de San Agustín de Hipona. La nueva  Iglesia de San Agustín es pequeñita, franciscana... limpia, bien blanquita, presidida por un Cristo precioso en actitud gloriosa, en actitud de ascensión a los cielos... parece despedirse de sus discípulos antes de partir hacia la casa del Padre. También hay una bonita imagen de la Vírgen María y otras dos, de San Agustín y Santa Mónica, su madre.

La nueva Iglesia de San Agustín

El acto fue simple, por eso fue más bonito. El barrio del Prado ya tiene Iglesia y puede celebrar la Eucaristía sin desplazarse. Después hay una comida a la que prefiero no ir, porque está bien lejos y había quedado para comer.

Después de esto vino el cumpleaños del padre Humberto, director del Seminario. Me inviitó a la comida, así como a todos los religiosos y religiosas de Chacha, y ahí estaba yo, en medio de todos ellos. Curas, monjas, misioneros... y el mangurrino. Me sentía afortunado por ello.
Los invitados

El cumpleañero

Y así acaban las cosas que han pasado estos días, después de la fiesta sacramental. Solo una cosa... Ayer fui a Levanto a acompañar a mi amiga Christelle porque lleva un poco las riendas de una asociación llamada ALTA (Asociación Levantina de Turismo y Artesanías). Eran las fiestas de Levanto, y había un concurso de gastronomía típica levantina, así que fue a acompañar a sus pupilas y, de paso, ayudarlas con las tareas de preparación de la presentación de los platos.
Con nuestros amigos franceses
La presentacion
Allí nos juntamos con otros dos franceses, así que la conversación giraba en torno al francés, idioma que todavía no domino, sin embargo, entendía casi todo e incluso pude participar de la conversación. Me sentía orgulloso por poder comprender y expresarme... quién me iba a decir en enero que en junio hablaría un nuevo idioma, y mejor que el portugués, que estoy estudiándolo... Viajando se aprenden muchas cosas, aunque no solo idiomas... y se viven experiencias distintas, bonitas... yo estoy viviendo una de las mejores ahora, y por eso doy gracias a Dios. No todo son poblemas, aunque en Granada lo parezca...

Y el jurado pasó por el stand de las chicas de ALTA, y por los demás, y deliberaron... y ganaron, así que todos contentos. Eran 800 soles de premio, y se lo llevaron estas pobres mujeres que están haciendo algo distinto, algo que destaca en la vida normal de Levanto... unas mujeres emprendedoras, como su guía. Ojalá sea el primero de muchos premios.

Mientras preparaban todo, yo conocí a unos chavales que jugaban al fútbol en el campo donde se celebraba el festejo. Hablé con ellos y les propuse jugar un partido de fútbol. Por supuesto yo sería el portero, pues no me apetecía nada correr, y más a casi tres kilómetos de altura sobre el nivel del mar. Comenzamos cuatro chicos y yo, y no me metían ni un gol... pero eso cambiaría, pues a medida que se iban sumando nuevos chavales, se acercaban más a menudo a la portería. Hicimos dos equipos, y me metieron siete goles... Me acordaba de aquellas palabras de Jesús, cuando decía: “Dejad que los niños se acerquen a mí...”. Yo pensaba igual, especialmente con uno que me metió tres golazos... “si se acerca a mí le doy un capón”, pensaba...

Aún con los siete goles en contra, ganamos por tres de diferencia... Yo no quería tirarme al suelo, como hace Casillas, porque para una vez que lo hice, planté la mano en una plasta de vaca... y era reciente. Y cómo sería el esfuerzo, que incluso de portero, hoy tengo agujetas... No quiero ni pensar qué sería de mí si hubiese jugado de delantero.

Terminado el partido y el concurso, regresamos a Chacha, pero antes Christelle me enseñó un terreno precioso donde quiere hacer un proyecto. Antes me había enseñado otro donde quiere hacer la casa de cultura de Levanto... mente abierta e ideas claras. Me gusta...

Sin palabras...

Vistas que la cámara no acaba de reflejar

La verdad es que el terreno que vimos antes de ir para Chacha era magrnífico. Las vistas eran preciosas, en un día bonito, bien soleado. Nos sentamos a disfrutar de las vistas... Solo de pensar en vivir ahí, a uno se le quitan las ganas de irse... así que estuvimos ahí por casi dos horas... y como empezaba a caer la noche, nos fuimos de nuevo a casa. ¡Qué frío hace en Levanto cuando empieza a caer la noche!

Llegamos a Chacha con el sabor de la victoria. Especialmente yo, pues venía ansioso por saber el resultado del partido entre España e Italia. En Levanto no hay cobertura y Fernando no pudo hablar conmigo en todo el día. El vió el partido en casa de Lola, y sufrió como buen español futbolero, en los penaltys. Yo no sufrí nada... solo cuando esperaba saber el resultado, pero por internet me enteré: ¡¡ganó España!!... y si una victoria siempre sabe bien, contra Italia sabe mejor. Nos veremos, pues, las caras con Brasil el próximo domingo, así que la hermana Lola ya está avisada de que iremos a comer a su casa y ver el partido. Ella es muy atenta y le gusta que vayamos, y que comamos comida española. Acuérdate de la que nos comimos allí hace días...

Solo de pensar en repetir se me hace la boca agua... y allí estaremos los españoles y quien quiera para disfrutar de la victoria de España ante Brasi. Entre la victoria y la tortilla de patatas, saldremos con buen sabor de boca. Y si pierde España, la tortilla estará igual de buena.

Y así acaba todo, hasta el día de hoy... con esto creo que estoy al día con todo. Solo queda esperar al martes, día en que comprobaré si, efectivamente, las nuevas promesas de la municipalidad de Granada se cumplen. Si se cumplen, volveremos a trabajar codo con codo para levantar la Iglesia. Si no se cumplen, creo que habré acabado mi periplo este año, al menos en Granada. Entonces pasaré a Olleros para lo queda de año y para el próximo... pero eso os lo contaré la semana que viene.

Antes de despedirme quiero felicitar al padre Catelly, pues después de más de diez años intentando conseguir la nacionalidad peruana. Pues bien, estos días nos ha dado la sorpresa, y es que al fin es peruano... El padre amado dijo cómicamente que más de cinco años han pasado intentando comprender qué quería Castelly, pues su español es difícilmente descifrable... todos nos reímos. Al final, después de más de sesenta años en Perú, Castelly es peruano, que es lo que importa. 

¡¡¡FELICIDADES, CASTELLY!!!
Hasta entonces, pues...

miércoles, 26 de junio de 2013

Capítulo 16. Vuelve la burra al trigo...

Y después del lunes sacramental pasaron muchas cosas. Ya os dije que pasara lo que pasara, no volvería a venirme abajo con el tema de la construcción de la Iglesia de Granada, sin embargo...

Sin embargo no fue así, si bien esa semana fue magnífica, ya que el señor Antonino y su hija revolucionaron todo el pueblo. Incluso llegaron a matar una res para invitar a comer y a cenar a todos los trabajadores que, voluntariamente, quisieran cooperar.

Y mató la res... y llegó la gente a trabajar. El martes conté 35 personas, el miércoles 40. No daba crédito a lo que mis ojos veían, pues por primera vez, de forma sorprendente y como nota histórica en los trabajos de OFRA en Granada, trabajaron adventistas y pentecostales, codo a codo con los católicos. Era una experiencia única ver esto... las mujeres chancaban piedra mientras los hombres subían piedras a la torre y seguían con el hormigonado de la zanja lateral que se ha hecho para proteger la Iglesia del abundante agua que la ataca constantemente.



Y así hasta el jueves, día en que regresé a Chacha. La obra avanzó más en estos dos días que en todo el tiempo que llevamos trabajando, y acabamos con la piedra, la arena y hasta el cemento. Tenía que ir a Chacha a comprar más cemento y arena y me fui contento, esperando que este ritmo continuara por mucho tiempo.

Las mujeres chancando y los hombres recogiendo
Hormigonando la zanja
Subiendo piedras a la torre
Los avances se notan
Hasta los niños chancan piedra
Todo iba viento en popa, así que me propuse volver la próxima semana con nuevos ánimos, mateirales y ganas de darle un buen empujón a la obra. Pero no fue así...

Llegué el martes siguiente. Los materiales estaban comprados, pero el camionero, que es el más impresentable del mundo, quedó en subirlos el viernes pero no se presentó. El material ya estaba pagado y esperando a ser retirado. Dijo que el sábado lo llevaría, pero tampoco se presentó... y con lo difícil que es encontrar aquí un camionero, no pude hacer más que esperar. El lunes hablé con él y le dije que ya estaba bien, que necesitaba que subiera ya la carga, pues hay mucha gente para trabajar y no hay material. Y tampoco se presentó...

Entonces hablé con él más seriamente y le dije que si el martes a las 8:00 no estaba, que se fuera al carajo... y me dijo que a a esa hora estaría en el almacén. Le dí la última oportunidad, y llegó el martes. A la hora convenida no se presentó, ni una, ni dos horas después... sino que llegó a las 11:00. Como llegó, preferí callarme y esperar a la hora del pago para hacer lo mismo que hizo él. Tenía que recoger el cemento en un sitio, el hierro corrugado y la teja en otro. Finalmente debía ir a Tuesta a recoger los andamios.

Pero como llegó tan tarde, no le dio tiempo a que cargaran los 200 sacos de cemento, así que llegó la hora de comer y en el almacén pararon. Después de comer terminaron y empezaron con la teja y el hierro, y después a por los andamios, con lo que se acabó de cargar (todo a mano) de noche. Encima le arreó un golpe con el camión a la puerta del almacén y se perdió tiempo en arreglarlo todo para llegar a un acuerdo. En principio, la señora del almacén me pedía explicaciones a mí, y finalmente la convencí de que el camionero era el responsable de sus actos, ya que yo solo le había contratado para subir la mercancía. Yo estaba un poco asustado porque la mercancía estaba pagada y en poder del camionero, y no quería que me hicieran responsables de nada, así que le dije a ambos que después de descargar se llegaría a un acuerdo, ya que la puerta la reventó literalmente.

Como era de noche, tuvo que dejar el viaje para el día siguiente, así que el material no llegó hasta el miércoles por la tarde, con lo que casi se había perdido la semana de trabajo en Granada.

Llegó el material, pero la gente que estaba esperándolo se durmió en los laureles con la excusa de que no había material y llevaban toda la semana sin trabajar, y eso que les había dicho que había muchas cosas que hacer mientras llegaba, como picar la Iglesia por dentro, chancar piedra, sacar los niveles del piso interior y desalojar la Iglesia de bancos y muebles para el hormigonado del piso. Sin embargo, ni siquiera habían abierto la puerta de la Iglesia.

Cuando llegué me encontré con el panorama... desolador. Después de haber visto a mucha gente trabajando y de notar el avance de la obra, otra vez se había parado. Me acordé de las palabras de mi último capítulo, pero no podía ser fiel a lo que prometí, así que convoqué una reunión el mismo miércoles por la noche. Al parecer, y según dicen los de allá, la mayoría fue por el hecho de tener comida y cena a base de res, ya que es la única oportunidad que tienen muchos de comer algo distinto... Pasamos el anuncio de casa en casa, y también por los altavoces de la Municipalidad. A las siete, después de la película de los niños, empezaría la reunión.

Se acabó la película y ya eran las siete, pero ahí no se presentó nadie. Esperamos un tiempo más que prudencial, hora y media... y finalmente solo se presentó a la reunión parte del equipo de gobierno y dos señoras. No daba crédito, así que directamente les informé de mi partida de Granada. Iría a Olleros, donde ya saben que las cosas funcionan.

Al día siguiente me iría. Me despedí de los asistentes y les dije que comunicaran al pueblo mi gratitud por este tiempo compartido, pero también mi pena por no haber sabido mantener, siquiera por los niños, al peregrino mangurrino. Se quedaron muy tristes, pero entendieron que era lo más lógico.

Allí estaba Fernando, testigo de este disparate de proyecto que ha intentado unir a una gente que, vuelta la burra al trigo, de nuevo ha fallado. Él se quedaría en Granada unos días más porque tenía que visitar Olleros y Quinjalca para su proyecto, así que le dejé la moto y le dije a Horacio que me llevaba la suya, así se la podría subir su hijo que subiría el sábado. Y así lo hice...

Tomé la moto por la mañana y me fui a Granada. Para colmo de los colmos, quería llegar a Chacha para almorzar, pero Horacio tuvo que llevar a una señora a Casha, así que esperé. Después que vino, había otra señora con el mismo problema, así que la llevó también. Cuando volvió a Granada se cayó de la moto y rompió la maneta del freno delantero, así que estaba sin frenos, ya que el trasero hacía tiempo que estaba roto.

Y así me dejó, tarde y con una moto sin frenos, ni delante ni detrás. Yo no daba crédito, pero me decía que él no se atrevía a llevarla a Chacha porque le daba miedo viajar sin frenos, así que le dije que me la llevaba yo. Solo quería irme, y sin frenos no podría parar y dar la vuelta...

Con cuidado me fui a Chacha, sin correr mucho porque si lo hacía no podría parar. Me daba pena Horacio, el único que hizo lo posible por que me quedara en Granada, el único que trabajó personalmente con sus manos para mantenerme contento... el único al que parecía importarle que me quedase. No podía dejar su moto allá arriba sin frenos, pues tardaría poco en descalabrarse por estos caminos de Dios.

Horacio, trabajador como pocos...
Y me planté en Chacha en poco tiempo. La bajada a Molinopampa no fue difícil, pues con el freno motor se baja bien. Cuando me metí en carretera solo tuve que tener cuidado con entrar en curva a la velocidad adecuada, y en un momento dado ni me acordaba que no tenía frenos, pero no hubo complicaciones. Llegué bien, pero cuando quise parar en el obispado no pude y me pasé de largo... claro, sin frenos no podía... como no me acordaba, tuve que dar otra vuelta a la manzana y parar al estilo antiguo.

Una ducha, una comida de Juanita y yo pensaba que estaría mejor, pero no fue así. Otro problema estaba por venir... este es aún más serio, pero te lo cuento en el próximo capítulo, aunque la mayoría ya lo sabéis.


Hasta otra!!

martes, 18 de junio de 2013

Capítulo 15. Lunes 10... por fin la fiesta Sacramental...

         Y llegamos a Granada, todos en caravana.... cura, carismáticos, padrinos, invitados y novio... y se celebró la boda. Fue todo un éxito, bonita, humilde... peruana. Y como Fernando y yo con la moto tardamos menos, llegamos antes... y los cambios en la obra casi me hacen llorar...
        
         Cuando aparco la moto, me fijo en que nadie había trabajando porque estaban todos limpiando el camino para nosotros. Sin embargo, dando un rodeo a la Iglesia se me pusieron los pelos de punta: habían demolido y vuelto a levantar la torre hasta la altura en la que la detuvimos, y bien hecha, habían hecho toda la vereda (acerado) de la parte de arriba, para protegerla de las aguas, se había hecho el techo de la sacristía completo, la pila bautismal estaba terminada, el muro de apoyo auxiliar en el baptisterio para el refuerzo de un muro rajado estaba a más de la mitad, el suelo de la sacristía estaba cementado, el suelo de la parte superior del altar también, se había terminado el porche de entrada lateral, incluso con los pilares de madera, los escaños para sentarse y el suelo cementado... e incluso habían pintado de blanco el fondo del retablo que se lució de cemento el año pasado. También se habían terminado todos los contrafuertes de arriba y comenzado el que faltaba abajo... vamos, que no daba crédito a lo que veían mis ojos. Al parecer, se había juntado todo el pueblo, unido por primera vez, para que el mangurrino no se llevase una decepción cuando viniese el Obispo, y así pueda volver.

Las escaleras que suben al altar terminadas y bien hechas
La torre ha dejado de parecer un huayco
El tejado de la sacristía está terminado
La cuneta para protección del agua está casi terminada
La pila bautismal está lista
Los trabajadores descansan del duro trabajo
Mientras tanto, el resto sigue acarreando piedra
El aspecto general de la obra
La entrada lateral terminada y con sus pilares de madera
El suelo del altar cementado, igual que el de la sacristía y el baptisterio
         Lo que más alegría me daba era la torre, tan bonita... pero en realidad, lo más bonito de todo era la unión de los granadinos en un momento determinado para conseguir un objetivo... ese día sería inolvidable, y todos estaban expectantes de mí mientras entraba sala por sala viendo el trabajo y daba la vuelta a la Iglesia... me notaron emocionado, justo diez minutos antes de la llegada del Obispo.

         Doy gracias a Dios por este gran regalo, en un día (además) tan especial como este. Estaba feliz... más bien pletórico, y ellos más aún viendo mi cara y mi satisfacción. Se habían unido el equipo de futbol, los policías, la municipalidad al completo y la gente del pueblo, incluyendo mujeres y niños... me imagino a todos trabajando estos días a marchas forzadas para darme esta sorpresa. Y se lo tenían callado... Me comentó Horacio que incluso llegaron a trabajar de noche. Y yo aún no comprendo (si no fuera por que sé que trabajaron de noche) cómo les ha dado tiempo a hacer en dos días el trabajo de un mes...

         Ellos me decían orgullosos que habían hecho turnos, de dia y de noche. Las mujeres chancando piedra, los hombres haciendo cemento y cementando... y los niños atendiendo con la coca, el trago y la gaseosa... una gran familia granadina que, una vez más, me ha vuelto a sorprender, pero esta vez positivamente. En este gesto noté cómo me quieren... y me alegré tanto que casi me bebo solo una botella de trago, aunque tenía que tener cuidado, pues era padrino de medio pueblo.

         Llegó el Obispo y dio la oportuna vuelta de rigor a la Iglesia, y yo me hacía el loco... ¿ve, señor Obispo, cuánto se ha avanzado?... y para mí pensaba: y en dos días!!!.

         Y comenzó la fiesta...

         Y la fiesta comenzaba con la boda, así que había que ir a recoger a Enita, la novia, y eso era trabajo del padrino. Me acerqué a su casa y me agarró del brazo. Se la notaba contenta, como a Horacio, que ya estaba cambiado... en solo cinco minutos.

Los novios y los padrinos
En la boda
         Fuimos hasta el altar y allí la dejé ante el sacerdote, quien procedió a casarlos, y poco después, ya lo estaban. Fue bonito, emocionante... ellos querían hacer esto desde hace años, pero su pobreza espiritual hacía que lo fuesen posponiendo año tras año, y así casi veinte...

         Y después de las firmas de novios y padrinos, pasamos al siguiente acto: los bautizos... siete en total. El resto se dejarán para el 24 de junio, ya que muchos prefieren hacerlo en las fiestas de San Juan, donde sacan a San Pedro y San Pablo en procesión por el pueblo.

Preparados para los bautizos
Una de las niñas
Con las velas
         Y los bautizos se llevan a cabo en el nuevo baptisterio. No habíamos caído en la cuenta de que no le habíamos puesto bombilla, así que rápidamente improvisamos un cable y una bombilla, y hubo luz... Y terminados los bautismos, pasamos a las primeras comuniones y confirmaciones. El tiempo apremiaba, pues íbamos muy tarde por el tema del huayco, así que el Obispo esperaba pacientemente a que terminásemos y después comenzó el grueso sacramental. Trece primeras comuniones y diecisiete confirmaciones, que con los siete bautismos y el matrimonio hacen un total de 38. Es un buen número teniendo en cuenta que aquí viven poco más de 100 personas.

         Se celebró la Eucaristía, amenizada por Jorge, Luisa y Gabi, los carismáticos, y fue todo un éxito. Los chicos estaban contentos, y yo más... y el Obispo, imagino, más aún que yo. Esto es un hecho histórico aquí, aunque no está bien que yo lo diga.

         Y estoy tan contento, después de unos días malos, que hoy voy a retomar una antigua costumbre...

         Hoy nos dice San Mateo lo siguiente:

         En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
     
     «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»
         Pues bien, eso mismo me pasa a mí, si bien mis hermanos granadinos no son mis enemigos, pero sí que es cierto que de alguna manera sentí ese abandono por su parte, fruto de su pobreza espiritual. Ahora, leyendo este pasaje, me doy cuenta de que estaba equivocado. Me he dado cuenta de que contra la pobreza espiritual no se puede luchar, sino solo rezar y confiar en que el Señor actúe, no yo...
         Y es que el Señor siempre tiene palabras de aliento, que ayudan a entender mejor las cosas y las circunstancias de la vida. Si yo hiciese caso de las normas de la Antigua Alianza, habría roto mi pacto de seguir apoyando a un pueblo que no tiene ilusión por su propio desarrollo. Si hago caso, en cambio, a Jesús, tengo que seguir luchando por este pobre pueblo. Si pretendo cambiar el mundo, me desespero... si dejo que lo haga Él por mí, no... esa es la confianza. Si me preocupo solo por los que se preocupan por mí, estoy perdido... entonces seré un publicano más. Si saludo solo a mis hermanos, ¿qué hago de extraordinario?... Si el Señor hace salir el sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos, ¿quién soy yo para rechazar a quien me rechaza?.
No soy perfecto, desde luego, pero sí que aspiro a la perfección, y sé que puedo hacerlo con un modelo como Jesús.

         Hacía mucho que no comentaba nada del Evangelio, y muchos echaban sois los que me escribísteis para recordármelo. Hoy me ha venido “al pelo”, y me alegro de que os gusten mis reflexiones... os aseguro que no son mías, sino de Él... y por eso le doy gracias.

         En fin, que terminadas las confirmaciones, el Obispo con los carismáticos salieron rumbo a Chacha. Ya era de noche y había que confiar en que el huayco les dejase pasar... y no les dejó. Cuando llegaron al derrumbe, había una combi con pasajeros que se había quedado atascada, y ya no había pase, ni para unos ni para otros. Tuvieron que abandonar la zona porque ahí es imposible pasar una sola noche, y dejar la combi para sacarla al día siguiente.

         El Obispo y los carismáticos tuvieron que tomar otra ruta, por Jumbilla. Es muho más larga, pero no había otras opciones. Y llegaron tardísimo a Chacha...

         Nosotos, por el contrario, pasábamos una buena velada al son de la música peruana, regada con licores varios... licor de mauxan, anís (¿¡..anís..!?), licor de sauco, vino... y cerveza, mucha cerveza. Y así hasta las cuatro de la mañana, entre bailes y risas, alegres todos, ellos por la boda, yo por todos los sacramentos y por el avance de la obra... había que disfrutar el momento mientras duraba, pues sabía que en breve, el furor de estos días se desvanecería... bien sé que, aunque la cosa haya mejorado, la pobreza espiritual sigue latiendo en Granada... y habré de estar preparado para volver a estar triste, aunque cuando llegue el momento me acordaré de las palabras de Jesús y no volveré a mostraros mi descontento... lo prometo.

La fiesta
Y la foto con los confirmados
         Un abrazo y seguimos conectados...

domingo, 16 de junio de 2013

Capítulo 14. Y todo casi al día, al fin...

Me quedé en Chacha varios días, hasta el miércoles. Aproveché para estar en la feria del Raymi Llaqta, que es la fiesta popular de Chachapoyas. En quechua quiere decir “fiesta popular”. Después de las fiestas me iría a ver cómo van los trabajos de Granada. 

   Las fiestas son muy bonitas porque desfilan todos los distritos con sus diferentes trajes regionales y típicos. Van bailando al son de los instrumentos de las bandas municipales que cada distrito trae consigo, aunque todas tocan un único tema que se acaba por meter dentro de la mente hasta el punto de tararearlo aún dormido.

Y así desde las diez de la mañana hasta las cinco de la tarde. Me paso todo el desfile haciendo fotos, hasta que se me agota la batería. Estamos en la tienda de venta de tours del amigo Olivier, en un sitio privilegiado. Desde allí tenemos buena panorámica. Yo quería subir a la torre de la catedral para tomar una foto panorámica de la plaza, gracias a mi especial enchufe... pero luego ni me acordé y me quedé sin foto. 



     Cuando acabó estábamos muertos de hambre, y como todo estaba copado de gente comiendo nos fuimos a la municipalidad, donde por un precio de cinco soles había comida. La cecina se había acabado, así que solo quedaba trucha con mote y sopas... yo pedí trucha, aunque el mote no me acaba de agradar mucho. Y justo cuando pedí, llegó más cecina... ¿el amigo Murphy estaba empezando a hacer de las suyas?.

Nos sentamos a comer Carmecita, Christelle, Olivier y yo, aunque solo comimos las mujeres, jeje... Quiero decir que Olivier está acostumbrado a comer más tarde y prefería esperar... claro, como solo eran las cinco de la tarde...

La comida al solito... con el frío que hacía, el sol siempre se agradece
Mis catequizandos
     Nos clavamos las truchas con mote y nos pusimos rumbo a preparar la fiesta. Sé que parece que estoy siempre de fiesta, pero es que la Raymi Llaqta aquí es como las fiestas de agosto de mi pueblo... y aún no he descuidado la obra de granada ni las catequesis, así que no te preocupes que todo está controlado...

No nos quedamos hasta muy tarde, más o menos hasta las cinco de la mañana, pero hasta los niños estaban con nosotros al son de las hogueras y agitando los sonajeros ahuyenta-espíritus. 

Al día siguiente no había que madrugar, así que después de la comida me fui para Granada a ver qué tal iban los trabajos... miedo me daba. Tenía que dar las catequesis finales antes del día de la fiesta sacramental e iba dispuesto a ello. Con la moto no hubo problemas, si bien empieza a fallarle el embrague... creo que tendré que cambiar pronto las pastillas. 

La dichosa torre
   Cuando llego, me encuentro de pronto con una torre demolida, y mal demolida... con una cuneta abandonada y con un personal mascando coca, como aquél que lleva pegándose una paliza de trabajo de semanas... y les digo a Toni y Horacio que doy la catequesis y me voy, ya que ahora mismo mi principal objetivo es preparar la fiesta sacramental con los niños y ponerles la película. Como ya está claro que me voy a Olleros, no merece la pena enfadarse más, sino que después del lunes preparo todo y me las piro. 

Terminada la catequesis y la película, espero al jueves por la mañana y me despido de todos. Les cito para el lunes, esperando que todo esté bien y que se presenten a recibir el sacramento todos los que se han apuntado. Y me voy...

El señor Antonino, viendo mi postura pasota y que ya era irremediable mi marcha, convoca al pueblo y va de casa en casa poniendo las pilas a todo el que se encuentra. Les hace ver la vergüenza que él, en nombre de todo el pueblo, está pasando y les da el discurso del siglo... les deja claro que Granada ha tenido la oportunidad de desarrollarse siquiera un poquito más gracias al apoyo desinteresado de unos españoles y que la han dejado pasar. El mismo se encarga de tirar de las orejas hasta a los mismos miembros de la municipalidad. 

Resulta que el seño Pedro Pablo, que iba a hacer la torre por su pueblo de Granada, después de aceptar y firmar el contrato, se echó para atrás... una muestra más de falta de palabra... y claro, la torre, a escasos días de venir el Obispo, estaba como si le hubiera caído una bomba encima. Yo ya no estaba dispuesto ni siquiera a mandarle a ..., sino que preferí guardarme en silencio mis iras y esperar a mi “venganza” del martes siguiente... Eso sí, me daban pena los niños. Sé que cuando me hubiera ido me habrían ido a buscar... pero es que uno ya está más que cansado de tanta dejadez. Cómo será la cosa que, incluso pagando sueldos, la gente no quiere trabajar... señal, dirían muchos, de que tan pobres no serán... La pobreza es más espiritual que material, ya que las personas que viven sin sueños, sin interes, sin expectativas de futuro, sin ilusión, sino que viven pensando en llenar el plato hoy y mañana Dios dirá, son pobres espirituales. Esto es lo que abunda aquí, un conformismo tal que ya todo les da igual... La verdad es que ellos no tienen la culpa, sino las circunstancias. Vivir en un pueblo abandonado, sin comunicaciones, sin entretenimiento alguno más que la cosecha y el ordeño, hace que uno se vuelva estéril mental... y así está el pueblo entero. Es como una enfermedad extendida que espero que a los niños no les contagie...

Y me voy...

Y llego a Chacha a desconectar de nuevo, aunque esta vez he pasado poco más de un día en Granada. Sin embargo creo que lo necesitaba más que nunca. 

En Chacha siempre se desconecta bien. Entre la ducha de agua caliente, las cenas de Juanita y la compañía sin precio de mis nuevos amigos cooperantes, me dan ganas de no volver jamás. 

Acababa de cambiar mi viaje a España para un mes más tarde, de modo que regreso para la segunda quincena de juliio. Entenderás que los motivos no son únicamente laborales, dado el plan que tengo en Granada... Pero la verdad es que el dinero que no gaste habrá que devolverlo y si no es en Granada será en Olleros, pero los trabajos continuarán. También confío en que Antonino toque la fibra de un pueblo roto... y con suerte, despertaría. 

El fin de semana es bueno, entre otras cosas tenemos una comida con la hermana Lola, misionera española que regenta una casa de acogida para niñas sin medios, para que puedan estudiar en Chacha. Nos juntamos Lola, Ingrid, Laura, Carmen, Fernando, Christelle y yo... y cuando llego y veo la mesa, me dan ganas de llorar. 

Justo el día anterior, Fernando y yo hablábamos de que es curioso, pero en Chacha no hay calamares. Yo le dije que jamás se me ocurrió pensar en tal cosa, pero que es verdad... jamás los vi. Imagino que los chachapoyanos no han visto un calamar en su vida... y cuando llego a la mesa y veo el menú... mis ojos hacían chiriviitas...

El menú consistía en lo siguiente:

- Croquetas caseras de huevo y pollo.
- Empanadas de atún.
- Ensalada de pimientos y atún.
- Espárragos.
- Tortilla de patatas.
- Calarares y pulpitos fritos.
- Langostinos.
- Frutos secos.
- Vino reserva y CocaCola.
- Flan de huevo.

Esto era una comida... lo demás también, pero para un español no...
Vamos, que acostumbrado a comer papas con arroz y yuca mañana, tarde y noche, imaginaos qué impresión me llevé al ver la mesa puesta... No sabía ni por dónde empezar... y me alegré de no haber desayunado.

Y pasó el fin de semana y llegó el lunes, día de la fiesta sacramental. Estaba contento por el hecho de que iba a ser algo histórico (e histérico) en Granada, aunque preocupado también por ver la cara del Obispo cuando viese la torre. 

Tenía que programar todo antes de salir, ya que los carismáticos tenían que viajar y yo tenía que buscarles transporte. Hablé con Aníbal, el taxista, para que les llevase, a un precio módico de 180 soles. Quedaron a las 7:00 para salir, pero justo a las 7:30, cuando yo pensaba que habían salido ya, me llamó el albañil con quien quedé en Granada para hablar de los trabajos de Olleros y me dijo que no podría subir porque había huayco en la carretera de Molino a Granada. Al parecer no había pase, aunque en moto se podría pasar. 

El problema era que los carismáticos, Juan de Dios y el Obispo viajaban en coche, así que de nada me servía subir yo si los demás no podrían. Enseguida me acordé de los carismáticos y llamé a Jorge para que diesen la vuelta antes de llegar al huayco. Pero resulta que habían pospuesto la salida para las 8:00, así que me alegré al saber que había tiempo de cancelar el viaje. Llamé a Aníbal y le expliqué el caso y dejamos pendiente la subida. Después de esto, Juan de Dios resulta que estaba en Chacha, así que todo se ponía bien (excepto por el huayco), ya que los subiría en su carro y no costaría nada. 

En Granada bajarían a intentar botar la tierra a un lado, al menos la justa para que pasasen los coches. Y mientras tanto, Juan de Dios subió con los carismáticos para ir ganando tiempo. Esperarían a que el huayco estuviera despejado. Yo, por el contrario, nada hacía allí sin los demás, así que aproveché para ir al Fusiones y poner un poco al día mi blog. Allí estaba con Fernando, que vendría conmigo a Granada porque era padrino de confirmación de Niki, el hijo de Horacio. 

Nos decían que el huayco tardaría en despejarse, pues era serio. Yo he visto muchos huaycos ya en la carretera de Chacha a Molinopampa, pero jamás en la de Molino a Granada. Y a eso de las 11:00 salimos para allá, confiando en que dos horas después estuviese listo el pase para los coches. 

Puse al día el blog y salimos de viaje. Llegamos a Molinopampa y allí estaba Juan de Dios con los carismáticos haciendo tiempo. Subimos a la vez, pero como era cerca de las 13:00, teníamos hambre y paramos a comernos las croquetas y la tortilla que la hermana Lola nos metió en un tupper. Paramos en una peña y aproveché para contarle lo que llamo “el punto de inflexión de mi vida” a Fernando, pues me recordó que ya era hora de contárselo. Siempre le decía que un día se lo contaría en una curva cerca de “la punta” donde siempre paramos a que se enfríe la moto y a echar un cigarro, pero el hambre apretaba y decidimos hacerlo antes. Se quedó flipado... nos comimos las croquetas y la tortilla con una barra de pan que Fernando compró en el horno de San José, como las españolas. Yo alucinaba viendo cómo encontró un pan normal en Chacha, y a partir de ahora me propondría ir allí a comprar el pan. Cuando acabamos la comida, continuamos el camino, cincuenta minutos después... es increíble ver cómo pasa el tiempo. 
Parada obligatoria en el camino
Éramos padrinos ambos y estábamos allí, comiendo croquetas tranquilamente mientras el cura ya habría llegado... nos dio cargo de conciencia y apretamos el paso, pues solo faltaba que la boda se retrasase por culpa de unas croquetas.

Con las labores de apertura de un nuevo camino
Subimos rápido, rezando para que nos esperasen... y en un momento dado, llegamos al huayco, y allí estaban todavía los granadinos botando tierra y mordiendo la montaña para hacer un camino alternativo... y Juan de Dios y los carismáticos estaban allí, parados con el coche sin poder cruzar. ¡Qué alivio sentí!... la boda se retrasaría y las croquetas no eran las culpables. 

Por la mañana eran los bautizos y la boda, y por la tarde las comuniones y las confirmaciones. Sin embargo, había que retrasarlo todo a la tarde por culpa del derrumbe. Cuando llegamos nosotos acababan de terminar el camino alternativo y Juan de Dios pasó con el coche, y nosotros después. Eso sí, llegamos justo para la celebración con “trago” que suele hacerse cuando se abre el paso cerrado por un derrumbe. Nos echamos las fotos y me percaté de algo curioso, y es que Horacio, el novio, estaba vestido de faena, pala en mano, quitando tierra como cualquier otro. Era el día de su boda y estaba de barro hasta las cejas, mojado por la lluvia y trabajando en el huayco. Esto son hombres, los demás somos niños... también es verdad que era el más interesado en que el cura pasase...

A nosotros el clima no es que nos importe mucho, la verdad... será la costumbre.
... y el super-novio... botando tierra minutos antes de la boda... esto es un novio!!

Y en el próximo capítulo, os cuento el lunes sacramental y algunas cosas más...